La primera ministra de Per¨² cae por el espionaje a pol¨ªticos

La desidia de las respuestas oficiales ante el espionaje a pol¨ªticos y empresarios realizado por la Direcci¨®n Nacional de Inteligencia (DINI) y un mes de ataques verbales del presidente peruano Ollanta Humala hacia la oposici¨®n ¡ªel fujimorismo y el Partido Aprista¡ª llevaron la noche del lunes a que el Congreso censure a la primera ministra Ana Jara: fueron 77 votos a favor, 42 en contra y dos abstenciones. Jara dej¨® su puesto acusada de ser la responsable de estos rastreos, debido a que la DINI depende administrativamente de la Presidencia del Consejo de Ministros, que ella encabeza.

El malestar de la clase pol¨ªtica peruana hacia la Direcci¨®n Nacional de Inteligencia se reaviv¨® en enero, cuando qued¨® en evidencia el espionaje que este organismo realiz¨® a la vicepresidenta Marisol Espinoza. En febrero, la primera ministra Ana Jara anunci¨® el cierre temporal de esa entidad para reorganizarla, pero el 19 de marzo un semanario divulg¨® los nombres de miles de ciudadanos, entre ellos pol¨ªticos, empresarios y periodistas, cuyas propiedades y datos personales fueron rastreados por agentes de inteligencia. La DINI era cuestionada porque sus directores eran miembros de la promoci¨®n del Ej¨¦rcito de Humala y por un fuerte gasto en equipamiento en 2013.

El 19 de marzo, la bancada fujimorista ¡ªcon mayor¨ªa en el Congreso desde este a?o¡ª y parlamentarios apristas prepararon una moci¨®n de censura a la primera ministra ¡°por su confirmada incapacidad para seguir desempe?ando el cargo, no haber satisfecho las expectativas del Congreso durante su presentaci¨®n del 19 de marzo y no haber denunciado, investigado y/o sancionado a quienes habr¨ªan cometido actos ilegales al interior de la DINI¡±. Ese d¨ªa la vocera del gabinete acudi¨® intempestivamente al Legislativo a hacer el descargo sobre el rastreo de informaci¨®n por parte del aparato de inteligencia.

En esa sesi¨®n, los parlamentarios fujimoristas cuestionaron que el Gobierno use fondos p¨²blicos para hacer seguimiento y chantaje pol¨ªtico y acus¨® a Jara de avalar esa pr¨¢ctica. ¡°Tengo pena por lo que le espera al pa¨ªs si ustedes son gobierno¡±, respondi¨® la ministra entonces.

Durante el gobierno de Alberto Fujimori, el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) us¨® ilegalmente los recursos del Estado para la reelecci¨®n del entonces presidente, y cre¨® un escuadr¨®n de la muerte, el Grupo Colina, para combatir al grupo terrorista Sendero Luminoso. Ello, sumado a los cientos de v¨ªdeos grabados en el SIN, de los pol¨ªticos y empresarios que recibieron dinero a cambio de apoyar la continuidad de Fujimori en el poder, ha producido mucha sensibilidad hacia el uso pol¨ªtico de los servicios de inteligencia en Per¨², en vez de destinarlos a la ¡°defensa nacional¡±.

¡°El mensaje [la censura en el Congreso] iba directamente al presidente de la Rep¨²blica, arranc¨¢ndole uno de sus mejores cuadros, y ello abre una situaci¨®n in¨¦dita. En el Per¨² no se censuraba al gabinete desde antes del gobierno militar (1963)]¡±, coment¨® el soci¨®logo Fernando Tuesta en un programa radial en Lima este martes.

La ca¨ªda de la primera ministra, quien volver¨¢ a su rol como congresista del partido oficial Gana Per¨², fue interpretada por el analista Hern¨¢n Chaparro como la necesidad de un Gabinete de consenso y una demanda de un trabajo conjunto por parte de los pol¨ªticos. Desde febrero, Chaparro ¡ªdirector de la encuestadora GfK¡ª indic¨® que el Gobierno de Humala est¨¢ aislado y agotado. En febrero, de acuerdo a la encuesta Pulso Per¨² de Datum, un 67% de los consultados dec¨ªa que el presidente estaba enterado del espionaje a pol¨ªticos, y un 55% opinaba que la ministra Jara estaba ¡°pintada en la pared¡± como sosten¨ªa la oposici¨®n, pues no investigaba las irregularidades acerca de la DINI.

Seg¨²n una encuesta de febrero de Ipsos Per¨², un 46% de los peruanos estaba al tanto de las denuncias de espionaje a pol¨ªticos y autoridades, aunque solo un 25% sab¨ªa del cierre temporal de la entidad para reorganizarla.

Tras la censura, el presidente debe nombrar un nuevo primer ministro en las pr¨®ximas 72 horas, aunque puede mantener al resto del gabinete. Luego, el pleno del Congreso debe darle su voto de confianza en los pr¨®ximos 30 d¨ªas a su juramentaci¨®n. Si el Parlamento deniega la confianza por segunda vez a un primer ministro, el presidente puede cerrar ese poder del Estado y convocar a elecciones legislativas anticipadas.