Teher¨¢ngeles no se f¨ªa de Teher¨¢n
Los iran¨ªes de Los ?ngeles, que acoge a la mayor comunidad en el extranjero, quieren el fin de las sanciones, pero creen que el r¨¦gimen incumplir¨¢ su parte
A los pies de Beverly Hills est¨¢ Teher¨¢ngeles. Por las aceras de Westwood Boulevard, en el centro de Los ?ngeles, se encuentra el lugar que la ciudad ya ha reconocido oficialmente como Persian Square. Aqu¨ª empezaron los primeros negocios de inmigrantes iran¨ªes a mediados de los a?os setenta, cuando la ¨¦lite del Ir¨¢n mon¨¢rquico enviaba a sus hijos a estudiar a California. La revoluci¨®n isl¨¢mica de 1979 y el fin de la monarqu¨ªa hicieron crecer esa peque?a di¨¢spora de Los ?ngeles hasta convertirla en la mayor poblaci¨®n de iran¨ªes fuera de Ir¨¢n, alrededor de medio mill¨®n de personas que consumen comida, libros, peri¨®dicos y televisi¨®n iran¨ªes y que estos d¨ªas celebra el a?o nuevo persa por todo lo alto.
Los iran¨ªes acogidos por el Gran Sat¨¢n (como los ayatol¨¢s bautizaron a EE UU) contemplan las negociaciones sobre el desarrollo nuclear iran¨ª divididos entre la esperanza de que su antiguo pa¨ªs tenga una relaci¨®n normal con Occidente y el convencimiento de que el r¨¦gimen del que huyeron no es fiable.
En la librer¨ªa Kolbe Ketab de Westwood no tienen ni un libro en ingl¨¦s. En ella, Kikhorso Behrozi lee sumergido en m¨²sica persa sin demasiada preocupaci¨®n por la ausencia de clientes. Lleva 36 a?os en Los ?ngeles. De familia musulmana, lleg¨® para estudiar radio y televisi¨®n unos meses antes de que estallara la revoluci¨®n isl¨¢mica. No ha vuelto a Ir¨¢n. Se declara ¡°optimista¡± sobre las negociaciones. ¡°Esperamos tener mejores relaciones, incluso con este maldito Gobierno¡±. Lo que m¨¢s le preocupa a Behrozi es que ¡°la gente est¨¢ sufriendo por culpa de las sanciones¡±.
En 2007, el inversor tecnol¨®gico Jim Delshad hizo historia al convertirse en el primer cargo electo de la comunidad iran¨ª: fue alcalde de Beverly Hills dos veces. De familia jud¨ªa iran¨ª, lleg¨® a EE UU en 1959 para estudiar. Decidi¨® meterse en pol¨ªtica ¡°para ayudar a la comunidad¡±. ¡°Cre¨ª que necesitaban un mejor reconocimiento y un mejor nombre. Muchos los miraban mal porque ven¨ªan de un pa¨ªs terrorista. Los iran¨ªes vienen aqu¨ª huyendo de esa mentalidad, y cuando llegan sufren doble¡±, dice. Delshad explica que la mayor¨ªa son musulmanes, con minor¨ªas jud¨ªas, cristianas y bahai. ¡°Ir¨¢n era muy parecido. No se casan entre ellos, pero se respetan todos¡±.
¡°La negociaci¨®n es buena; mejor que la guerra. Pero la comunidad sabe que los l¨ªderes de Ir¨¢n no son fiables. Cualquier cosa se debe hacer con mucho cuidado. No estamos seguros de c¨®mo van a acabar estas negociaciones, pero sabemos que [los l¨ªderes iran¨ªes] no cumplir¨¢n lo firmado¡±. Delshad, de 75 a?os, cuenta que le encantar¨ªa volver a ver Hiraz, su pueblo, pero no ha regresado a Ir¨¢n. ¡°Cuando vi a [el anterior presidente iran¨ª Mamud] Ahmadineyad negar el Holocausto, me convenc¨ª de que era muy peligroso¡±.
En Los ?ngeles hay unos 50.000 jud¨ªos iran¨ªes, seg¨²n Tourai Darvayee, director del centro Samuel Jordan de Estudios Persas de la Universidad de California en Irvine. Las oleadas de inmigrantes han venido marcadas por la evoluci¨®n de Ir¨¢n. ¡°Si viniste en 1979 fue por pol¨ªtica. Con el tiempo, fue por cuestiones de derechos humanos. Despu¨¦s, por problemas econ¨®micos¡±, explica Darvayee. ¡°Ir¨®nicamente, hay mucha gente que va y viene a Ir¨¢n. Los que tienen contacto, estar¨¢n muy contentos [con las negociaciones]. Pero los activistas pol¨ªticos que emigraron por persecuci¨®n religiosa y pol¨ªtica estar¨¢n en contra¡±. Una normalizaci¨®n de relaciones ¡°ser¨¢ una gran p¨¦rdida para los nost¨¢lgicos de la monarqu¨ªa¡±. ¡°Personalmente, estoy a favor del di¨¢logo y de una transici¨®n pac¨ªfica¡±.
La ¨²ltima gran oleada de refugiados la protagonizaron los cristianos armenios iran¨ªes, a partir de los a?os noventa. Esta gran comunidad se ha instalado al este de la ciudad, principalmente en el municipio de Glendale. Los armenios comenzaron a llegar por miles cuando una ley de EE UU que garantizaba asilo a las minor¨ªas religiosas de Rusia se ampli¨® a Ir¨¢n, explica Martin Zogg, del International Rescue Committee, una organizaci¨®n que ayuda a instalarse a refugiados. "En los ¨²ltimos a?os hemos recolocado miles de armenios cristianos. Las condiciones para ellos en Ir¨¢n se han deteriorado, ahora sufren un tipo de persecuci¨®n que no hab¨ªa antes".
El supermercado Tochal traslada al cliente a miles de kil¨®metros. ¡°Esto es Teher¨¢n¡±, dice la mujer al otro lado del mostrador. Todd K., de 36 a?os, cuenta que son una familia de religi¨®n bahai, refugiada en EE UU por la discriminaci¨®n que sufr¨ªan en Ir¨¢n. Todd quiere dejar claro que el Gobierno de Ir¨¢n no tiene nada que ver con la gente. ¡°No son la voz de la gente¡±.
Enfrente, una de las librer¨ªas m¨¢s antiguas de Westwood sirve como centro cultural y editora de libros y revistas. Se llama simplemente Ketab y la fund¨® Bijan Khalili, jud¨ªo iran¨ª de 64 a?os que vio la revoluci¨®n en directo. En 1979, acababa de empezar a estudiar pol¨ªticas en Teher¨¢n. El d¨ªa de Acci¨®n de Gracias del noviembre de aquel a?o lleg¨® a Los ?ngeles para no volver. ¡°Me fui porque no pod¨ªa soportar la Rep¨²blica Isl¨¢mica totalitaria¡±. Solo volver¨ªa a Teher¨¢n ¡°si se derrumba el r¨¦gimen¡±. Asegura que un acuerdo sobre el programa nuclear iran¨ª ¡°no ofrece garant¨ªas¡±.
Incluso con un acuerdo, ¡°si paran el programa nuclear, ?en qu¨¦ beneficia eso a la gente? Eso no significa que vaya a cambiar nada. [El dictador libio Muamar el] Gadafi dej¨® su programa nuclear porque le presionaron¡±. ¡°Si no les presionan, no lo van a dejar¡±.
Homayoun Houshiarneyad, que dirige el peri¨®dico persa local Asremrooz, dice que ¡°los iran¨ªes en general no tienen ninguna confianza en el Gobierno iran¨ª. Creemos que la negociaci¨®n es una rama de olivo que EE UU ofrece al r¨¦gimen y este le va a sacar todo el beneficio posible¡±. ¡°La mayor¨ªa opina que nada bueno a largo plazo va a salir de estas negociaciones, porque si fracasan habr¨¢ m¨¢s sanciones y acabar¨¢ por da?ar a la poblaci¨®n¡±, contin¨²a Houshiarneyad. Por otro lado, ¡°si el r¨¦gimen siente que las sanciones amenazan su supervivencia, puede que llegue a un acuerdo sobre el tema nuclear¡±, pero de nuevo perjudica a la gente, ¡°porque eso asegura que la Revoluci¨®n seguir¨¢ en el poder dominando todos los aspectos de la vida de los iran¨ªes, como en los ¨²ltimos 35 a?os¡±.
En cuatro pasos, entre carteles en persa, en el centro de Los ?ngeles se puede tener la sensaci¨®n de haber paseado por Teher¨¢n; o por lo que pudo ser Teher¨¢n. Iran¨ªes musulmanes, jud¨ªos, cristianos y bahai puerta con puerta, comprando su comida, leyendo sus peri¨®dicos y sin hablar una palabra de ingl¨¦s. ¡°Ir¨¢n es un crisol [melting pot] igual que EE UU. Nosotros ya ven¨ªamos de un crisol¡±, bromea Khalili con cierta tristeza. ¡°Eso era lo bueno de Ir¨¢n, hab¨ªa gente diferente¡±.
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