¡°Firma, tenemos que estar bien con los nuestros¡±

Desde hace un mes Venezuela ha dejado en ascuas todos sus planes para atajar la crisis econ¨®mica. Toda la administraci¨®n p¨²blica est¨¢ comprometida en alcanzar el objetivo propuesto por el presidente Nicol¨¢s Maduro: diez millones de firmas para pedirle al Gobierno de Estados Unidos que derogue el decreto que impone sanciones en este pa¨ªs contra siete altos funcionarios del r¨¦gimen chavista. Nadie ha descansado. Hasta en Semana Santa se buscaron los nombres. En las empresas compradas por capitales chavistas tambi¨¦n est¨¢n colaborando para llegar a la meta.

En ingl¨¦s, en espa?ol, con tono nacionalista exaltado o m¨¢s calmado. Es frecuente ver en la televisi¨®n local a Maduro y sus m¨¢s cercanos colaboradores exigiendo el fin de las sanciones. La grey chavista ha aprendido de memoria y en ambos idiomas las frases clave de la campa?a No somos amenaza, somos esperanza, que utiliza como una oraci¨®n ¡ª¡°Obama, deroga el decreto ya¡±¡ª como etiqueta en las redes sociales.

Esa parece ser de momento la ¨²nica preocupaci¨®n del chavismo. Se ha solapado la preocupaci¨®n por generar m¨¢s ingresos a partir de la propuesta de incrementar la gasolina, que en este pa¨ªs se regala, formulada por el propio Maduro cuando anunci¨® en febrero sus medidas econ¨®micas. El Gobierno hab¨ªa prometido presentar en marzo ante la Asamblea Nacional una propuesta para incrementar el costo del litro. El mes finaliz¨® sin anuncios.

Maduro se ha encomendado a la estrategia de declararse v¨ªctima de la agresi¨®n imperial para intentar remontar el adverso resultado que pronostican los diferentes estudios de opini¨®n en las elecciones parlamentarias, que a¨²n no tienen fecha. Los diez millones de firmas recuerdan estrategias similares seguidas en el pasado no solo por su antecesor Hugo Ch¨¢vez, sino por la Revoluci¨®n Cubana, el abrevadero del gobierno venezolano, cuando intent¨® sin ¨¦xito cosechar diez millones de toneladas de az¨²car en la zafra de 1970.

El Gobierno asegura que hasta ahora 9.182.432 personas han firmado la petici¨®n contra Estados Unidos. Pero a la par del j¨²bilo que demuestran las autoridades por aproximarse a la meta, tambi¨¦n comienzan a conocerse denuncias que indican que las r¨²bricas no siempre se obtienen de forma voluntaria. La organizaci¨®n Transparencia Venezuela ha documentado tres casos. Y este diario conoci¨® que en el grupo ?ltimas Noticias, un conglomerado de medios impresos adquirido hace un par de a?o con dinero relacionado con el Gobierno, los empleados del ala administrativa han sido conminados a apoyar la iniciativa chavista. El vicepresidente de Finanzas de la empresa, Rafael D¨ªaz, le dijo a un empleado: "Firma, tenemos que estar bien con los nuestros". Y toda la oficina, temerosa de perder sus empleos o de sufrir el acoso en venganza, coloc¨® su nombre.