Clinton deber¨¢ ganarse el voto latino

La exsecretaria de Estado de Barack Obama y ahora precandidata presidencial dem¨®crata para sucederlo en 2017 no se prodiga en las redes sociales. Aunque inaugur¨® su cuenta de Twitter hace casi dos a?os y tiene m¨¢s de tres millones de seguidores, el n¨²mero de mensajes enviados por Hillary Clinton no llega ni a 150. Por eso, pr¨¢cticamente cada uno de sus tuits es analizado minuciosamente por su potencial significaci¨®n pol¨ªtica.

El que envi¨® el 21 de noviembre de 2014, justo despu¨¦s de que Obama anunciara la mayor regularizaci¨®n de sin papeles de las ¨²ltimas d¨¦cadas -proceso ahora paralizado en los tribunales- fue inequ¨ªvoco.

¡°Gracias POTUS (acr¨®nimo de presidente de EE UU) por actuar en materia de inmigraci¨®n ante la inacci¨®n. Ahora, trabajemos hacia una reforma bipartidista permanente¡±, tuite¨® Clinton.

Y ten¨ªa una intenci¨®n clara: ganar puntos ante el electorado hispano, esa comunidad que ya es la primera minor¨ªa del pa¨ªs y cuyo voto, sobre todo en elecciones presidenciales, es considerado clave.

Obama ha reconocido que logr¨® la reelecci¨®n en 2012 gracias en buena parte a ese 71% de hispanos que lo apoyaron. Clinton tambi¨¦n es consciente de que no podr¨¢ cumplir su sue?o de ocupar por derecho propio la Casa Blanca en la que ya vivi¨® como primera dama si no logra hacerse con ese voto latino. Antes de perder contra Obama en las primarias de 2008, Clinton doblaba el apoyo hispano a quien finalmente la derrot¨®. Pero han pasado casi ocho a?os desde entonces, y muchas cosas que han movido a la comunidad cuyo voto desea la influyente dem¨®crata.

No tiene que presentarse, es como si la conoci¨¦ramos¡±

Una encuesta de Latino Decisions publicada tras el anuncio de Obama en noviembre pregunt¨® a electores hispanos si votar¨ªan a Clinton en 2016 si ¨¦sta promete continuar la acci¨®n ejecutiva migratoria. El 85% de los sondeados dijo que s¨ª. Por el contrario, si la precandidata se negara a comprometerse con esta medida, el n¨²mero de hispanos que la votar¨ªa en noviembre de 2016 solo llegar¨ªa al 37%, frente a un 55% que no la apoyar¨ªa.

Clinton ¡°tiene una oportunidad hist¨®rica para solidificar el creciente voto latino a favor del Partido Dem¨®crata¡±, se?ala Matt Barreto, cofundador de Latino Decisions y profesor de la UCLA, en declaraciones a EL PA?S.

¡°Sin embargo -advierte- el apoyo y entusiasmo por Clinton no es una certeza¡±.

Seg¨²n Barreto, para asegurarse el apoyo hispano Clinton ¡°tendr¨¢ que trabajar par explicar muchos de sus comentarios durante la campa?a de 2008 contra las licencias de conducir (para los indocumentados) y a favor de la seguridad fronteriza, as¨ª como sus comentarios contra los menores no acompa?ados de Centroam¨¦rica llegados en 2014¡±.

Clinton ¡°podr¨ªa posicionarse muy bien para lograr un nuevo r¨¦cord de votos latinos en 2016¡±

El tuit de noviembre apunta a que ha comprendido ese mensaje, aunque incluso sus m¨¢s arduos defensores conceden que Clinton deber¨¢ trabajar m¨¢s para hacerse con un voto que no es incondicional.

¡°No, absolutamente no¡±, responde sin dudar Delia Garc¨ªa cuando se le pregunta si Clinton puede dar por sentado el respaldo hispano a su candidatura. Y eso que esta exlegisladora dem¨®crata en el Estado de Kansas es una de sus seguidoras m¨¢s convencidas y activas: forma parte del comit¨¦ de acci¨®n pol¨ªtica -grupo de recaudaci¨®n- ¡°Ready for Hillary¡± (Listos para Hillary) y hasta ha celebrado fiestas latinas en su casa en Washington para promover entre el electorado hispano la candidatura de la exsecretaria de Estado.

A Hillary Clinton le gusta recordar que su v¨ªnculo latino viene de largo. En sus memorias sobre su paso por la Casa Blanca como primera dama, ¡°Living History¡±, relata c¨®mo en el verano de 1972 viaj¨® a Texas como parte del equipo del candidato dem¨®crata a la presidencia, George McGovern, (que acabar¨ªa perdiendo frente al republicano Richard Nixon) para ayudar a registrar votantes negros e hispanos. All¨ª empez¨® a estrechar lazos con algunos activistas latinos que luego apoyar¨ªan la campa?a de su marido, Bill Clinton, y a darse a conocer entre un electorado que, d¨¦cadas m¨¢s tarde, podr¨ªa ser clave para su propia candidatura.

A d¨ªa de hoy en lugares como Texas, Clinton sigue siendo considerada una m¨¢s de ¡°la familia¡±, subraya Garc¨ªa usando el t¨¦rmino en espa?ol, aunque la conversaci¨®n con este peri¨®dico la mantiene en ingl¨¦s. ¡°No tiene que presentarse, es como si la conoci¨¦ramos¡± de siempre, se?ala.

Pese a ello, Clinton deber¨¢ luchar por el voto hispano, reconoce Garc¨ªa. En el campo dem¨®crata -si es que surgen m¨¢s precandidatos- los expertos no ven por el momento ning¨²n serio desaf¨ªo en t¨¦rminos de voto latino.

Pero s¨ª podr¨ªa tener ¡°problemas¡± si acaba en la carrera final por la presidencia con Jeb Bush o Marco Rubio como rival republicano, por el gancho que tienen los dos posibles candidatos entre los hispanos, subraya Barreto. Eso s¨ª, si ¡°clarifica¡± sus posiciones en temas migratorios, indica, Clinton ¡°podr¨ªa posicionarse muy bien para lograr un nuevo r¨¦cord de votos latinos en 2016¡±.

Tampoco estar¨ªa de m¨¢s, agrega Garc¨ªa, que Clinton designara a un latino -¡°preferiblemente una latina¡±, puntualiza- para un alto cargo dentro de su equipo de campa?a. Seg¨²n la prensa estadounidense, eso es algo que ya tiene en mente. La elegida ser¨ªa Amanda Renteria, la primera jefa de personal latina en el Senado y que ser¨ªa nombrada directora de pol¨ªtica nacional, uno de los puestos clave en una campa?a como la presidencial que, para Clinton, acaba de comenzar en serio.