San Diego celebra su origen espa?ol
El museo mar¨ªtimo de la ciudad californiana construye una r¨¦plica del gale¨®n 'San Salvador', el primer barco europeo que lleg¨® a California
El primer barco europeo que toc¨® tierra en la costa oeste de lo que hoy es EE UU lo hizo en un punto de la bah¨ªa de San Diego, en el sur de California, el 28 de septiembre de 1542. El barco era espa?ol, se llamaba San Salvador, y el lugar aproximado es hoy un agradable parque municipal a la orilla del mar llamado Spanish Landing (literalmente, Parque del Desembarco Espa?ol). Precisamente ah¨ª, el Museo Mar¨ªtimo de San Diego est¨¢ construyendo una r¨¦plica de aquel barco. Para San Diego, el San Salvador es un s¨ªmbolo fundacional de California como el Mayflower lo es de Nueva Inglaterra.
Al frente de la expedici¨®n, con 170 tripulantes espa?oles y portugueses, estaba Juan Rodr¨ªguez Cabrillo, el primer europeo que pis¨® el oeste, m¨¢s de dos siglos antes de que el fraile mallorqu¨ªn Jun¨ªpero Serra empezara a pie la expansi¨®n de Nueva Espa?a hacia el norte. Cabrillo explor¨® la costa hasta San Francisco y muri¨® durante la expedici¨®n. No construy¨® puertos fijos para las rutas entre Am¨¦rica y Asia. Un monumento a Cabrillo corona el cabo de San Diego donde se cree que fue el lugar exacto del desembarco.
Juan Cabrillo se estudia en los colegios de California. Esperamos convertirlo en una historia a¨²n m¨¢s grande con el barco
Mark Montijo, Museo Mar¨ªtimo de San Diego
¡°Yo lo veo como el primer turista de San Diego¡±, afirma Mark Montijo, vicepresidente del Museo Mar¨ªtimo de San Diego. La instituci¨®n presenta la historia de Cabrillo como un encuentro pac¨ªfico con los ind¨ªgenas que al mismo tiempo es un s¨ªmbolo del origen marinero de la ciudad y de la inmigraci¨®n europea que dio forma a EE UU. ¡°Cabrillo se estudia en los colegios en California. Esperamos, a trav¨¦s del barco, convertirlo en una historia a¨²n m¨¢s grande. Para el Museo Mar¨ªtimo (el barco) es una pieza muy importante. Nuestro papel es ser la memoria colectiva de nuestra herencia mar¨ªtima".
El proyecto de resucitar el San Salvador es un motivo de orgullo local. Ha costado 12 millones de d¨®lares, de los cuales la mitad han salido de donaciones privadas. Adem¨¢s, las empresas e industrias locales han contribuido con donaciones de material. Dos terceras partes de los trabajadores son voluntarios, gente que pasa por all¨ª y se pone a las ¨®rdenes de los jefes de la obra para echar una mano y sentirse parte de la construcci¨®n.
Cabrillo construy¨® el San Salvador en la costa de lo que hoy es Guatemala en 18 meses. En el siglo XXI, la construcci¨®n de la r¨¦plica lleva ya cuatro a?os. La primera diferencia entre un proyecto y otro es ¡°unos cuantos cientos de esclavos¡±, bromea Peter Wilson. Una ma?ana de abril, Wilson dirige a una docena de voluntarios en la fase final de la construcci¨®n. El lugar est¨¢ adornado con una tienda de campa?a de sospechoso aspecto medieval y colores de Castilla, Catalu?a, Espa?a y Portugal. El barco se ve terminado solo en el casco. Los m¨¢stiles est¨¢n alineados en el suelo y las cuerdas, untadas de brea, sec¨¢ndose al sol californiano.
Wilson es un neozeland¨¦s que aprendi¨® a construir barcos en Auckland y trabaj¨® durante dos a?os en el equipo del Desaf¨ªo Espa?ol en Valencia durante la Copa del Am¨¦rica. Explica que el barco s¨®lo es r¨¦plica en la parte por encima de la superficie. ¡°Por abajo, es moderno, tiene motor y equipos de seguridad¡±. El barco, cuya principal funci¨®n ser¨¢ educativa, cumple con todos los requisitos modernos para llevar pasajeros. En la construcci¨®n han utilizado madera sapele de Rep¨²blica Centroafricana. Wilson destaca la dificultad de trabajar con madera seca, a la que hay que dar forma a base de cortes. ¡°Cabrillo lo ten¨ªa m¨¢s f¨¢cil. Solo ten¨ªa que entrar en el bosque, elegir un ¨¢rbol, pedir que se lo cortasen y llevarlo rodando hasta el agua. Creo que lo hizo tan deprisa que la madera no lleg¨® a secarse¡±. La quilla est¨¢ llena de plomo para conseguir un equilibrio que Cabrillo debi¨® de conseguir llenando la bodega de piedras, explica Wilson. Todo esto se ha hecho a partir de deducciones. En realidad, nadie sabe c¨®mo era el San Salvador. Wilson calcula que tardar¨¢n a¨²n ocho o nueve meses en terminar el interior del barco.
Cabrillo construy¨® el 'San Salvador' en la costa de Guatemala en 18 meses. En el siglo XXI, la construcci¨®n de la r¨¦plica lleva ya cuatro a?os
La idea de construir la r¨¦plica del barco como una pieza central del museo viene de los a?os ochenta, pero fue hace 10 a?os cuando se recuper¨® el proyecto. ¡°El museo invit¨® a historiadores y navieros de todo el mundo para opinar sobre c¨®mo era el barco. Hubo discrepancias, puesto que no hab¨ªa planos o dibujos. Fue una conferencia de una semana. Sab¨ªamos que pod¨ªa cargar 200 toneladas y, por lo que tardaron en las distancias que recorrieron, sabemos el tama?o del barco¡±.
Este fue el gran reto de la construcci¨®n. No hay ninguna referencia original del barco conocida. ¡°El cuaderno de bit¨¢cora se perdi¨® unos 100 a?os despu¨¦s de la expedici¨®n¡±, explica Montijo. ¡°Tenemos relatos de gente que vio los originales¡±. A partir de ah¨ª, las fuentes han sido b¨¢sicamente cualquier documento en el que se pudiera ver un gale¨®n espa?ol del siglo XVI, incluyendo pinturas de Brueghel. La fuente principal para hacerse una idea de c¨®mo era el San Salvador fueron los pecios espa?oles recuperados en Red Bay, Canad¨¢. As¨ª, el dise?o de este San Salvador se hizo a partir de deducciones de historiadores, que despu¨¦s fueron convertidas en planos por un arquitecto naval. ¡°La investigaci¨®n a¨²n contin¨²a. Probablemente haya que cambiar cosas sobre la marcha¡±, dice Montijo.
La botadura del San Salvador estaba prevista para el pr¨®ximo domingo, 19 de abril. Sin embargo, la semana pasada el museo anunci¨® que deb¨ªa retrasarse por cuestiones de seguridad no resueltas que no ten¨ªa garant¨ªas de terminar en dos semanas. Cuando se pose en el mar, ser¨¢ completado el interior y los m¨¢stiles. Despu¨¦s, el proyecto quiere recorrer toda California, explicando a colegios y curiosos c¨®mo fue la primera pincelada de Europa que se asom¨® a esta costa.
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