700 inmigrantes desaparecidos tras hundirse su barco en aguas libias

Hace falta un n¨²mero grande y redondo, ?400, 500, 600¡­?, imposible de soslayar entre las noticias de corrupci¨®n y los goles de la jornada, para que las autoridades no tengan m¨¢s remedio que sentirse aludidas y, ahora s¨ª, de verdad, anuncien un plan conjunto, coordinado, capaz o casi de frenar la muerte de personas ¡ªinmigrantes solo son durante un periodo de su vida y porque no tienen m¨¢s remedio¡ª en el Mediterr¨¢neo. Pero la tragedia que ayer despert¨® a Europa ¡ªun viejo barco ocupado por unos 700 africanos vuelca frente a las costas de Libia y solo es posible salvar a 28 y recuperar 24 cad¨¢veres¡ª es un eslab¨®n m¨¢s de una larga cadena de sufrimientos: un millar de muertos en los ¨²ltimos d¨ªas, 3.200 entre hombres, mujeres y ni?os durante el pasado a?o; cientos de ata¨²des ¡ªmuchos de ellos blancos¡ª colocados en un hangar del aeropuerto de Lampedusa en octubre de 2013. A la espera de que las viejas promesas se conviertan en realidad, los cementerios del sur de Italia siguen llen¨¢ndose de tumbas sin nombre.

El terror al mar ¡ªmuchos de los que huyen de la miseria o guerra en ?frica no saben nadar¡ª, las penurias dejadas atr¨¢s y la aparente cercan¨ªa de la salvaci¨®n se convirtieron en una aleaci¨®n mortal. En la medianoche entre el s¨¢bado y el domingo, cuando se encontraban a 70 millas de Libia, a 112 de Malta y a 130 de la isla italiana de Lampedusa, los ocupantes de un pesquero viejo y destartalado como los que suelen utilizar los traficantes de hombres vieron acercarse un barco. Se trataba del carguero King Jacob, de bandera portuguesa, que hab¨ªa sido enviado a la zona por el Centro Nacional de Socorro de la Guardia Costera italiana. Instintivamente, los inmigrantes se abalanzaron hacia un lado para pedir ayuda y el pesquero volc¨®. Ni los esfuerzos de la tripulaci¨®n del carguero ni las numerosas embarcaciones de socorro enviadas a la zona por la guardia costera italiana y por el Gobierno de Malta pudieron hacer m¨¢s que salvar a 28 personas e izar del agua los cad¨¢veres de otras 24. A pesar de lo c¨¢lido de las aguas en esa zona, que mantuvo durante toda la jornada la esperanza de encontrar a m¨¢s supervivientes, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, confirm¨® a media tarde que los esfuerzos hab¨ªan resultado in¨²tiles: ¡°La reconstrucci¨®n de los hechos es todav¨ªa nebulosa. No podemos precisar a¨²n el n¨²mero de fallecidos, pero al tratarse de vidas humanas, una ya es mucho. No podemos hacer estad¨ªsticas, ni pol¨¦micas absurdas, con una desgracia as¨ª¡±.

Italia moviliz¨® para el rastreo 12 embarcaciones, tres helic¨®pteros y un avi¨®n.

Al contrario que en otros naufragios acaecidos en el canal de Sicilia, en los que la ausencia de testigos deja para siempre en la duda la magnitud de la tragedia, la presencia cercana del carguero portugu¨¦s y el testimonio de los supervivientes provoc¨® que, desde un primer momento, tanto las autoridades italianas como las organizaciones de ayuda humanitaria admitiesen que, con mucha probabilidad, la cifra de desaparecidos podr¨ªa alcanzar los 700. Carlotta Sami, la portavoz de ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados) en Italia, advirti¨® de que, si se confirma esa cifra, ¡°se tratar¨ªa de la mayor tragedia vivida en el Mediterr¨¢neo, una aut¨¦ntica hecatombe¡±.

El naufragio se produce adem¨¢s apenas unos d¨ªas despu¨¦s de otro muy similar. El pasado martes, la organizaci¨®n Save the Children alert¨® de la desaparici¨®n de 400 personas que viajaban en una embarcaci¨®n parecida, seg¨²n aseguraron los supervivientes. Como advierte la agencia europea de control de fronteras externas (Frontex), la traves¨ªa de inmigrantes hacia Europa se disparar¨¢ con el buen tiempo en el Mediterr¨¢neo ¡ªcomo ya se ha visto en las primeras semanas de abril y como ya sucedi¨® en 2014¡ª y se aventuran ¡°incrementos importantes que generar¨¢n sin ninguna duda un c¨²mulo de situaciones preocupantes¡±.

El primer ministro Renzi inform¨® de que los 24 cad¨¢veres ser¨¢n trasladados a Malta. Como sucede en cada naufragio ¡ªaquellos cientos de ata¨²des sin nombres en el hangar de Lampedusa¡ª ser¨¢ muy dif¨ªcil tambi¨¦n ahora conocer la identidad, el origen y el n¨²mero exacto de los inmigrantes que, sobre la medianoche del domingo, se hundieron a pocas brazas del King Jacob. Desde la plaza de San Pedro, el papa Francisco traz¨® un perfil en su honor, un alegato contra la indiferencia: ¡°Son hombres y mujeres como nosotros, hermanos que buscan una vida mejor; hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, v¨ªctimas de guerras¡­ Hombres y mujeres como nosotros. Buscaban la felicidad¡±.