El ¡®contable de Auschwitz¡¯ admite su responsabilidad moral en las muertes
Gr?ning, acusado de colaborar en 300.000 asesinatos, ser¨¢ de los ¨²ltimos nazis procesados
"En t¨¦rminos morales, mis acciones me hacen culpable", ha declarado este martes Oskar Gr?ning, acusado de colaborar como miembro de las SS en el asesinato de unos 300.000 presos en Auschwitz-Birkenau. "Me presento ante las v¨ªctimas con remordimiento y humildad", ha dicho. "Sobre mi responsabilidad a nivel legal, ustedes deben decidir", ha a?adido ante la audiencia de la localidad alemana de L¨¹neburg. Gr?ning, el hombre al que la revista Der Spiegel bautiz¨® como el contable de Auschwitz, se ocup¨® entre septiembre de 1942 y octubre de 1944 de registrar las pertenencias de los deportados que llegaban al campo.
"Los pecados tienen que ser juzgados. Y lo que ocurri¨® en Auschwitz-Birkenau fue un pecado. Un crimen para la eternidad", dijo el lunes Eva Pusztai-Fahidi. Esta superviviente h¨²ngara del campo de concentraci¨®n nazi hablaba desde L¨¹neburg, la peque?a ciudad del centro de Alemania en donde este martes ha comenzado el proceso contra Gr?ning.
El proceso que ahora inicia la audiencia de L¨¹neburg ha acaparado la atenci¨®n de los medios alemanes. En primer lugar, porque puede ser uno de los ¨²ltimos que se emprendan contra responsables nazis por la elevada edad de los supervivientes. Adem¨¢s de Gr?ning, que hoy tiene 93 a?os, tambi¨¦n esperan juicio otros dos miembros de las SS, todos ellos nonagenarios.
El proceso interesa tambi¨¦n por la personalidad del protagonista. Gr?ning, al contrario que otros acusados de cr¨ªmenes nazis, no ha tenido reparos en hablar de lo que ocurri¨® entonces e insiste en que no peg¨® ni un tiro. En una entrevista concedida hace diez a?os a Der Spiegel, se describ¨ªa a s¨ª mismo tan solo como "una pieza m¨¢s del engranaje". Un engranaje en el que fueron asesinadas m¨¢s de 1,1 millones de personas. "Me siento culpable hacia el pueblo jud¨ªo por haber formado parte de un grupo que cometi¨® esos cr¨ªmenes. Pero yo no los hice", a?ad¨ªa entonces.
La justicia alemana no ha tenido que ir a buscar a Gr?ning a un pa¨ªs lejano al que se hubiera huido. El nonagenario llevaba una tranquila vida en L¨¹neburg, la ciudad situada a unos 50 kil¨®metros al sur de Hamburgo en la que a partir del martes ser¨¢ juzgado. Mientras Gr?ning se justifica diciendo que no dispar¨® un tiro, la fiscal¨ªa limita sus cargos a unos meses de 1944 en los que se desarroll¨® la llamada "operaci¨®n Hungr¨ªa". Entonces llegaron a Auschwitz 137 transportes procedentes de ese pa¨ªs, con 425.000 deportados, de los cuales unos 300.000 murieron en las c¨¢maras de gas.
Hace cuatro a?os, un juez de M¨²nich conden¨® en 2011 al ucranio John Demjanjuk a cinco a?os de c¨¢rcel por su complicidad en la muerte de m¨¢s de 29.000 jud¨ªos en el campo nazi de Sobibor, donde sirvi¨® como guardia voluntario. Demjanjuk, que no pronunci¨® una palabra durante el juicio, morir¨ªa unos meses despu¨¦s de ser sentenciado en el asilo de ancianos al que hab¨ªa sido trasladado por motivos de salud. ?l tampoco particip¨® directamente en la muerte de los prisioneros, pero la justicia le hall¨® culpable por complicidad.
Pero, como asegur¨® el lunes Pusztai-Fahidi, a los supervivientes que no les preocupa tanto que el acusado cumpla la sentencia, sino que se le juzgue. "Lo importante es que la sociedad tome nota". Los jud¨ªos supervivientes que se han desplazado a L¨¹neburg desde pa¨ªses como Estados Unidos, Canad¨¢, Hungr¨ªa, Reino Unido o Israel reclaman justicia. "Nunca es demasiado tarde para tener justicia", a?adi¨® Hedy Bohm, llegada de Toronto, en la rueda de prensa celebrada en Alemania.
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