Las claves del genocidio armenio
Se cumplen 100 a?os de la persecuci¨®n en la que muri¨® casi un mill¨®n de personas
En 1915, el Gobierno otomano orden¨® la deportaci¨®n de los armenios, una comunidad cristiana, a los desiertos de Siria. En la persecuci¨®n que sigui¨® murieron cerca de un mill¨®n de personas. Estas son las claves de un genocidio que comenz¨® hace ahora 100 a?os.
El contexto. Un imperio en descomposici¨®n
A principios del siglo XX, entre 1,5 y dos millones de armenios habitaban el Imperio Otomano, y algunos miembros de la comunidad gozaban de posiciones respetables en el seno de la Administraci¨®n ¡ªhubo incluso ministros armenios¡ª, en los negocios financieros o como arquitectos de la corte del sult¨¢n, pues era notoria su fama de h¨¢biles artesanos (la industria de los platillos de bater¨ªa a nivel mundial tiene su origen en los armenios de Estambul).
Pero el estado del imperio era deplorable: en los 50 a?os previos a la Primera Guerra Mundial, los otomanos hab¨ªan perdido vastas extensiones de su territorio ante las potencias europeas de la ¨¦poca, provocando un ¨¦xodo de varios millones de refugiados musulmanes hacia Anatolia, que llevaban consigo el odio a los cristianos que los hab¨ªan perseguido y expulsado de los Balcanes, Crimea y el C¨¢ucaso, algo que contribuy¨® al auge de movimientos nacionalistas turco-musulmanes.
La situaci¨®n econ¨®mica tambi¨¦n era catastr¨®fica, y el Estado Otomano se ve¨ªa continuamente obligado a hacer concesiones a sus prestamistas: las mismas potencias europeas que lo derrotaban en el campo de batalla. En las provincias de Anatolia Oriental, los armenios eran sometidos al constante pillaje de las tribus kurdas y al maltrato de las autoridades otomanas, por lo que surgieron varias organizaciones como la Federaci¨®n Revolucionaria Armenia (Dashnak) o el Partido Hunchak, que buscaban un levantamiento general y la intervenci¨®n de las potencias en su auxilio, en especial de Rusia. La represi¨®n de las autoridades otomanas fue brutal y decenas de miles de armenios fueron masacrados en los pogromos de 1891-1896 y 1909.
?C¨®mo se llevaron a cabo las deportaciones? Las marchas de la muerte
La participaci¨®n otomana en la guerra mundial se abri¨® con una sonora derrota ante los rusos en el frente del C¨¢ucaso. Pese a que la raz¨®n principal fue la desastrosa estrategia de los mandos otomanos, el Gobierno, liderado de facto por un triunvirato de nacionalistas turcos ¡ªEnver, Talat y Cemal¡ª, la atribuy¨® al supuesto apoyo de la poblaci¨®n local armenia a las tropas del zar. Al mismo tiempo, se produc¨ªan levantamientos de los partidos revolucionarios armenios en las localidades de Zeitun y Van, lo que fue utilizado por las autoridades para tachar a toda la poblaci¨®n armenia de quintacolumnista.
El 24 de abril de 1915, unos 250 intelectuales y l¨ªderes armenios de Estambul fueron detenidos y deportadas a Ankara, donde ser¨ªan ejecutados. Era el inicio de un plan de limpieza ¨¦tnica que quedar¨ªa plasmado en la Ley de Traslado y Reasentamiento, aprobada el 27 de mayo.
Excepto en Estambul y Esmirna y algunas localidades m¨¢s peque?as, que se librar¨ªan de las deportaciones por intercesi¨®n de las autoridades otomanas, en pr¨¢cticamente todas las poblaciones se sigui¨® el mismo m¨¦todo: primero se oblig¨® a los armenios a entregar sus armas ¡ªa los soldados armenios del Ej¨¦rcito otomano se les reubic¨® en batallones de trabajo¡ª, despu¨¦s se detuvo y asesin¨® a los notables; posteriormente se anunci¨® a los armenios que ser¨ªan deportados. Antes de iniciarse la marcha, los hombres mayores de edad eran separados de mujeres, ni?os y ancianos y, en la mayor parte de los casos, ejecutados.
La ruta, a trav¨¦s de la estepa de Anatolia y con destino a los desiertos de Siria, se convirti¨® en verdaderas marchas de la muerte. Sin apenas acceso a comida o agua, diezmados por las enfermedades, miles de armenios murieron por los caminos. Las columnas de deportados eran habitualmente sometidas a las vejaciones de los gendarmes y a los ataques de bandas de kurdos, turcomanos y circasianos, que adem¨¢s de despojarles de sus pertenencias, raptaban a las j¨®venes para violarlas o tomarlas como esposas. El sufrimiento era tal, que no pocas mujeres se suicidaron lanz¨¢ndose junto a sus ni?os a los r¨ªos o por los precipicios.
Aquellos que lograron llegar hasta Urfa, Alepo o Deir ez-Zor eran pr¨¢cticamente muertos vivientes: ¡°Vimos a muchos armenios que hab¨ªan llegado antes que nosotros y se hab¨ªan convertido en esqueletos ¡ªnarra uno de los deportados que fueron entrevistados en el libro Survivors, de Donald E. Miller y Lorna Touryan¡ª. Nos rodeaban tantos esqueletos, que parec¨ªa que estuvi¨¦semos en el infierno. Todos estaban hambrientos y ten¨ªan sed, y buscaban caras conocidas que les ayudasen. Nos sentimos terriblemente desesperanzados¡±.
?Cu¨¢ntos armenios murieron? La guerra de las cifras
La cifra de v¨ªctimas y deportados contin¨²a siendo hoy motivo de disputa, ya que ambas partes ocultan o utilizan de forma interesada los documentos de la ¨¦poca.
De acuerdo a las autoridades de Armenia, 1,5 millones de armenios perecieron en el genocidio, mientras que los nacionalistas turcos m¨¢s recalcitrantes los reducen a menos de 300.000.
Seg¨²n los documentos del ministro de Interior otomano, Talat Pasha, publicados hace siete a?os, en torno a un mill¨®n de armenios fueron deportados, cifra que a grandes rasgos coincide con la ofrecida en la ¨¦poca por las misiones militares y diplom¨¢ticas de EE UU (1,1 millones) y Gran Breta?a (1,2 millones) o las facilitadas por la delegaci¨®n armenia a la Conferencia de Par¨ªs de 1919 (700.000).
En 1916, Arnold J. Toynbee, un historiador brit¨¢nico encargado por su pa¨ªs de documentar las masacres armenias, hablaba de 600.000 muertos, otros tantos supervivientes de las deportaciones ¡ªparte de los cuales morir¨ªa posteriormente por enfermedades o ataques¡ª y m¨¢s de medio mill¨®n de armenios que habr¨ªan escapado a las deportaciones, algunos de ellos convirti¨¦ndose al islam. El embajador estadounidense en Estambul durante la guerra, Henry Morgenthau, coincide con estos c¨¢lculos y habla de entre 600.000 y un mill¨®n de muertos. El propio Ministerio del Interior Otomano hac¨ªa, en 1919, una estimaci¨®n de 800.000 muertos armenios.
?Qu¨¦ ocurri¨® con los responsables? Operaci¨®n Venganza
Los Estados vencedores de la contienda mundial forzaron al Imperio Otomano a juzgar, si bien in absentia, a los responsables de las deportaciones de armenios, pero la falta de una legislaci¨®n penal internacional apropiada y el inicio de la Guerra de Liberaci¨®n Turca (1919-1922), que expuls¨® a las fuerzas aliadas de Anatolia y puso fin al Imperio Otomano, hizo que las potencias se desentendiesen de los juicios.
En un congreso de la Federaci¨®n Revolucionaria Armenia (Dashnak) de 1919, se decidi¨® que, ante la falta de castigo a los responsables ¡ªla mayor¨ªa de los cuales hab¨ªan huido del Imperio Otomano¡ª, hab¨ªa que tomarse la justicia por su mano. El exiliado armenio Shahan Natalie, cuya familia hab¨ªa sido asesinada en las masacres otomanas de finales del siglo XIX, fue el encargado de planear la operaci¨®n de castigo, bautizada N¨¦mesis en honor a la diosa griega de la justicia y la venganza. En espacio de tres a?os, los principales responsables pol¨ªticos de la penuria de los armenios fueron cayendo bajo las balas de los pistoleros armenios, entre otros, el ministro de Interior Talat Pach¨¢, en Berl¨ªn; el Gran Visir Said Halim, en Roma, y el gobernador de Siria, Cemal Pach¨¢ en Tbilisi. Enver Pach¨¢, otro de los responsables, morir¨ªa luchando contra los sovi¨¦ticos en Asia Central.
D¨¦cadas m¨¢s tarde, un grupo de descendientes de supervivientes armenios fund¨® el Ej¨¦rcito Secreto para la Liberaci¨®n de Armenia (ASALA), organizaci¨®n armada cuyo objetivo era forzar al Gobierno turco a reconocer el genocidio armenio, pagar indemnizaciones a sus v¨ªctimas y ceder parte de su territorio a una Gran Armenia. ASALA actu¨® entre 1975 y 1991, asesinando a 46 personas ¡ªen su mayor¨ªa, diplom¨¢ticos turcos¡ª y cometiendo atentados contra civiles en los aeropuertos de Ankara y Par¨ªs-Orly. En 1975, los militantes armenios atacaron el veh¨ªculo de la embajada turca en Espa?a, matando a tres personas, y en 1979 colocaron sendas bombas en la sede madrile?a de dos aerol¨ªneas.
?Qu¨¦ ocurri¨® con los supervivientes? La di¨¢spora
Al t¨¦rmino de la Primera Guerra Mundial, se lanz¨® una campa?a de ayuda internacional a los supervivientes de las deportaciones, y en los a?os siguientes muchos fueron embarcados con destino a Europa y Am¨¦rica. Algunos permanecieron en los territorios que hoy forman Siria y el L¨ªbano, y aquellos que habitaban en el este de Anatolia escaparon a la reci¨¦n creada Armenia sovi¨¦tica.
Actualmente, unos cinco millones de armenios viven repartidos por el mundo fuera de las fronteras de la Rep¨²blica de Armenia, principalmente en Rusia, EE UU y Francia. Entre los representantes m¨¢s famosos de la di¨¢spora se encuentra el m¨²sico franc¨¦s Charles Aznavour, la cantante estadounidense Cher, los integrantes de la banda System of a Down, la modelo Kim Kardashian o el empresario Kirk Kerkorian, uno de los padres de Las Vegas.
Kerkorian y otros ricos integrantes de la di¨¢spora han sido uno de los pilares econ¨®micos de la paup¨¦rrima Rep¨²blica de Armenia (tres millones de habitantes) a trav¨¦s de sus donaciones y proyectos de cooperaci¨®n. En general, mantienen una postura de fuerte confrontaci¨®n con Turqu¨ªa.
Las implicaciones internacionales
Hasta la fecha, 23 pa¨ªses del mundo han reconocido las matanzas sufridas por los armenios como genocidio, entre ellos, Rusia y la mitad de los socios de la UE. En Latinoam¨¦rica, los Parlamentos de Uruguay, Argentina, Bolivia y Venezuela y Chile han hecho lo propio, mientras que en Espa?a solo lo han aprobado los Parlamentos auton¨®micos de Euskadi, Baleares, Navarra y Catalu?a.
Otros cuatro pa¨ªses ¡ªGrecia, Chipre, Eslovaquia y Suiza¡ª han prohibido la negaci¨®n del genocidio bajo penas de prisi¨®n o multas, algo que trat¨® de imitar Francia en 2012, pero su legislaci¨®n fue tumbada por el Tribunal Constitucional.
Peri¨®dicamente, emisarios turcos y armenios presionan en EE UU para que la Casa Blanca siga la estela de 44 de sus Estados federados, que ya han reconocido el genocidio. Pero por el momento no ha sido as¨ª, ya que en Washington no desean enemistarse con un aliado estrat¨¦gico como es Turqu¨ªa.
La falta de reconocimiento del genocidio por parte de Ankara es una de las cuestiones que envenenan las relaciones entre Turqu¨ªa y Armenia, cuyas fronteras permanecen cerradas. Si bien es cierto que en esta falta de entendimiento juega un papel a¨²n m¨¢s crucial el conflicto de Nagorno-Karabaj, un territorio legalmente perteneciente a Azerbaiy¨¢n ¡ªaliado turco¡ª? y que desde la guerra de 1992-1994 est¨¢ ocupado por Armenia.
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