La gran amenaza de los ¡®cibercapos¡¯
El director de Europol alerta de que hay entre 100 y 1.000 cabecillas de redes delictivas detr¨¢s de los ataques virtuales que proliferan en todo el mundo
Un nuevo vandalismo recorre el globo en un mundo cada vez m¨¢s conectado. Los ciberataques contra grandes compa?¨ªas y organismos, pero tambi¨¦n contra ciudadanos y Gobiernos, se incrementaron en 2014 en un 48%, hasta alcanzar la inimaginable cifra de 42,8 millones de incidentes, seg¨²n un informe de la consultora PwC, la cifra m¨¢s alta desde 2010. La procedencia de los ataques los define: desde China, los piratas inform¨¢ticos se concentran en el robo de propiedad intelectual. Desde Rusia, las organizaciones delictivas virtuales prefieren el espionaje puro, la destrucci¨®n y la criminalidad a secas de toda la vida, pero ahora con nuevos medios.
Como ha advertido el director de Europol, Robin Wainwright, el cibercrimen se ha convertido en la mayor amenaza para la seguridad europea junto al terrorismo. "La amenaza es enorme. Es ahora la prioridad n¨²mero uno, junto al terror. Se est¨¢ convirtiendo en un problema global y necesitamos m¨¢s que nunca instrumentos para hacerle frente", dijo Wainwright el viernes, ¨²ltimo d¨ªa de la Conferencia Global sobre el Ciberespacio celebrada la semana pasada en La Haya. Durante dos jornadas, m¨¢s de 1.800 participantes entre expertos, activistas, gigantes de la web como Microsoft o Facebook, pol¨ªticos de todos los continentes y padres de Internet como Vinton Cerf se reunieron en la ciudad holandesa, convertida esos d¨ªas en una aut¨¦ntica ventana al futuro.
Muchos de los ataques, seg¨²n el director de Europol, se dirigen contra grandes bancos y entidades financieras y son cada vez m¨¢s importantes por su "sofisticaci¨®n en cuanto al malware (software maligno) utilizado y por la sofisticada ingenier¨ªa social para identificar a los empleados de los bancos" y asegura que, aunque varios de estos casos han saltado a las p¨¢ginas de los peri¨®dicos, muchos no llegan a conocerse. Seg¨²n sus datos, hay entre 100 y 1.000 capos detr¨¢s de estos atentados, la mayor¨ªa procedentes de Rusia o de Ucrania. "Es peligroso porque ha habido p¨¦rdidas multimillonarias. Pero lo importante es que pone de manifiesto una capacidad cada vez mayor", asegur¨®.
Como ejemplo de lo que podr¨ªa ser la cooperaci¨®n internacional y de las implicaciones del asunto, el fiscal de Eurojust, Koen Hermass, mencion¨® la Operaci¨®n Black Shades, un operativo lanzado en 2014 contra una organizaci¨®n hom¨®nima que desarroll¨® programas maliciosos en 16 pa¨ªses que permit¨ªan a los compradores infectar ordenadores y controlar sus operaciones. En total, en esa operaci¨®n se detuvieron a 102 personas en Europa, EE UU, Am¨¦rica Latina y Australia.
Defensa de la privacidad
El viejo debate entre seguridad y privacidad est¨¢ m¨¢s de actualidad que nunca con el desarrollo de Internet. En un auditorio lleno, Carl Bildt, ex primer ministro sueco y tambi¨¦n antiguo titular de Exteriores, present¨®, dentro del marco de la Conferencia de La Haya, una de las pocas propuestas concretas de la cumbre. Toward a Social Compact for Digital (en su t¨ªtulo en ingl¨¦s), una especie de Carta Magna de las buenas pr¨¢cticas en la Red, la primera de su especie, de 18 p¨¢ginas y elaborada por un grupo de 29 expertos ¡ªdirigidos por el propio Bildt¡ª es un llamamiento a considerar la privacidad de los usuarios y sus comunicaciones en la Red como un derecho humano m¨¢s y a restaurar la confianza del p¨²blico que, como se vio en la reuni¨®n, est¨¢ muy deteriorada tras las revelaciones de espionaje masivo por parte de varios Gobiernos a sus ciudadanos, como el caso de la NSA estadounidense.
Este manifiesto es el primero del grupo, creado hace un a?o por los think tank Chatam House, de Reino Unido, y el Centro para la Innovaci¨®n de la Gobernanza, de Australia, que publicar¨¢ un informe final sobre esta cuesti¨®n a principios de 2016.
Muchos expertos temen que, mientras crecen los focos de tensi¨®n geopol¨ªtica en todo el mundo, el ciberespacio se convierta en un frente virtual en el que, aparte de dirimirse conflictos con golpes a las infraestructuras de un Estado, por ejemplo, haya cada vez m¨¢s empresas que sufran incidentes no directamente relacionados con sus actividades sino por razones pol¨ªticas, como le ocurri¨® a Sony con el estreno de La entrevista, el filme que parodia al dictador norcoreano Kim Jong-un.
Pero si el diagn¨®stico est¨¢ claro, m¨¢s dif¨ªcil parece como hacerle frente. La urgencia del problema se puso de manifiesto con la sola presencia de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en La Haya. "Los ciberataques impulsan cada vez m¨¢s guerras asim¨¦tricas y conflictos h¨ªbridos", dijo la jefa de la diplomacia europea. " Y la tendencia aumentar¨¢", a?adi¨®. Muchos de los participantes coincidieron en el objetivo de garantizar la seguridad en el ciberespacio en todos los ¨¢mbitos, pero no surgi¨® ninguna nueva estrategia para hacerle frente, a excepci¨®n del manifiesto final y de la creaci¨®n de un Foro Global sobre Ciberexperiencia, un grupo de expertos de 45 pa¨ªses firmantes de la Declaraci¨®n de Budapest de 2001, el primer tratado contra el cibercrimen, la mayor¨ªa pertenecientes al Consejo de Europa pero tambi¨¦n EE UU, Jap¨®n o Panam¨¢. El grupo se reunir¨¢ anualmente en la ciudad holandesa para combatir los nuevos desaf¨ªos de una Internet abierta y libre."Lidiamos con una tarea colectiva", asegur¨® en uno de los seminarios Keit Pentus- Rosinarius, ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, un pa¨ªs que es vanguardia mundial del desarrollo digital y v¨ªctima reciente de un ataque ruso. "Nadie puede hacerlo solo. Necesitamos cooperaci¨®n a nivel global. Adem¨¢s, la ciberseguridad no es s¨®lo una cuesti¨®n de seguridad, sino tambi¨¦n de desarrollo".
Durante toda la conferencia, flot¨® la idea de la imperiosa necesidad de crear un tratado para enfrentarse a los nuevos riesgos, pero no pareci¨® calar entre muchos representantes de los Gobiernos, a pesar de que Holanda inst¨® a? EE UU? a una mayor cooperaci¨®n internacional y a que se pusiera en marcha una normativa internacional que impida a un Estado atacar las infraestructuras y las redes de otro. "No se necesita un nuevo tratado", asegur¨® Christopher Pointer, de la Oficina para la Coordinaci¨®n de Asuntos Cibern¨¦ticos del Departamento de Estado norteamericano. En cambio, para Matt Thomlinson, vicepresidente de Seguridad de Microsoft, "el progreso en las cuestiones de ciberseguridad no es real. No es suficiente".
Joseph S. Nye, el polit¨®logo estadounidense que acu?o la idea del soft power (poder blando), se mostr¨® m¨¢s optimista: "Deben existir normas, pero necesitamos un tiempo para desarrollarlas. Los problemas de ciberseguridad empezaron en los 90, as¨ª que es una cuesti¨®n relativamente nueva. Estamos progresando, pero a¨²n somos j¨®venes y necesitamos tiempo". Mientras el tiempo corre, la pr¨®xima conferencia, ser¨¢ en M¨¦xico en 2017, una segunda oportunidad para darle m¨¢s oportunidades a un Internet para todos.
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