La bancarrota es un desastre
Un tercer rescate bien hecho es mejor que todo ¡°default¡±, incluso sin que Grecia salga del euro
A medida que se eternizan las negociaciones entre Grecia y el Eurogrupo ¡ªy seguir¨¢n enfang¨¢ndose hasta el mismo borde del precipicio¡ª, no solo la econom¨ªa griega capota m¨¢s y m¨¢s, aunque un d¨ªa suelto pueda ser mejor. Tambi¨¦n sucede que al pairo de los nervios proliferan ideas sorprendentes, a veces disparatadas.
Una de esas ideas atrabiliarias consiste en que una bancarrota o suspensi¨®n de pagos de Grecia pudiera ser ben¨¦fica. Falso de toda falsedad. Nunca una quiebra es una buena soluci¨®n; como m¨¢ximo, ser¨¢ una salida si fallan todas las dem¨¢s. Y a fe que hay otras menos letales: desde un mejor acuerdo de tercer rescate; a una ¡ªm¨¢s discutible¡ª quita; o planes m¨¢s complejos que incorporen un est¨ªmulo fiscal/inversor europeo para relanzar la econom¨ªa hel¨¦nica y hacerla m¨¢s competitiva y viable.
Hasta ahora la quiebra (¡°default¡±) se asociaba a la salida/expulsi¨®n del euro (¡°Grexit¡±), pactada o por accidente (¡°Grexident¡±). Desde hace d¨ªas se ha puesto de moda la variante ¡°default sin exit¡±. O sea, quiebra, pero dentro del euro. Como si Grecia fuera California, que suspendi¨® pagos pero se recuper¨® sobre todo con sus propias fuerzas, dado su potencial end¨®geno. Como si el euro estuviera tan consolidado como el d¨®lar. Y como si el presupuesto europeo (1% del PIB) fuera tan grande como el estadounidense (m¨¢s del 20%). Todo eso llegar¨¢, pero con tiempo.
La quiebra (¡°default¡±) ca¨®tica, unilateral, hostil, desordenada, salvaje y sin pacto ser¨ªa una cat¨¢strofe. Para los ciudadanos griegos y para los de toda la eurozona. S¨ª. No pagar la deuda contra¨ªda con el FMI convertir¨ªa a Grecia en un paria excluido de los mercados mundiales (nadie le financiar¨ªa). No pagar al fondo de rescate europeo y/o a los otros Estados miembros de la UE multiplicar¨ªa sus d¨¦ficits (el de Espa?a, en un 2,6%: casi la mitad del 5,8% actual), y provocar¨ªa la inquina de estos acreedores.
Al BCE le ser¨ªa casi imposible seguir apoyando a la banca griega ¡ªcon balances ah¨ªtos de bonos p¨²blicos nacionales, de repente s¨²perdevaluados¡ª y la quiebra del Estado se doblar¨ªa de bancarrota bancaria.
Los depositantes se llevar¨ªan todo el dinero residual un minuto antes, aumentando la asfixia financiera, y habr¨ªa que establecer un corralito permanente (prohibici¨®n de mover el dinero, extracciones limitadas de los cajeros) para evitar esa huida, como se hizo en Chipre, aunque ah¨ª fue por una breve temporada.
Cierto que podr¨ªa evitarse la salida del euro y por tanto se salvar¨ªa la irreversibilidad de la uni¨®n monetaria. Pero el cerco a la libre circulaci¨®n de capitales degradar¨ªa no solo a la eurozona. Desgarrar¨ªa el mercado interior. Desnaturalizar¨ªa a toda la UE. Y los socios se ver¨ªan tentados a imponer a Atenas, con la m¨¢xima dureza, las sanciones del Pacto de Estabilidad.
La versi¨®n dulce de la bancarrota unilateral y salvaje es el ¡°default¡± pactado entre todos. Pero si hay capacidad de pacto ?acaso no es mejor pactar una soluci¨®n superior, como un tercer rescate bien hecho? Lo bueno es siempre mejor que lo malo.
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