La capital de Nepal se llena de tiendas de campa?a improvisadas

El paisaje cotidiano de Katmand¨² se ha visto alterado desde el s¨¢bado de manera dr¨¢stica. Los escombros de edificios enteros se acumulan en la esquina m¨¢s inesperada. Los parques y los descampados en la capital nepal¨ª est¨¢n ocupados por tiendas de campa?a, de mejor o peor calidad, levantadas por aquellos que han perdido sus hogares o temen perderlos en posibles nuevas r¨¦plicas del se¨ªsmo de 7,9 grados que el s¨¢bado golpe¨® el pa¨ªs y caus¨® al menos 4.000 muertos y miles de heridos.

La cifra de muertos en el terremoto de Nepal asciende a 3.600

¡°Mi madre, mi hermana mayor y yo llevamos aqu¨ª desde el mismo s¨¢bado¡±, dice Monica Kharel de 16 a?os, una de las refugiadas en Tundikhel, uno de los principales parques nepal¨ªes, donde duermen ahora centenares de personas. Su familia reside en Bag Bazaar, un barrio comercial a pocos centenares de metros donde muchos edificios han quedado da?ados, y no se ha atrevido a regresar desde entonces. ¡°Nos tememos que ya no tengamos casa cuando volvamos¡±, explica.

El se¨ªsmo la encontr¨® en el piso superior de uno de los centros comerciales que han comenzado a salpicar el centro de Katmand¨² en los ¨²ltimos a?os. ¡°Baj¨¦ gritando como alma que lleva el diablo¡±, recuerda, mientras soldados del Ej¨¦rcito nepal¨ª comienzan a rodear la zona del descampado donde la familia ha establecido su refugio con paraguas y algunas lonas. Los militares han comenzado a levantar tiendas de campa?a de buena calidad, que puedan soportar las lluvias y alojar a familias completas holgadamente. ¡°Es la primera vez que les vemos [a los soldados] en 48 horas¡±, apunta la muchacha. Han comenzado a repartir alimentos b¨¢sicos de supervivencia, fideos y agua. ¡°Hasta ahora no hab¨ªan llegado¡±.

La lluvia, la falta de comunicaciones y de medios y las r¨¦plicas complicaron este lunes la b¨²squeda de supervivientes, mientras se teme que el n¨²mero de v¨ªctimas puede ser mucho mayor debido a la dificultad de las operaciones de rescate en algunos de los sitios m¨¢s afectados, en las zonas monta?osas del oeste del pa¨ªs.

Como muchos del mill¨®n de residentes de la capital, Ram Prasad Manandhar ha pasado la noche al raso y, junto a su familia, acampa en la plaza Durbar, que hasta hace dos d¨ªas era patrimonio mundial de la humanidad y hoy es apenas un mont¨®n de escombros que acarrean las excavadoras gubernamentales de modo poco ceremonioso. El domicilio de Manandhar en Basantapur, apenas dos calles m¨¢s all¨¢, ha quedado intacto, pero la familia a¨²n est¨¢ recelosa de volverlo a ocupar. Mientras charlan con los vecinos en la plaza, se?alan los monumentos derruidos. ¡°Todo esto se ha perdido. Si no nos ayudan otros pa¨ªses a reconstruirlo, nunca volver¨¢ a ser lo que fue. Los nepal¨ªes son demasiado pobres, y nuestro Gobierno... bueno, todo depende de lo que quiera hacer el Gobierno. Ya veremos¡±, apunta Manandhar.

A pocos metros de la plaza, donde las excavadoras han comenzado a amontonar los escombros de unos templos centenarios, el barrio de Indra Chowk, normalmente plagado de turistas extranjeros en temporada alta, est¨¢ pr¨¢cticamente vac¨ªo. Los pocos comercios que permanecen abiertos carecen de electricidad y apenas tienen mercanc¨ªas para poner a la venta. Quien hace su agosto es un vendedor ambulante, que desde una esquina ofrece lonas para tiendas de campa?a a 130 rupias nepal¨ªes (1,20 euros) la pieza. Los vecinos se las quitan de las manos.

En este barrio es dif¨ªcil encontrar un edificio que no muestre se?ales del fuerte movimiento tel¨²rico del s¨¢bado. Algunos han ca¨ªdo por completo, otros est¨¢n semiderruidos, como el venerable Instituto de ense?anza media Ranipokhari, fundado en 1854 y que ha perdido toda su fachada sur. Varios se inclinan peligrosamente sobre sus vecinos, y la mayor¨ªa presentan grietas de uno u otro tipo.

Es el caso del hospital universitario Bir, uno de los emblem¨¢ticos de la ciudad. ¡°Os digo que tenemos que cerrarlo del todo¡±, insiste Shree Laxmi Sainju, responsable del departamento de Di¨¢lisis, a sus colegas. La estructura es inestable y presenta profundas grietas. Muchos de sus pacientes han sido trasladados a otros centros m¨¦dicos, y los que quedan se encuentran en las plantas m¨¢s bajas o incluso el s¨®tano. ¡°Nos preocupa lo que pueda ocurrir si viene otra r¨¦plica. Y luego est¨¢ la falta de electricidad, la falta de agua... Tenemos a los pacientes de cualquier manera¡±, admite.

Muchos han sido trasladados al hospital militar vecino, al que se ha derivado la mayor¨ªa de los casos de emergencia. Los hospitales se est¨¢n quedando sin espacio y muchos de los afectados y sus familias duermen en colchones en los pasillos, o incluso al raso.

Pero la situaci¨®n puede ser peor fuera de Katmand¨². El n¨²mero de v¨ªctimas mortales de las ¨¢reas m¨¢s remotas solo se empieza a conocer ahora. En India el balance de muertos a causa del se¨ªsmo es de 62, mientras que otras 20 personas han fallecido en T¨ªbet. China ha evacuado a casi 25.000 personas de la regi¨®n. Pek¨ªn y Nueva Delhi han anunciado el env¨ªo de personal y ayuda humanitaria para intentar aliviar la situaci¨®n, en medio de los esfuerzos de los equipos de rescate por localizar a m¨¢s supervivientes.

El terremoto del s¨¢bado,?que arras¨® el densamente poblado valle de Katmand¨² y que provoc¨® una avalancha mortal en el Everest, ha sido el de mayor magnitud en casi 80 a?os en Nepal, desde que en 1934 un se¨ªsmo caus¨® unos 8.500 muertos. Tambi¨¦n es el peor que ha vivido la regi¨®n en una d¨¦cada desde que en 2005 un movimiento tel¨²rico causara una tragedia de grandes dimensiones en la Cachemira, con un balance de m¨¢s de 84.000 muertos.