El embudo a¨¦reo de Katmand¨²
El aeropuerto internacional de Katmand¨², Tribhuvan, construido en 1949, solo tiene una pista de aterrizaje que funciona hasta medianoche
El caos que se vive tras el terremoto de Nepal en el ¨²nico aeropuerto internacional de Katmand¨², Tribhuvan, construido en 1949, solo confirma lo que muchos viajeros que se han desplazado a ese pa¨ªs rodeado por un aura de mito y leyenda ya sab¨ªan: que es uno de los peores del planeta.
A sus problemas end¨¦micos, entre los que est¨¢n la falta de planes de contingencia ante cat¨¢strofes, la ausencia de informaci¨®n para los pasajeros, unas infraestructuras precarias (faltan plataformas, aparcamientos y solo hay una pista de aterrizaje de un kil¨®metro que funciona hasta medianoche) y el soborno extra para conseguir el sello de entrada, se suman ahora las largas colas. Personas de todas nacionalidades intentan salir del pa¨ªs (se calcula que hab¨ªa unos 300.000 turistas) sin conseguirlo, debido al colapso producido por los vuelos procedentes de China, India, Estados Unidos y las grandes ONG que est¨¢n mandando ayuda humanitaria, y a las r¨¦plicas del terremoto que se produjeron el domingo, peores que las secuelas del s¨¢bado.
Muchos aviones tienen que esperar el permiso antes de poder aterrizar y hay algunos que han tenido que darse la vuelta porque el aer¨®dromo tiene capacidad para ocho aviones grandes, como le ha ocurrido a una nave brit¨¢nica que llevaba perros de rescate y a otra, procedente de India.? ¡°El aeropuerto est¨¢ colapsado y las noticias son que el avi¨®n del Ej¨¦rcito espa?ol no ha llegado a Nepal, debido a la saturaci¨®n de las pistas¡±, seg¨²n informan las agencias, citando a un centenar de espa?oles que han pasado esta noche en el aer¨®dromo, a solo seis kil¨®metros de la capital nepal¨ª.
Seg¨²n fuentes oficiales, la ayuda que est¨¢ llegando al aeropuerto no se puede distribuir en las zonas m¨¢s afectadas fuera de la capital, en el Valle de Katmand¨², debido al caos y al corte de las comunicaciones. La sala de espera se ha convertido en una especie de Torre de Babel donde se entremezclan empleados de manos cruzadas, guardianes intentando poner un poco de orden, viajeros deseperados por salir y v¨ªctimas del terremoto a la espera de ser llevadas a los hospitales para que las atiendan, seg¨²n informa la agencia Reuters. Muchos llevan dos d¨ªas durmiendo en el recinto, cubiertos con mantas para soportar las bajas temperaturas, ante el p¨¢nico de quedarse en hoteles o en sus casas por temor a las nuevas r¨¦plicas que no paran de repetirse. Hasta la zona de aparcamiento ha sido reconvertida en un centro de acogida improvisado.
El ministro del Interior nepal¨ª, Bam Dev Gautam, est¨¢ supervisando en persona la llegada de ayuda humanitaria e intentando que los extranjeros puedan abandonar el pa¨ªs. Fuentes oficiales aseguran que se necesitan m¨¢s alimentos, medicinas, servicios especializados de rescate y bolsas para cad¨¢veres.
Incluso antes de la cat¨¢strofe, los vuelos que llegaban a Nepal ten¨ªan que sobrevolar el aeropuerto durante horas, a causa de la escasa visibilidad por las duras condiciones meteorol¨®gicas de la zona y, una vez que se tomaba tierra, la espera para recoger el equipaje pod¨ªa demorarse hasta tres horas. En los buenos tiempos, el aer¨®dromo solo ten¨ªa capacidad para recibir 80 vuelos diarios, ahora solo puede hacerlo una quinta parte.
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