?Quo vadis UK?
El triunfo de Cameron no resuelve el papel de la encogida Gran Breta?a
?Qui¨¦n dijo que la pol¨ªtica era aburrida? Los pron¨®sticos, basados en unos sondeos previos errados, auguraban un Parlamento fragmentado, el fin del tradicional bipartidismo brit¨¢nico, la vuelta a un modelo europeo continental de consensos desconocidos en la isla exc¨¦ntrica. Lo que importa es la foto final. Al revelarla tras una madrugada apasionante, con los l¨ªderes laborista, liberal dem¨®crata y populista antieuropeo del UKIP, fusilados al amanecer, no hay mudanza en el modesto 10 de Downing Street. El bipartidismo aguanta sin necesidad de un partido bisagra. Interesante ejemplo para Espa?a donde quiz¨¢s lo estemos enterrando prematuramente.
David Cameron, 48 a?os, producto del privilegio brit¨¢nico, le ha dado la vuelta a los pron¨®sticos, machacando un mensaje simple: los conservadores somos el partido fiable, de la estabilidad, de la recuperaci¨®n econ¨®mica, frente a los ineptos laboristas condenados a llevar al pa¨ªs a la ruina. ?Les recuerda a algo y a alguien este discurso? La recuperaci¨®n econ¨®mica en Reino Unido con un paro del 5,6%, s¨ª, con salarios m¨ªnimos, con aumento del precariado y de la desigualdad, con un mill¨®n de brit¨¢nicos acudiendo a los bancos de alimentos, con 2,3 millones de ni?os en riesgo de pobreza extrema, han cotizado al alza en las elecciones del jueves. La recuperaci¨®n estad¨ªstica ha bastado.
El poder ejercido en tiempos de crisis m¨¢xima desgasta al que lo ejerce, pero m¨¢s se deteriora la oposici¨®n, sobre todo, si se muestra ambigua, es dirigida por un l¨ªder sin suficiente empuje, no se atreve a defender sus principios y acaba camufl¨¢ndose con la pol¨ªtica de austeridad de los conservadores. La mayor¨ªa se agarra, sin entusiasmo, a lo existente por miedo a perderlo.
Desde los a?os gloriosos de Blair, que invent¨® una tercera v¨ªa para ocupar el poder tres lustros seguidos, el laborismo es un nav¨ªo a la deriva, que lucha contra la quiebra del contrato social, inventado por los brit¨¢nicos tras la II Guerra Mundial, que garantizaba la protecci¨®n del Estado al ciudadano desde la cuna a la tumba. La reelecci¨®n por mayor¨ªa absoluta de Cameron confirma in extremis la estabilidad del sistema brit¨¢nico, pero el terremoto nacionalista en Escocia, que ha enterrado a los laboristas, advierte de la necesidad de cambiar el sistema electoral. Los antieuropeos del UKIP, con el 12% de los votos logran un esca?o, mientras que los nacionalistas escoceses, con menos del 5% obtienen 56. ?El final de Reino Unido??Imaginan las consecuencias en Espa?a del nacionalismo catal¨¢n o vasco copando todos los esca?os en sus territorios en unas generales?
El brillante triunfo de Cameron no resuelve el problema m¨¢s importante de la encogida Gran Breta?a: su papel en el mundo. ?Quo vadis UK? Ha sido una campa?a de campanario en la que la pol¨ªtica exterior no ha existido. Habr¨¢ un refer¨¦ndum de permanencia o salida de Europa. Lo segundo ser¨ªa un desastre para brit¨¢nicos y europeos. Mi apuesta: Reino Unido continuar¨¢ en la UE tras unas largas y dif¨ªciles negociaciones con Bruselas.
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