Cuba ¡®revival¡¯
El acercamiento entre Cuba y EE UU ha puesto a la isla nuevamente de moda. El problema ahora es el tiempo
Todav¨ªa los apagones eran de ocho horas diarias y el transporte principal de los cubanos eran las bicicletas chinas, pero a mediados de los a?os noventa La Habana y isla entera se pusieron de moda, hasta el extremo de que la entonces editorial Grijalbo abri¨® una librer¨ªa en la Plaza de Armas y Wynton Marsalis desembarc¨® en la ciudad con su trompeta. En aquellos a?os duros, al Gobierno cubano no le qued¨® m¨¢s alternativa que abrir la mano, y al calor de aquella apertura el pa¨ªs se llen¨® de personajes ilustres: Luciano Benetton, en 1993, y Pierre Cardin, en 1994 (a quienes Castro invit¨® a cenar), Carlos Solchaga (enviado por el expresidente Felipe Gonz¨¢lez para asesorar las reformas), o el m¨²sico Ry Cooder (que grab¨® el legendario disco Buena Vista Social Club) y el cineasta Wim Wenders, fueron algunos de los que pasaron por La Habana entonces, momento en que Fidel Castro toler¨® a rega?adientes la iniciativa privada y las primeras paladares abrieron sus puertas. En aquellos d¨ªas, cualquier noticia que uno llevara al peri¨®dico con la palabra Cuba en el t¨ªtulo la compraban sin mirar, pero tras la hist¨®rica visita del Papa Juan Pablo II a la isla (1998), que coincidi¨® con el inicio de la recuperaci¨®n econ¨®mica despu¨¦s de siete a?os de abismo, todo cambi¨®.
Con la llegada de Ra¨²l Castro a la presidencia la cosa en Cuba empez¨® a moverse, aunque tuvo que aparecer Obama y anunciar el restablecimiento de relaciones con EE UU para que la isla se pusiera de nuevo de moda
En cuanto el Gobierno empez¨® a sentir que hab¨ªa pasado lo peor lleg¨® el Comandante y mand¨® a parar: las reformas se aparcaron y Cuba regres¨® a la centralizaci¨®n econ¨®mica y al rearme ideol¨®gico, comenz¨® la llamada ¡®Batalla de Ideas¡¯. Con aquellos truenos, el mundo y tambi¨¦n la prensa se aburrieron de Cuba y el letargo dur¨® m¨¢s de una d¨¦cada. Con la llegada de Ra¨²l Castro a la presidencia la cosa empez¨® a moverse, aunque tuvo que aparecer Barak Obama en escena y anunciar con Ra¨²l el restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas con EE UU para que Cuba se pusiera de nuevo de moda. Este revival de nuevo atrajo a la far¨¢ndula, incluida Paris Hilton, que en febrero asisti¨® al Festival del Habano y se retrat¨® delante del Habana libre, antiguo Hilton, inaugurado por su abuelo en la ¨¦poca de Fulgencio Batista. Sigui¨® la estela el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, al frente de una delegaci¨®n de empresarios, y este viernes se presentar¨¢ en la Habana la Orquesta Sinf¨®nica de Minesota 85 a?os despu¨¦s de su primera actuaci¨®n en Cuba.
Esta semana, el presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, fue el primer mandatario europeo en viajar a La Habana, donde se hizo la foto de rigor con Fidel y Ra¨²l Castro, y en la pr¨®xima Bienal de Arte La Habana se espera una invasi¨®n de galeristas y coleccionistas norteamericanos. La cola es larga.
Cuba es otra vez un im¨¢n, y ahora, dicen los expertos, no hay marcha atr¨¢s. Aun as¨ª, el problema que ven muchos es ¡°el tiempo¡± y el riesgo del regreso del aburrimiento. Ra¨²l Castro, de 84 a?os, ha anunciado que abandonar¨¢ el poder en 2018, pero tambi¨¦n ha dicho durante la visita de Hollande que las negociaciones con Washington para la apertura de embajadas avanzan a su "ritmo¡±. ¡°Muchos se preguntan y critican que vamos muy lentos ?Y para qu¨¦ tenemos que ir corriendo? ?Para cometer errores?¡±, se explic¨®.
Cuba va y la apertura tambi¨¦n. Pero como siempre en esta isla, lo mejor para no sofocarse tiene un nombre: paciencia.
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