El error es serio y tendr¨¢ consecuencias. Con los s¨ªmbolos no se juega y mucho menos cuando se trata de la clase de s¨ªmbolos que reconocemos como nacionales, que sirven para identificar una comunidad de ciudadanos.
Se ha cometido un error con la estelada y quienes lo han cometido, al contrario de lo que puedan pensar los m¨¢s irreflexivos, no son ni la Junta Electoral Central, que ha exigido su retirada de los locales p¨²blicos y de los colegios electorales, ni la entidad privada Sociedad Civil Catalana, que present¨® la denuncia por su presencia en los balcones municipales de tres centenares de localidades catalanas.
El error de la estelada lo han cometido los plenos municipales, los concejales y los alcaldes que han decidido, en el atolodramiento de su entusiasmo y sin que les frenara la prudencia ni el sentido de la ecuanimidad -no hablemos ya de la legalidad vigente-, situar en el lugar de la bandera de todos la bandera de una parte de la poblaci¨®n, la de un partido, vaya.
No es as¨ª. La Junta Electoral Central, con la resoluci¨®n, y Sociedad Civil Catalana, con la petici¨®n, han hecho un buen servicio incluso a quienes desean que las elecciones municipales sean la primera vuelta de las auton¨®micas y tengan incluso un car¨¢cter pre-plebiscitario. Sobre todo si quieren que las sucesivas elecciones tengan credibilidad y valor democr¨¢tico para el proceso independentista.
S¨®lo los que querr¨ªan convertir la ceremonia de las urnas en unas manifestaciones de entusiasmo que desbordaran las normas y las reglas de equidad y de juego limpio entre todos los candidatos y partidos podr¨ªan desear que llegara el d¨ªa de las elecciones con la bandera de un partido en los balcones municipales y en buena l¨®gica tambi¨¦n en los colegios electorales, las escuelas p¨²blicas o concertadas y en multitud de instalaciones pagadas con los impuestos de todos. Imaginemos qu¨¦ percepci¨®n se dar¨ªa internacionalmente de la idea de juego limpio que preside el proceso soberanista.
El error de la estelada no es anecd¨®tico y viene de lejos. Es de fondo. Recordemos lo que dice la doctrina oficiosa que acompa?a su utilizaci¨®n: se trata de la bandera de una insurrecci¨®n, ahora pac¨ªfica, es evidente, pero insurrecci¨®n al fin y al cabo, con voluntad de romper la legalidad en caso de que convenga. Se levanta cuando comienza el movimiento y no se arria hasta que triunfa, momento en que la bandera de todos, la bandera cuatribarrada desnuda, volver¨¢ a ser la ¨²nica que se utilizar¨¢.
En su imposici¨®n en los locales p¨²blicos hay, pues, dos ideas impl¨ªcitas: una, rompamos ya la legalidad; y dos, esto no hay quien lo pare. En la medida en que haya muchos ayuntamientos que lo hagan, m¨¢s clara ser¨¢ la ruptura y m¨¢s irreversible.
El error es doble: creer que la comunidad internacional y sobre todo la Uni¨®n Europea podr¨ªan aceptar un movimiento rupturista, y creer que el proceso es irreversible. El primer error ya se ha ido esclareciendo con el tiempo y hoy hay muy poca gente que crea en una comunidad internacional rendida a los pies de una DUI (declaraci¨®n unilateral de independencia). El segundo error a¨²n no lo han reconocido todos, pero s¨ª el soberanismo menos cegado por la pasi¨®n pol¨ªtica: vender que el proceso es irreversible debilita el proceso.
Este ¨²ltimo error pertenece a la misma clase de errores que las consignas "Ahora o nunca", "Tenemos prisa", "Espa?a nos roba", "Ahora es el momento", o todav¨ªa m¨¢s la invenci¨®n del concepto de unionismo para oponerlo al de soberanismo y de forma mucho m¨¢s indecente todav¨ªa el de dependentismo para oponerlo al independentismo. Como la estelada, estos conceptos crean el espejismo de que convocan y agrupan gracias a la presi¨®n que ejercen, pero, de hecho, dividen y inmovilizan.
Hay momentos en que hay que elegir entre ser un pa¨ªs o ser una causa. Lo dijo Henry Kissinger muy solemnemente a prop¨®sito de Ir¨¢n, pero me parece que tiene validez universal. La bandera tiene una gran virtud que hay que preservar: no es la bandera de una causa, sino de un pa¨ªs, de una naci¨®n que incluye a todos, los que quieren hacer una nueva, los que s¨®lo quieren rehacerla con el conjunto de los espa?oles y los que quieren que siga tal como est¨¢.
Se trata de una virtud hist¨®rica, s¨ªmbolo de la capacidad de supervivencia por encima de ¨¦pocas y de reg¨ªmenes y de la eficacia del catalanismo a la hora de hacer avanzar las cosas con el entendimiento y el pacto. Imaginemos por un momento que en el lugar de cada estelada hubiera simplemente la bandera catalana. El efecto pol¨ªtico, me parece a m¨ª, ser¨ªa a¨²n m¨¢s fuerte que esta confusi¨®n actual de esteladas azules y estreladas rojas, todas banderas de partido.
La estelada no debe tener sitio en los edificios oficiales y en las instalaciones pagadas por todos los contribuyentes. Pero hay que respetar, solo faltar¨ªa, a quienes la quieren exhibir p¨²blicamente en edificios de su propiedad, en sus autom¨®viles o sobre uno mismo. Pero tambi¨¦n hay que recordarles la responsabilidad que significa esta exhibici¨®n. Cuanto m¨¢s esteladas haya sin que despu¨¦s se sigan resultados, mayor ser¨¢ la decepci¨®n.
?ltimo argumento, para mi gusto definitivo. Todo lo que ha conseguido Catalu?a hasta ahora, y es mucho a pesar de lo que digan los derrotistas, se debe a lo que simboliza la se?era. No tenemos noticia de que la estelada haya dado alg¨²n fruto positivo, pues todo lo que ha dado hasta ahora han sido atolondramientos, fracasos y decepciones.
Comentarios
Como ocurre con tantas otras ¡°peculiaridades¡± del nacionalismo catal¨¢n, esta monserga de la estelada es una muestra m¨¢s de que esa Catalu?a que los soberanistas pretenden usurpar al siglo XXI para hacerla s¨®lo suya es una construcci¨®n no s¨®lo contra la modernidad sino, sobre todo, contra el resto de los espa?oles, por la simple raz¨®n de no ser ¨¦stos ¨²nicamente lo que ellos, los nacionalistas con pedigr¨ª, creen ser. Cabr¨ªa redactar un texto extenso sobre el particular pero hoy El Pa¨ªs ha publicado una Tribuna lo bastante significativa como para no requerir m¨¢s comentario:"Catalu?a vive actualmente en un clima democr¨¢tico que no es normal y que est¨¢ dando lugar a graves casos de intolerancia procedentes de todos los sectores. Le ha tocado esta vez a Marina Pibernat Vila, candidata de ICV-EUiA por la ciudad de Girona. La cuarta en la lista, de la cual se ha visto obligada a salir a ra¨ªz de la violenta reacci¨®n que han provocado unas declaraciones suyas en Twitter. La presi¨®n que se ejerce sobre quienes no comulgan con la causa independentista llega a menudo a hacerles objeto de acosos y linchamientos verbales colectivos sin que nadie haga nada por evitarlo.El pasado 8 de mayo de 2015, durante la emisi¨®n de un debate electoral, Marina Pibernat tild¨® de ¡°derechona catalufa¡± a los candidatos soberanistas y calific¨® de ¡°asqueroso¡± al nacionalismo. Pero ya hac¨ªa tiempo que, debido a su tono beligerante y sarc¨¢stico, se ve¨ªa acosada en las redes por un entorno incapaz de aceptar con normalidad democr¨¢tica que una catalana de izquierdas no sea soberanista.Significativamente, ha sido la expresi¨®n ¡°catalufo¡±, y no ¡°derechona¡±, la que ha desencadenado el torbellino que le ha hecho imposible a esta militante comunista su participaci¨®n en pol¨ªtica y la presencia en las redes. No es cierto que todos los catalanes que simpaticen con la independencia compartan esta actitud agresiva. Se trata s¨®lo de una peque?a parte, pero manifiesta tal voluntad de control que ha conseguido intervenir en la confecci¨®n de listas ajenas a su ¨¢mbito. Se suscitan, por tanto, dudas sobre la salud colectiva de una sociedad incapacitada para la discusi¨®n, para la iron¨ªa y para frenar a tiempo situaciones como ¨¦stas.El pretexto para el linchamiento al que Marina Pibernat se ha visto sometida ha sido el supuesto car¨¢cter catalan¨®fobo de la palabra ¡°catalufo¡±. Cuesta aceptar que una palabra seg¨²n qui¨¦n la use tenga un significado u otro. Articulistas soberanistas utilizan en sus escritos el t¨¦rmino ¡°catalufo¡± con intenci¨®n coloquial y lejos de darle un sentido catalan¨®fobo. (V¨¦ase, por ejemplo, La Vanguardia del 17 de junio de 2008, p¨¢g. 21). Es inaceptable que cuando esa misma expresi¨®n la emplea alguien que se niega a seguir el independentismo, se despliegue una inusitada campa?a de intimidaci¨®n inquisitorial, llegando a afectarle al derecho democr¨¢tico elemental de presentarse a unas elecciones.A Marina Pibernat se la ha acusado incluso de inventarse sus apellidos catalanes, pues se daba por hecho que alguien realmente llamado como ella no pod¨ªa m¨¢s que ser soberanista. Comprobada la autenticidad de su nombre, se le ha reprochado caer en un ¡°autoodio¡± catal¨¢n, argumento id¨¦ntico al que utiliza la derecha nacionalista de Israel.Lo que se le ha hecho a Marina Pibernat es propio de una sociedad represiva e intolerante, de un modelo de convivencia condicionada, que una parte muy activa y fanatizada quiere imponer a toda la poblaci¨®n. Al acusar a Marina Pibernat de catalanofobia se reproduce una situaci¨®n que recuerda las creadas por el ayatol¨¢ Jomeini, el cual acu?¨® el t¨¦rmino ¡°islamofobia¡± para blindar los desmanes de su r¨¦gimen integrista.No s¨®lo por el linchamiento y la exclusi¨®n pol¨ªtica a la que se ha sometido a Marina Pibernat, sino por todo lo que viene pasando en los ¨²ltimos a?os, creemos que de nuevo hay que insistir en que esta situaci¨®n no debe seguir. Todos los catalanes, los partidarios del soberanismo y quienes no lo somos, debemos ayudar a sacar a la luz las actitudes de intolerancia, vengan de donde vengan. Tenemos que encontrar una manera de convivir sin agredirnos.Con Marina Pibernat se ha cruzado una l¨ªnea roja ins¨®lita que ha conducido a que sean los sectores m¨¢s belicosos de la sociedad los que determinen qui¨¦n va en las listas electorales. Quienes han inspirado esta carrera tienen la responsabilidad de frenar un curso de los acontecimientos que, adem¨¢s de ser peligroso, es innecesario.Estamos por la tolerancia y el respeto, y por que todo el mundo pueda ejercer sus derechos democr¨¢ticos b¨¢sicos. Esa es nuestra manera de decir basta y de reclamar la necesidad de trabajar en com¨²n para construir una convivencia democr¨¢tica, y desde ella seguir luchado por nuestras propias, diversas y leg¨ªtimas aspiraciones pol¨ªticas.¡±Firman Javier P¨¦rez And¨²jar es escritor, Beatriz Silva, periodista, Xavier Roig, consultor y Francesc Trillas, economista. Se adhieren, adem¨¢s, Carlos Jim¨¦nez Villarejo, Higinio Polo, Daniel G. And¨²jar, ?ngel Duarte, Juan Cerezo, F¨¦lix Ovejero, Miguel Riera, Soledad Bengoechea, Juan-Ram¨®n Capella, Salvador L¨®pez Arnal, Carlos Pastor, Beatriz Ballest¨ªn, Ferran Gallego y Siscu Baiges.http://elpais.com/elpais/2015/05/15/opinion/1431697452_055394.html
Lo mas pat¨¦tico no es que discrepen Vds.Lo mas pat¨¦tico es que nadie consiga hacer adherir a los demas a la necesidad de un dialogo sin tabues...De que sirve mencionar lo que harian las instancias internacionales?El problema somos nosotros que no conseguimos convencer al otro de que hablemos.Perdonenme pero es una estupidez supina negar que el problema es enorme y cerrar la puerta a saber quienes quieren esa independencia y porqu¨¦, para encontrar soluciones...Pero que mas da, ya me he acostumbrado a ser parte de esa minoria que les dice que lo estan haciendo mal desde Felipe Gonzalez y no atienden a ninguna razon.Tan soberbios e imbuidos de autocomplacencia y condescendencia estan Vds. que, les digamos lo que les digamos los que propugnamos que sin hablar vamos al desastre, no se dan Vds. por aludidos y montan barricadas que hacen cada vez mas dificil ese tan necesario dialogo? Que ganan Vds. denigrandose unos a otros?????Que habra que decirles para que sean conscientes de la enormidad de su ignoranca e intolerancia?Es normal que no haya aun (despues de 37 a?os) una ley clara de licitaciones publicas que deje hacerle el juego a taifas partidistas, instituciones y bancos/cajas/empresas? Es normal que nadie abra esas fosas de la discorda? Es normal que el PP, y luego se le unieron todos, haya arrinconado Catalunya? Es normal que haya cientos de imputados por corrupcion de los partidos mas poderosos de la peninsula sin que nadie se movilice para que dimitan todos esos chorizos?Es normal que todas las instituciones, bancos, cajas, empresas esten tocadas por la corrupcion generalizada?Que les hara falta para que el tufo les impida continuar con la farsa de esta democracia de opereta?Sigan Vds. dando la imagen un pais pat¨¦tico, sin intelectuales que den la talla que hasta se permite tener un lio entre policias autonomicas, nacionales y de los centros de informacion en materia de seguridad nacional y terrorismo!!!!Sigan hablando de nimiedades mientras les dejan un pais hundido y podrido a las jovenes generaciones...Que les ense?an en las escuelas ? A decir beeee, en coro?Que mas les hace falta para que se rindan ante la evidencia de la necesidad de un debate nacional para conseguir esos consensos que nos permitan entrar realmente en democracia y resolver todos esos disfuncionamientos que todos posponen?Ahora si se dan las condiciones para un debate constiuyente sin ruidos de sables y conseguir una racionalizacion de la politica y administraciones publicas.Son todos Vds. sordos y ciegos pero mudos y con teclado no. Hacen Vds. tanto ruido y escriben tantas lineas para solo decir una palabra: NO!Pat¨¦tico.... Basta de debates de ingenuos y cr¨¦dulos!!!! Debate real, ya!
TRIBUNAL egipcio condena a muerte a Mohamed Mursi, el anterior y efimero presidente, lider de los terroristas Hermanos Musulmanes que tanto da?aron a Egipto en tan poco tiempo. Esto y lo de Boston es el camino con estos salvajes criminales. No hay otra opci¨®n!
''ERES un ¨¢ngel de paz'' dice E.P. que le dijo Francisco, el Papa Peronista, a Mahmud Abbas, el dictador palestino que abandon¨® las Negociaciones de Paz antes del tiempo prefijado, para formar el ''Gobierno de Unidad Palestino con los Terroristas Hamas, nada menos!! Vaya Papa!! si es verdad la noticia.
LLAMEMOS a las cosas por su nombre! Situar en el lugar de la bandera de todos, la bandera de una parte de la sociedad, la de un partido, es la t¨ªpica conducta del autoritarismo, del fascismo que quiere imponer su ideolog¨ªa por la fuerza al conjunto. Se demuestra una vez mas de que pi¨¦ cojean estos separatistas, su verdadera naturaleza fascista. Es lo que hac¨ªa ETA en el P.V., con la venia de los lendakaris.
De casualidad vi la nota y, que recalcitrantes son los catalanes, antes de argentina los ve¨ªa como agradables pero son de espanto con ese odio hacia Espa?a y lo presumidos, el lugar de ampliar se achican? el Bar?a jugar¨¢n con quien? tendr¨¢n ej¨¦rcito si un d¨ªa no est¨¢ la UE y los atacan de ¨¢frica..., jam¨¢s ir¨ªa a Catalu?a
El sr. articulista se muestra muy amable con los particulares que quieran mostrar esas banderas en sus propiedades, etc. pero se les tiene que indicar que detr¨¢s del ¨²nico juego de las banderas y de los uniformes se esconde una falta considerable de criterio personal que conduce a un gregarismo , que puede ser de todo pelaje; gregarismo que puede ser utilizado por cualquier l¨ªder que no tenga en absoluto o en m¨¢s ni menos intenci¨®n , la consecuci¨®n de lo que se simboliza con estos objetos de ¨²nica y simple exhibici¨®n externa.
Una nota para el sr Lieberman, por si quiere leerla y responder: " P. ej:El otro d¨ªa muri¨® un soldado espa?ol, es decir un ciudadano, por un fallo de tiro de bater¨ªas del ej¨¦rcito de Israel.. Como el sr Lieberman tiene muy claro , eso parece, la distribuci¨®n de bondades y maldades en el conflicto que le ocupa, le preguntamos: ?Qu¨¦ opini¨®n le merece la muerte de dicho ciudadano?;:
Frente a esta Espa?a inmoral, codiciosa e intelectualmente pobre, me siento camusiano observando la impersonalidad sartriana y el peso de una vida dolorosa heidegeriana de un pueblo que sigue a vueltas con su alma y espiritualidad porque las luces de la mente no consiguen alumbrar la noche angustiosa de una religion de la venganza que deja de lado la humanidad, en una religiosidad eterna...... Aquella de las reglas inamovibles y los pecados mortales...Todo es esencial y no existen los matices...
Espa?a existe ahora. Pero el fantasma interrogador de 1898 sigue sin respuesta. ?Qu¨¦ somos? ?Qu¨¦ queremos ser? Cada tropiezo nos sumerge en un mar de dudas, con la sombra de la mala autoestima, y cierta certeza culposa nos abruma . Pues rara vez nos hemos exigido a nosotros, y a nuestros gobernantes, la m¨¢s completa honestidad. Del mismo modo que nunca pudimos asumir la p¨¦rdida del postrer ajuar imperial, nunca asumimos que fue por complacencia. Tambi¨¦n por complacencia asumimos que la burbuja inmobiliaria ser¨ªa casi "inpinchable", tanto ciudadanos como gobierno. Y las mismas CCAA nacionalistas y no-nacionalistas asumieron el aluvi¨®n de cr¨¦dito como man¨¢ divino. Cuando las cosas van mal, el amor salta por la ventana. Por otro lado, el nacionalismo siempre es tacticista: una independencia sin consensuaci¨®n ni preparaci¨®n ser¨ªa tirarse al mar sin flotador, y teniendo que aprender a nadar sobre la marcha. En este sentido, el Pa¨ªs Vasco est¨¢ c¨®modo con lo conseguido (de ah¨ª su postura callada y prudente con respecto al tema catal¨¢n). Teniendo en cuenta la estructura del poder informal en el R78, lo m¨¢s probable es que sea un movimiento de fichas entre las oligarqu¨ªas pol¨ªticas, las "familias", de Madrid y Barcelona. Al fin y al cabo, en Catalu?a, una de las regiones donde m¨¢s cal¨® el mensaje del 15-M (con el argumento de la necesidad de la regeneraci¨®n de TODO el Estado), dicho movimiento ha quedado relegado a un segundo plano. Desactivado el activismo ciudadano, todo vuelve a la tabla pol¨ªtica entre partidos pol¨ªticos "aspirantes" (Podemos, C?s...) y "asentados" (PP, PSOE, IU, PNV, CIU...), dejando en el olvido a la manifestaci¨®n ciudadana fuera de los partidos pol¨ªticos (conveniente Ley Mordaza). La presi¨®n inmediata, popular, ha quedado sustituida por el "what if..." de los "nuevos partidos". Ciertamente, Espa?a no es Islandia. Pero por un breve momento, so?amos en decir algo en esta democracia con algo m¨¢s que los cheques en blanco del voto cada cuatro a?os. "Faisons semblant , m¨¦s fr¨¦res...!"
?Qu¨¦ opini¨®n le merece la muerte de dicho ciudadano? ?Accidente? ?O somos tan paranoicos que creemos que le dispararon a matar al estilo de Couso? Todos sabemos que Couso fue asesinado con premeditaci¨®n, ventaja y alevos¨ªa.
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Escribe en EL PA?S columnas y an¨¢lisis sobre pol¨ªtica, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ¡®El a?o de la Revoluci¨®n' (Taurus), sobre las revueltas ¨¢rabes, ¡®La gran verg¨¹enza. Ascenso y ca¨ªda del mito de Jordi Pujol¡¯ (Pen¨ªnsula) y un dietario pand¨¦mico y confinado con el t¨ªtulo de ¡®Les ciutats interiors¡¯ (Galaxia Gutemberg).