El auge petrolero dispara el transporte ferroviario en Estados Unidos
Varios accidentes desatan la inquietud social y fuerzan cambios regulatorios
Los trenes atraviesan el pueblo entre cinco y diez veces al d¨ªa. Son oleoductos sobre ra¨ªles: decenas de vagones que transportan petr¨®leo desde los remotos pozos de Dakota del Norte, epicentro del boom energ¨¦tico de Estados Unidos, hasta las refiner¨ªas de la Costa Este.
¡°Los odio por el ruido y sus luces¡±, se queja Rob Bregg, de 38 a?os. Ve y oye los convoyes desde su casa, a escasos metros de las v¨ªas, en Perryville (Maryland). Han recorrido unos 2.860 kil¨®metros hasta este pueblo de 4.400 habitantes, de casas blancas de madera, y a medio camino entre Baltimore y Filadelfia.
A falta de oleoductos convencionales ¡ªel proyecto Keystone XL para unir Canad¨¢ con el Golfo de M¨¦xico lleva seis a?os paralizado¡ª, los trenes mueven el 70% del petr¨®leo que emana de la formaci¨®n Bakken en Dakota del Norte, explotada en los ¨²ltimos a?os gracias a la t¨¦cnica de fracturaci¨®n de rocas de esquisto. Desde 2008, el transporte ferroviario de crudo se ha disparado un 4.000% en Estados Unidos.
El fracking ha aupado a este pa¨ªs a la cima de la producci¨®n mundial de petr¨®leo y gas natural. Y ha alterado el tablero geopol¨ªtico: la primera potencia se acerca a la independencia energ¨¦tica y los precios han bajado. Tambi¨¦n ha trastocado la distribuci¨®n. El crudo viaja a lo largo de un entramado de 200 l¨ªneas ferroviarias.
Es un m¨¦todo m¨¢s invisible y flexible que un oleoducto: no exige un farragoso an¨¢lisis ambiental y pol¨ªtico, las v¨ªas ya exist¨ªan y se adaptan a la demanda. Pero cada vez es m¨¢s pol¨¦mico por el secretismo que rodea a este transporte y los accidentes.
En los ¨²ltimos dos meses, ha habido en EE UU y Canad¨¢ cuatro descarrilamientos de trenes petroleros. En 2014, hubo 144 incidentes. En 2009, solo uno. En 2013, los trenes derramaron 4,3 millones de litros de crudo, m¨¢s que en todo el periodo 1975-2012.
Pese al crecimiento may¨²sculo, la mayor parte de petr¨®leo se sigue moviendo mediante oleoductos. En 2013, transportaron 8.300 millones de barriles de crudo frente a los 291 millones en tren. Sin embargo, el ratio de accidente es entre 10 y 20 veces superior en los trenes.
Desde 2008, el transporte ferroviario de crudo se ha disparado un 4.000% en Estados Unidos
Estas cifras y un grave accidente en Canad¨¢, que mat¨® a 47 personas en 2013, han llevado a endurecer las normativas. El Departamento de Transporte estadounidense anunci¨® a principios de mayo nuevos requisitos de frenado en los trenes y renovaci¨®n de contenedores, pero no oblig¨® a que el crudo sea menos vol¨¢til (una de las causas de explosiones). El sector critica la regulaci¨®n.
En Perryville no se ven se?ales junto a las v¨ªas que informen del transporte petrolero ni instrucciones en caso de emergencia, como s¨ª habr¨ªa en el caso de un oleoducto.
En una tarde reciente, frente a la casa de Bregg, donde vive con su pareja y dos ni?as peque?as, hab¨ªa aparcados cinco vagones con dep¨®sitos de ¡°combustible l¨ªquido¡±, seg¨²n mostraba su etiqueta. Estaban en un desv¨ªo anexo a las dos v¨ªas principales. Entonces, contaba el vecino, llevaban varias horas all¨ª. A veces permanecen hasta dos d¨ªas, seg¨²n revela Allen Miller, teniente de la polic¨ªa local.
¡°Claro que me preocupa¡±, dice Bregg, mientras las ni?as juegan en el jard¨ªn, separado de los ra¨ªles por unos finos ¨¢rboles. La l¨ªnea ferroviaria se construy¨® a principios del siglo XX y es propiedad de Norfolk Southern. En los ¨²ltimos a?os, ha revivido. Su uso se ha disparado, en un beneficio colateral del auge energ¨¦tico.
¡°El problema es que ha habido un crecimiento enorme de los env¨ªos¡±
"Hist¨®ricamente si hab¨ªa un campo [petrol¨ªfero] muy grande, se transportaba todo a trav¨¦s de oleoductos porque el ferroviario es un m¨¦todo m¨¢s caro", explica Mark Aldrich, profesor em¨¦rito de Econom¨ªa en la Universidad de Smith y autor de varios libros sobre seguridad ferroviaria. Esa era la realidad a principios de los 2000, cuando apenas hab¨ªa transporte ferroviario de crudo.
Pero el descubrimiento a los pocos a?os de nuevos yacimientos alter¨® esa tendencia. En los alrededores de la formaci¨®n Bakken, en Dakota del Norte, no hay oleoductos. Y de golpe, hab¨ªa una cantidad ingente de crudo que solo se pod¨ªa transportar en tren o cami¨®n. La segunda opci¨®n es m¨¢s lenta y peligrosa que la primera, dice Aldrich. "Pero el problema es que ha habido un crecimiento enorme de los env¨ªos".
El experto sostiene que "no hay duda" de que el transporte ferroviario de petr¨®leo debe ganar seguridad, pero avisa que la mejora lleva tiempo hasta que se culmine la transici¨®n de modelos viejos a nuevos. "Ya pasamos por ello entre 1978 y 1980 con accidentes de materiales peligrosos y respondimos de un modo que parec¨ªa adecuado", concluye Aldrich.
Las v¨ªas discurren en paralelo a un r¨ªo que desemboca en el oc¨¦ano Atl¨¢ntico, y la compa?¨ªa de transporte de mercanc¨ªas las opera seg¨²n sus necesidades. Un portavoz de?Norfolk Southern declina revelar por seguridad la frecuencia y ruta de los trenes. Las administraciones p¨²blicas dicen desconocer los detalles.
La opacidad hace que la ¨²nica informaci¨®n provenga de los residentes. La circulaci¨®n petrolera altera h¨¢bitos en Perryville. Los convoyes, de hasta 100 vagones, esperan parados a tener autorizaci¨®n para incorporarse a un corredor ferroviario de pasajeros que enlaza Washington y Nueva York, y por el que circular¨¢n hasta descargar el crudo en unas refiner¨ªas en Delaware. ¡°Puedes estar 20 minutos esperando a poder cruzar las v¨ªas¡±, lamenta Bregg. En el pueblo, se oyen historias sobre qu¨¦ calles es mejor coger para sortear en coche el atasco.
El paisaje de Perryville no puede entenderse sin esas v¨ªas. Los trenes pasan junto a casas, un parque infantil, la comisar¨ªa de polic¨ªa y el Ayuntamiento. Cruzar las v¨ªas es una rutina autom¨¢tica de ni?os y adultos para ir de un lado al otro del pueblo. No hay verjas que las delimiten.
En la comisar¨ªa, el teniente Miller dice que el riesgo de accidente de los convoyes supone una ¡°preocupaci¨®n creciente¡±. Explica que el a?o pasado se finaliz¨® un protocolo de emergencia, pero sugiere que es muy gen¨¦rico. ¡°Siempre es una preocupaci¨®n el tren, pero es un medio necesario¡±, esgrime en el Ayuntamiento Denise Breder, la n¨²mero dos del alcalde. Dice que hace unos a?os se organiz¨® un curso de entrenamiento a bomberos y polic¨ªas, y que se repetir¨¢. Pero no da detalles.
Justo detr¨¢s del Consistorio est¨¢ la bifurcaci¨®n de ra¨ªles. ¡°Oyes todo el rato [los trenes]. Al cabo de un tiempo se convierten en ruido de fondo¡±.
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