Nueva York mira al frente
El Observatorio en la Torre Uno celebra la determinaci¨®n de la ciudad de los rascacielos por emerger de las ruinas de 11-S
El ascenso no llega a los 50 segundos. Es lo que se tarda en subir los 102 pisos que llevan al Observatorio de la Torre Uno del World Trade Center. La r¨¢pida remontada se nota ya a medio camino en los o¨ªdos. Es solo una an¨¦cdota cuando se piensa en los nueve a?os que llev¨® construir el flamante rascacielos. El ascensor funciona como una especie de c¨¢psula del tiempo. En lugar de ventanas al exterior, sus tres paredes recrean el desarrollo de la ciudad durante los ¨²ltimos 500 a?os, en una espectacular panor¨¢mica virtual.
Justo al final de la simulaci¨®n se puede ver durante unos segundos las antiguas Torres Gemelas, antes de desaparecer. Y afloran los recuerdos. Es solo el comienzo para el visitante de la experiencia de esta especie de parque tem¨¢tico montado en la cima de la estructura m¨¢s alta en el hemisferio occidental y que est¨¢ llamada a ser la mayor atracci¨®n tur¨ªstica en Nueva York cuando abra las puertas al p¨²blico el pr¨®ximo viernes 29 de mayo. Disfrutarla le costar¨¢ 32 d¨®lares por adulto. El pase es seis d¨®lares m¨¢s barato para los ni?os.
La visita comienza realmente casi a pie de calle, nada m¨¢s pasar el control de seguridad, en una sala en forma de caverna llamada ¡°Voices¡±, que trata de replicar el suelo de granito que hacen de base a los rascacielos de Manhattan. Ah¨ª se puede escuchar el testimonio de 48 trabajadores que participaron en la construcci¨®n de este edificio de 1.776 pies de altura ¡ªel a?o de la Declaraci¨®n de la Independencia. Los primeros inquilinos ya est¨¢n ocupando algunas plantas.
El Observatorio est¨¢ en los pisos 100, 101 y 102 de la tambi¨¦n conocida como Torre de la Libertad, sobre un total de 104 plantas. Eso equivale a unos 380 metros desde las estrechas calles que tejen el bajo Manhattan, una altura muy similar a la de los miradores del Rockefeller Center y el Empire State Building, que se ven a lo lejos en Midtown. En un d¨ªa claro, la visibilidad es de unos 80 kil¨®metros, suficientes para ver el oc¨¦ano Atl¨¢ntico mirando hacia el puerto. Se puede apreciar incluso c¨®mo empieza a curvarse el horizonte.
La herida que el atentado de 11-S abri¨® en el granito est¨¢ ahora completamente tapada. Desde tan alto, el imponente esqueleto en forma de espinas que define la estaci¨®n dise?ada por Santiago Calatrava se queda peque?o. Ah¨ª los trabajos contin¨²an, como en otras dos torres m¨¢s que emergen hacia el Este. Pero las vistas no son todo en esta atracci¨®n. David Checketts, ejecutivo de Legends, la sociedad que opera el Observatorio, es un espacio creado para entretener. Se calcula que cost¨® cerca de 90 millones.
Take de Tour de One World Observatory?en?Vimeo.
Proyecci¨®n en 3D
¡°No hay un observatorio igual en todo el mundo¡±, vende a los asistentes al evento de presentaci¨®n de la instalaci¨®n. Al abrirse las puertas del Sky Pod, como llaman a los cinco ascensores que suben a la cima, con capacidad para transportar a 15 personas cada uno, el visitante se encuentra con una sala llamada ¡°See Forever Theater¡±, donde se proyecta un v¨ªdeo de dos minutos en 3D que muestra con im¨¢genes a vista de p¨¢jaro la fren¨¦tica vida en la metr¨®poli.
Al levantarse la pantalla, se tiene la primera vista del skyline de Manhattan. La exhibici¨®n est¨¢ repleta de tecnolog¨ªa y elementos interactivos para el que no quiera mirar fuera. El objetivo es presentar al visitante Nueva York de la mejor manera posible. Ese ¡°siempre mirando hacia delante¡± es, de hecho, el mantra que une todos los elementos del mirador y que pretenden celebrar el esp¨ªritu de superaci¨®n y la determinaci¨®n que caracteriza a los ciudadanos neoyorquinos.
El recuerdo de la destrucci¨®n creada por el 11-S es inevitable durante la hora que dura el recorrido. ¡°Hemos pensado mucho en esto¡±, se?ala David Kerschner, responsable de la atracci¨®n, ¡°al final hemos logrado dar con la v¨ªa m¨¢s respetuosa posible¡± con los que sufrieron los atentados, para conseguir un delicado equilibrio entre el pasado y el futuro del World Trade Center. Los familiares de las v¨ªctimas y los participantes en las labores de rescate tendr¨¢ acceso gratis.
Recomendaciones
La apertura del Observatorio en la Torre Uno es el ¨²ltimo paso en el largo proceso de recuperaci¨®n de la zona baja de Manhattan, convertida en una zona m¨¢s residencial. El pr¨®ximo martes, unos 3.000 estudiantes podr¨¢n visitar la exhibici¨®n antes de que se abra al p¨²blico. La planta principal es la 100. Ah¨ª el Sky Portal muestra en el suelo una imagen de v¨¦rtigo de la actividad en la calle. En City Pulse, el visitante ¡°conecta¡± con los barrios que se ven desde lo alto y reciben recomendaciones personalizadas sobre lo que pueden hacer.
Se esperan 3,5 millones de visitantes al a?o. Por 15 d¨®lares m¨¢s, se puede utilizar la tableta electr¨®nica para hacer una toma del skyline, durante la que emergen im¨¢genes e informaci¨®n narrada por el novelista estadounidense Jay McInerney, autor de Bright Lights y Big City. La planta intermedia est¨¢ reservada a los restaurantes. El visitante tiene tres opciones: un caf¨¦ en el que hacen bocadillos y ensaladas en el momento, uno m¨¢s tipo bar que ofrece tapas y c¨®cteles y en otro m¨¢s formal que sirve comida tipo gourmet.
En la 102 hay adem¨¢s un espacio reservado para eventos especiales, con capacidad para 300 personas. Como insiste Kerschner, este mirador no est¨¢ pensado solo para subir en ascensor, disfrutar de la vista y volver a bajar. Si el ascenso impresiona, el descenso pone los pelos de punta cuando las pantallas que envuelven al visitante ofrecen una simulaci¨®n de un vuelo rodeando los rascacielos. El Observatorio abre todos los d¨ªas desde las 9 am local hasta la medianoche durante el verano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.