¡°Los gais en Irlanda ya no somos monstruos, sino hijos y vecinos¡±
Norris es el hombre que logr¨® la descriminalizaci¨®n de la homosexualidad en el pa¨ªs
Es el intelectual que rehabilit¨® el prestigio de James Joyce en Irlanda. Fue el primer cargo electo abiertamente gay del pa¨ªs, es senador independiente desde 1987 y se present¨® a presidente en 2011. Pero David Norris, de 71 a?os, pasar¨¢ a la historia como el hombre que logr¨® la descriminalizaci¨®n de la homosexualidad en Irlanda, tras emprender un largo proceso judicial que termin¨® con un pronunciamiento del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en 1988. Cinco a?os despu¨¦s la homosexualidad era legal. Recibe en su casa a EL PA?S dos d¨ªas antes del refer¨¦ndum por el matrimonio gay. ?l, advierte, no planea casarse. ¡°Despu¨¦s de tantos a?os empujando la barca, al final he olvidado subirme en ella¡±, lamenta. ¡°Pero ser¨ªa muy bello verla partir¡±.
Pregunta. ?C¨®mo se siente, despu¨¦s de tantos a?os de lucha, al ver partir esa barca?
Respuesta. Es una notable trayectoria para una vida el pasar de ser definido como un delincuente por tu sexualidad a poder, si gana el s¨ª en el refer¨¦ndum, casarte con la persona que elijas. Es maravilloso que los ciudadanos irlandeses voten que sea un ciudadano como ellos.
P. ?Qu¨¦ ha cambiado en Irlanda en todos estos a?os?
R. En los a?os 50 y 60 la Iglesia Cat¨®lica ten¨ªa un fuerte mando sobre la pol¨ªtica. La legislaci¨®n se enviaba al arzobispo de Dublin para que la aprobara. Pero ha habido una cascada de esc¨¢ndalos de abusos sexuales a ni?os en la Iglesia, en los que no solo fueron los perpetradores, sino que la jerarqu¨ªa deliberadamente los protegi¨® y facilit¨® sus apetitos violentos. Otro cambio es que en la Irlanda en la que yo crec¨ª hab¨ªa una emisora de radio, ninguna televisi¨®n y casi ning¨²n peri¨®dico extranjero. Ahora la explosi¨®n de los medios ha derribado los muros de aislamiento. Por ¨²ltimo, cuando yo supe que era gay cre¨ªa que era el ¨²nico. Debido al silencio, no hab¨ªa modelos de conducta. El proceso judicial en que yo demand¨¦ al Estado de Irlanda en el tribunal supremo y luego en el europeo, para cambiar la ley penal por la que los hombres gais pod¨ªan ir a prisi¨®n de 10 a?os a perpetuidad, en ese proceso hubo testigos internacionales de todo el mundo. Y eso rompi¨® el silencio. Ahora ya no somos vistos como monstruos depredadores, sino vecinos, t¨ªos, hijos.
P. ?Qu¨¦ peso tiene hoy la Iglesia en Irlanda?
R. Hay curas muy respetados. Pero la gente ya no acepta la palabra de la Iglesia como ley. Y eso no empez¨® con la homosexualidad, sino con la contracepci¨®n. La Iglesia dijo que era pecado pero la gente viv¨ªa sus vidas normales de casados. Esa fue la primera gran ruptura.
P. ?C¨®mo era luchar en los a?os setenta por los derechos de los gais en Irlanda?
R. Lo que me llev¨® a actuar fue un sentimiento de injusticia e indignaci¨®n. Despu¨¦s del primer shock de comprender que era gay, me di cuenta de que hab¨ªa una generaci¨®n antes de m¨ª, empresarios y profesionales exitosos, que ten¨ªan sus cenas privadas, y que no hac¨ªan nada contra la injusticia. A mi me pudo la injusticia. ?Y c¨®mo fue? ?Fue absolutamente maravilloso!
P. Usted cit¨® a un luchador por la emancipaci¨®n cat¨®lica irlandesa del siglo XIX, Daniel O¡¯Connell, para hablar de la libertad de los homosexuales.
R. Malvados miembros de la ascendencia protestante privilegiada dijeron entonces que, al dar libertad y dignidad a los cat¨®licos, disminuir¨ªa su propio sentimiento de libertad. Es lo mismo que dice la gente del no ahora. ?l respondi¨® que la dignidad y la libertad humanas no son finitas. No son cosas que, si las divides y se las das a otras personas, te quedas t¨² con menos. De hecho, al d¨¢rselas a otra gente incrementas enormemente el sentimiento de dignidad y libertad para todo el mundo. Y yo creo que eso es cierto y aplicable a extender a los homosexuales el derecho a contraer matrimonio.
P. ?C¨®mo valora esta campa?a?
R. Ha enriquecido la conversaci¨®n entre los gais y sus familias y amigos. La parte del no habla de los derechos de los ni?os, y la comisi¨®n del refer¨¦ndum se ha cansado de decir que eso no tiene nada que ver con lo que se vota. Lo hacen para confundir a la gente. Y la gente confundida vota no.
P. Joyce dijo que la religi¨®n, la familia y el nacionalismo eran las fuerzas que oprim¨ªan a la sociedad irlandesa.
R. Yo soy una persona religiosa. Una de las pocas que quedan, supongo. La religi¨®n estrecha, el nacionalismo estrecho y las constricciones de una familia disfuncional, eso era de lo que Joyce escapaba. El Dubl¨ªn de Joyce era una ciudad dormida, paralizada. Pero ahora es muy viva y todas las grandes preguntas est¨¢n sobre la mesa, para que las debatan los ciudadanos. Somos una sociedad m¨¢s abierta y libre que la de Joyce.
P. ?C¨®mo cambiar¨¢ el pa¨ªs si gana el s¨ª?
R. Ser¨¢ m¨¢s libre y abierto. Los gais j¨®venes podr¨¢n respirar mas f¨¢cil. Los partidarios del no dicen que los derechos de los homosexuales est¨¢n protegidos por las provisiones de igualdad en la constituci¨®n. Pero esas provisiones estaban ah¨ª cuando demand¨¦ al Estado para eliminar la ley que nos criminalizaba. La justicia decidi¨® que no hab¨ªa nada desigual en mandar a los gais a la c¨¢rcel. Si gana el s¨ª los gais ser¨¢n bienvenidos a la sociedad irlandesa como ciudadanos completos e iguales.
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