Hillary surfea
La candidata dem¨®crata, ?coger¨¢ la ola por la izquierda liberal populista o por el centro?
Nada dura, los acontecimientos relampaguean, nos alcanzan brevemente y se desvanecen; el tiempo nos atropella. Vivimos en una malsana anticipaci¨®n de todo, que incluso consigue envejecer lo todav¨ªa no acaecido. La pol¨ªtica sufre de esta malsana urgencia. Obama, que conmocion¨® al mundo con su elecci¨®n, ya est¨¢ siendo engullido por la ola electoral, en formaci¨®n, pero que no estallar¨¢ hasta dentro de 18 meses con la elecci¨®n presidencial de noviembre de 2016.
Desenfoca la atenci¨®n sobre el presidente traslad¨¢ndola a su previsible sucesora: Hillary Clinton. Cuando hierve descontrolado el caldero de Oriente Pr¨®ximo, con el Estado Isl¨¢mico ocupando ya la mitad de Siria e Irak desestabilizado; con la bomba de Ir¨¢n sin desactivar. Arabia Saud¨ª, encendida por la pol¨ªtica a medias de Washington, que trata de retirarse del caos sin conseguirlo, interviene sin pedir permiso a su aliado, del que desconf¨ªa. Sin bombero de guardia capaz de apagar la guerra religiosa intermusulmana, con Riad y Teher¨¢n luchando por la supremac¨ªa regional.
Hillary, que no se ha bajado de un coche oficial desde que en 1979 entr¨® con Bill a ocupar la mansi¨®n del gobernador de Arkansas, ya recorre EE UU visitando los Estados de las primeras primarias y allegando fondos. Pretende recaudar 1.000 millones de d¨®lares para su campa?a, gracias a que el Tribunal Supremo relaj¨® la pol¨ªtica de financiaci¨®n electoral. Sin embargo, con la ambig¨¹edad que cultiva, mostrando la zanahoria a los progresistas que no creen que sea uno de los suyos ¡ªdemasiado rica y demasiado amiga de Wall Street¡ª, promete que si gana har¨¢ ¡°todo lo posible para nombrar jueces para el Supremo que protejan el derecho al voto y no el derecho de los billonarios a comprar elecciones¡±.
Desde que Bill dej¨® la Casa Blanca, los Clinton han recaudado 2.000 millones de d¨®lares para su Fundaci¨®n ahora envuelta en la pol¨¦mica sobre qui¨¦n don¨® a la misma cuando Hillary era secretaria de Estado, y a cambio de qu¨¦. A pesar de su percibida inevitabilidad, su carrera hacia la presidencia no ser¨¢ un paseo. ?Qu¨¦ representa Hillary? ?Ver¨¢n los votantes en ella alguien con m¨¢s futuro que pasado? Tendr¨¢ 69 a?os cuando en enero de 2017, si lo consigue, asuma la presidencia, solo ocho meses menos que cuando lo hizo Reagan. Tiene experiencia, ha vivido ocho a?os en la Casa Blanca, es inteligente, ha recorrido varias veces el mundo como secretaria de Estado, y llegar¨ªa aprendida al cargo, algo que no ocurri¨® con Obama.
A pesar de ser una figura p¨²blica es percibida a¨²n como una desconocida por los ciudadanos. Opaca. Poli¨¦drica. ?Cu¨¢l es la verdadera Hillary? La ambiciosa, idealista en sus inicios, pragm¨¢tica y calculadora despu¨¦s, halc¨®n en pol¨ªtica exterior (apoy¨® la invasi¨®n de Irak), o la que puentea al Estado trabajando como ministra de Exteriores desde una cuenta de Internet privada. El car¨¢cter es decisivo en la carrera a la presidencia. De momento, Hillary surfea para regresar, esta vez de n¨²mero uno, a la Casa Blanca. ?Coger¨¢ la ola por la izquierda liberal populista o por el centro?
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