El contagio Zapatero
El Vaticano ya temi¨® en 2005 que el modelo espa?ol iba a extenderse al resto de Europa
Cada pa¨ªs a su manera, el matrimonio entre personas del mismo sexo se abre camino poco a poco en el mundo civilizado sin que el Vaticano salga de su asombro. ?D¨®nde las ra¨ªces del cristianismo?, se preguntan los jerarcas de la Iglesia romana. El refer¨¦ndum en la muy cat¨®lica Irlanda les ha colmado el vaso de la desolaci¨®n, mucho m¨¢s despu¨¦s de conocer el apabullante resultado de las votaciones. No ha sido un Gobierno desviado, ni unos diputados anticlericales, ni la traici¨®n de pol¨ªticos que cre¨ªan fieles quienes han tomado la decisi¨®n. Es el pueblo de Irlanda en refer¨¦ndum, ?la Irlanda cat¨®lica!
¡°Europa es una vi?a devastada por jabal¨ªes¡±, proclam¨® el pont¨ªfice em¨¦rito Benedicto XVI poco despu¨¦s de ser elegido Papa, en abril de 2005. Por entonces, el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero estaba empe?ado en reformar el C¨®digo Civil para permitir contraer matrimonio a parejas del mismo sexo y otorgarles los derechos de las uniones heterosexuales, incluida la adopci¨®n. El Congreso de los Diputados respald¨® esa modificaci¨®n por mayor¨ªa absoluta (187 votos) frente a 147 contrarios, procedentes del PP (menos el voto de la ex ministra Celia Villalobos) y de varios diputados de Convergencia i Uni¨®. El Partido Popular tiene recurrida ante el Tribunal Constitucional esa reforma.
Conviene recordar c¨®mo se tom¨® el Vaticano aquella legalizaci¨®n en Espa?a, anta?o la reserva espiritual de Occidente. Las execraciones contra el Gobierno Zapatero parecen ahora de los tiempos de la Inquisici¨®n, o peores. Para los obispos, su organizaci¨®n no hab¨ªa sufrido antes ni las catacumbas de Ner¨®n, ni la persecuci¨®n de Diocleciano, ni la Revoluci¨®n Francesa, ni la p¨¦rdida de los Estados Pontificios. La legalizaci¨®n del matrimonio gay era ¡°el momento m¨¢s excepcional de la Iglesia en 2000 a?os¡±. ¡°Estamos en una situaci¨®n ¨²nica en la historia de la humanidad¡±, sentenci¨® el portavoz episcopal.
Comportamiento tan exaltado de la Iglesia contra una ley estatal ten¨ªa antecedentes
Cosas de Zapatero, se pens¨® entonces, pese a que en 2005 ya hab¨ªa dos naciones europeas (Holanda y B¨¦lgica) que permit¨ªan las uniones gays. Hoy son ya una veintena. Los mentideros de Roma, azuzados por la jerarqu¨ªa del catolicismo espa?ol, cre¨ªan que el presidente era un furibundo laicista y hasta un comecuras, pero que su modelo de Gobierno no corr¨ªa peligro de contagiarse al resto de Europa. En cambio, el mundo pol¨ªtico italiano curioseaba lo que ocurr¨ªa en Espa?a. La intriga lleg¨® tan lejos que la Mostra de Cine de Venecia de aquel a?o present¨® en su sesi¨®n de clausura, con gran regocijo medi¨¢tico, el documental ?Viva Zapatero!, de Sabina Guzzanti.
Adem¨¢s de negar al Estado capacidad para intervenir en la organizaci¨®n de la sociedad -¡°el Gobierno no puede legislar sobre derechos inexistentes", lleg¨® a decir el cardenal Rouco-, los obispos llamaron a la desobediencia con apelaciones como la del entonces cardenal de Barcelona, Ricard Maria Carles, que equipar¨® la obediencia en la aplicaci¨®n de la reforma con el ¡°obediente¡± exterminio de personas en Auschwitz. En consecuencia, decenas de prelados salieron a las calles de Madrid en ruidosa y multitudinaria manifestaci¨®n y jaleando tesis sostenidas terquedad. ¡°Los homosexuales son unos pobres diablos que, enfermos de muy mala manera, pasan la vida en un infierno o se arrastran por el fango del pecado, luchando algunos de ellos a brazo partido para curarse¡±, sostiene todav¨ªa el obispo de Alcal¨¢ de Henares, Juan Antonio Reig Pla, ex responsable de las pol¨ªticas de familia en la Conferencia Episcopal.
Comportamiento tan exaltado contra una ley estatal ten¨ªa antecedentes. Recordaba lo ocurrido cuando el Gobierno decidi¨® en 1870 legalizar el matrimonio civil. Lo hab¨ªa hecho antes media Europa siguiendo el ejemplo del c¨®digo napole¨®nico sobre el matrimonio entre personas de diferentes creencias y sin tocar la indisolubilidad del v¨ªnculo eclesi¨¢stico. ¡°Es la ley de la manceb¨ªa. El matrimonio civil no ser¨¢ jam¨¢s otra cosa que un inmoral concubinato o un escandaloso incesto¡±, argumentaron los obispos de entonces.
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