?Vicios privados, virtudes p¨²blicas?

El espionaje ilegal de una conversaci¨®n privada de Lorenzo C¨®rdova, presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), en la cual el l¨ªder de la m¨¢xima autoridad electoral de M¨¦xico se mofaba de la forma de hablar y de las demandas de un l¨ªder ind¨ªgena con quien hab¨ªa sostenido un encuentro de trabajo, ha expuesto a la luz p¨²blica uno de los problemas m¨¢s extendidos pero menos aceptados en la sociedad mexicana: la discriminaci¨®n racial.

Tras la debida denuncia del espionaje, C¨®rdova y un sinn¨²mero de intelectuales p¨²blicos han tratado de minimizar el contenido de la conversaci¨®n. A pesar de haberse disculpado por el desacierto de sus palabras, el presidente del INE al d¨ªa de hoy insiste que es perfectamente posible ridiculizar en una conversaci¨®n privada a una persona ind¨ªgena pero en la arena p¨²blica comportarse con el mayor de los respetos a las minor¨ªas.

La discriminaci¨®n racial es un fen¨®meno que se niega todos los d¨ªas en M¨¦xico. Lo niegan, incluso, las v¨ªctimas

Diversos estudios recientes sobre el fen¨®meno del racismo en contra de poblaciones ind¨ªgenas y de mestizos con rasgos fenot¨ªpicos ind¨ªgenas o de hispanohablantes con acento ind¨ªgena muestran que la experiencia cotidiana de discriminaci¨®n en M¨¦xico es mucho m¨¢s extendida de lo que solemos aceptar y que tiene efectos nocivos para los discriminados en m¨²ltiples esferas: en mercados laborales, en el acceso a bienes y servicios p¨²blicos, en la posibilidad de convertirse en candidatos a puestos de elecci¨®n popular y en el tipo de relaci¨®n que los partidos pol¨ªticos establecen con ellos.

La discriminaci¨®n racial es un fen¨®meno que se niega todos los d¨ªas en M¨¦xico. Lo niegan, incluso, las v¨ªctimas. Seg¨²n las encuestas del Latin American Public Opinion Project (LAPOP) de la Universidad de Vanderbilt, en 2010 s¨®lo el 13% de los mexicanos aceptaron haber sido v¨ªctimas de discriminaci¨®n racial pero el 54% report¨® haber presenciado al menos un acto de discriminaci¨®n en contra de individuos con rasgos ind¨ªgenas y el 80% cree que a la gente de tez blanca le va mejor en la vida que a los ind¨ªgenas. Estos datos sugieren que la discriminaci¨®n racial en M¨¦xico es un fen¨®meno sist¨¦mico y generalizado; un fen¨®meno que trasciende la esfera de la vida privada y que condiciona nuestras interacciones p¨²blicas.

Como lo muestra el importante trabajo de los economistas Eva Arceo y Raymundo Campos a partir de un estudio experimental basado en el env¨ªo de cientos de solicitudes de empleo con fotos ficticias de hombres y mujeres con caracter¨ªsticas blancas, mestizas e ind¨ªgenas, las empresas mexicanas sistem¨¢ticamente discriminan en contra de las personas con rasgos ind¨ªgenas. El trabajo del soci¨®logo Andr¨¦s Villarreal muestra a partir de un profuso estudio de encuestas que las personas ind¨ªgenas y los mestizos con rasgos ind¨ªgenas ocupan los trabajos peor remunerados y tienen pr¨¢cticamente negado el acceso a puestos de direcci¨®n en M¨¦xico. La estratificaci¨®n de los mercados laborales a partir de categor¨ªas raciales ¨C plasmados en la iconograf¨ªa de castas de la ¨¦poca colonial ¨C se mantiene tan vigente como en los tiempos de la Nueva Espa?a.

Seg¨²n nuestro an¨¢lisis, M¨¦xico y Per¨² son los pa¨ªses donde la discriminaci¨®n racial en el acceso a bienes y servicios p¨²blicos es m¨¢s notable

En un trabajo en curso junto con Melina Altamirano de la Universidad de Duke, con informaci¨®n de las encuestas de LAPOP mostramos que en Am¨¦rica Latina las personas ind¨ªgenas y los mestizos con rasgos fenot¨ªpicos ind¨ªgenas ¨C particularmente con tono de piel oscuro ¨C tienen un acceso significativamente menor a servicios educativos y de salud, agua potable y drenaje que los individuos con tono de piel claro. Y esto no se reduce a un problema de clase o de ingreso; de hecho, la brecha racial en el acceso a bienes y servicios p¨²blicos se mantiene constante a diferentes niveles de ingreso y educaci¨®n. En nuestro an¨¢lisis, M¨¦xico y Per¨² son los pa¨ªses donde la discriminaci¨®n racial en el acceso a bienes y servicios p¨²blicos es m¨¢s notable.

A partir de un novedoso estudio de laboratorio en el que se manipulan las caracter¨ªsticas fenot¨ªpicas de supuestos candidatos a elecci¨®n popular en M¨¦xico, la polit¨®loga Rosario Aguilar muestra que los individuos con rasgos ind¨ªgenas tienen una menor probabilidad de ser preferidos como candidatos a puestos de elecci¨®n popular. En nuestra propia investigaci¨®n, mi coautora y yo encontramos que los candidatos en campa?as electorales en Am¨¦rica Latina y en M¨¦xico suelen establecer relaciones clientelares y comprar el voto de personas ind¨ªgenas o de mestizos con rasgos ind¨ªgenas pero intentan persuadir a los votantes de tonalidades de piel m¨¢s claras mediante discursos program¨¢ticos y la oferta de bienes p¨²blicos.

A ra¨ªz de las desafortunadas declaraciones del presidente del INE sobre sus interlocutores ind¨ªgenas, m¨²ltiples voces en M¨¦xico han pedido no caer en la hipocres¨ªa al criticar al funcionario p¨²blico. No hay por qu¨¦ escandalizarse ¨C se dice ¨C si todos en M¨¦xico se mofan de las personas ind¨ªgenas o de quienes tienen rasgos ind¨ªgenas o hablan el castellano con acento ind¨ªgena. Denunciar el racismo en M¨¦xico ¨C se insiste ¨C es ser pol¨ªticamente correcto.

La investigaci¨®n cuantitativa sobre el racismo en M¨¦xico muestra de manera fehaciente que no se trata de un problema de buenas conciencias ni un problema que se pueda reducir a la esfera privada de los individuos; se trata, m¨¢s bien, de un problema que est¨¢ en la ra¨ªz misma de las enormes desigualdades que M¨¦xico ha sido incapaz de revertir por siglos y que condiciona la movilidad econ¨®mica y social y la participaci¨®n pol¨ªtica de la poblaci¨®n m¨¢s pobre del pa¨ªs. Reconocer la realidad del racismo, negada por siglos, es una de las mayores deudas que tiene la sociedad mexicana consigo misma. Es una realidad que deben reconocer y revertir las autoridades p¨²blicas, particularmente quienes est¨¢n llamados a fomentar la tolerancia, el respeto y la dignidad de los ciudadanos: la autoridad electoral.