Una regi¨®n invertebrada
Dilma est¨¢ a punto de romper la alianza comercial con Argentina
Se alborot¨® el vecindario. Dilma Rousseff anunci¨® que pretende reformular las reglas del Mercosur para que Brasil, Uruguay y Paraguay firmen, antes de que termine el a?o, un tratado de libre comercio con la Uni¨®n Europea. Traducido: enemistada con el proteccionismo extremo de Cristina Kirchner, Dilma est¨¢ a punto de romper la hist¨®rica alianza comercial con Argentina. Evo Morales levanta la voz en su reclamo frente a Chile por una salida al mar para Bolivia. No ser¨ªa una novedad, si no fuera porque encontr¨® un abogado eminent¨ªsimo: el papa Francisco se embander¨® con la causa boliviana. No es el ¨²nico actor inesperado en este drama. China, la potencia externa con mayor presencia en la regi¨®n, construir¨¢ un ferrocarril interoce¨¢nico en sociedad con Brasil y Per¨². Un desaire para Bachelet y Kirchner, que ven¨ªan planeando su propio corredor. Contra lo que sugiere la ret¨®rica de sus l¨ªderes, Am¨¦rica Latina es hoy una regi¨®n invertebrada.
Para la presidenta de Chile no terminan los disgustos. Remodelado el Gabinete para superar los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, pensaba cambiar de aire viajando a Roma. El Papa la recibir¨¢ el 5 de junio. Pero, antes de hacerlo, solicit¨® a la Universidad Cat¨®lica de Buenos Aires una f¨®rmula para resolver el litigio de Chile con Bolivia por la salida al mar de este pa¨ªs. El encargado de responder fue el arzobispo V¨ªctor Fern¨¢ndez, rector de esa casa de estudios. Fern¨¢ndez, que es el representante oficioso de Francisco en la Argentina, reuni¨® el jueves pasado a 12 intelectuales bolivianos, chilenos y peruanos para sugerir una soluci¨®n que, de un modo u otro, implica la cesi¨®n de un territorio que Chile considera propio. En ese seminario propusieron encomendar las gestiones al expresidente uruguayo Jos¨¦ Mujica. Morales, que llev¨® el conflicto a la Corte de La Haya, ayer salud¨® la iniciativa.
El rechazo a la demanda boliviana es, para los chilenos, una causa nacional
Para Bachelet estas noticias son lluvia ¨¢cida. El rechazo a la demanda boliviana es, para los chilenos, una causa nacional. Pero deja al gobierno socialista en una posici¨®n desagradable frente a la izquierda de la regi¨®n. Un detalle empeora todo: Morales fue avalado por Jorge Bergoglio, quien, a pesar de ser el jefe de la Iglesia, despierta en Chile los recelos de cualquier otro argentino.
A diferencia de la intervenci¨®n en el reencuentro de Cuba y los Estados Unidos, esta propuesta informal del Vaticano es aceptada por s¨®lo una de las partes en disenso. Ser¨¢ tratada el 5 de junio, cuando Francisco reciba a Bachelet. Un mes despu¨¦s viajar¨¢ a Bolivia. El Papa est¨¢ interesado en conversar con Bachelet sobre otra cuesti¨®n: el proyecto de ley para despenalizar el aborto en casos de violaci¨®n, inviabilidad del feto o riesgo de vida de la madre, que ella envi¨® al Congreso en enero pasado. Ojal¨¢ quede tiempo para que la Presidenta exprese su malestar por el reclamo de Bolivia.
Brasil y la Argentina tambi¨¦n producen ruidos molestos. El jueves pasado, despu¨¦s de una entrevista con el uruguayo Tabar¨¦ V¨¢zquez, Rousseff declar¨®: ¡°El Mercosur tiene siempre que adaptarse a las nuevas circunstancias. Nuestra prioridad en la agenda externa es hacer este a?o el acuerdo con la Uni¨®n Europea¡±. Esta definici¨®n exige modificar la regla por la cual los miembros del Mercosur negocian en conjunto sus acuerdos comerciales con otros bloques o pa¨ªses. Este principio ya se hab¨ªa suspendido cuando Venezuela se excluy¨® de la negociaci¨®n con la Uni¨®n Europea. Ahora quedar¨¢ afuera la Argentina.
El anuncio de Rousseff es impactante. Mercosur dejar¨¢ de existir como uni¨®n aduanera porque ya no tendr¨¢ una tarifa externa com¨²n. Sobrevivir¨¢ como simple ¨¢rea de libre comercio, en la que los bienes circulan sin barreras arancelarias. Esta regresi¨®n fue facilitada por la desinteligencia permanente entre las presidentas de Brasil y la Argentina. Hace m¨¢s de dos a?os que no realizan encuentros bilaterales, a pesar de que est¨¢n comprometidas a celebrarlos cada seis meses. Durante ese lapso la Argentina sigui¨® sin definir la rebaja arancelaria que requiere el tratado con Europa. Brasil decidi¨® terminar la negociaci¨®n sin su principal socio comercial. La novedad fue comunicada dos semanas atr¨¢s por el canciller de Rousseff, Mauro Vieira, al ministro de Econom¨ªa argentino, Axel Kicillof, y al canciller H¨¦ctor Timerman en un viaje que realizaron a Brasilia. Rousseff sigue desmantelando su primera administraci¨®n. Presionada por una econom¨ªa angustiante, debi¨® admitir lo que no se esperaba de un presidente del PT: que Brasil debe abrir su econom¨ªa porque el mercado interno es insuficiente para garantizar el crecimiento.
En esta perspectiva hay que leer los anuncios de la presidenta durante la visita que est¨¢ realizando a M¨¦xico, y tambi¨¦n cuando, el 30 de junio, visite Washington DC, Nueva York y California. Rousseff est¨¢ gobernando con el programa de Aecio Neves, su rival del a?o pasado. Enfrenta tres limitaciones: los bancos redujeron su exposici¨®n en Brasil; las empresas de infraestructura tienen vedado el cr¨¦dito por temor a que est¨¦n contaminadas con la corrupci¨®n de Petrobras; y el ajuste fiscal reducir¨¢ la inversi¨®n estatal.
Los chinos son veloces en aprovechar estas dificultades. Ya se vio c¨®mo lucraron con la ca¨ªda del precio del petr¨®leo en Venezuela y con la crisis de reservas monetarias de la Argentina. El martes pasado, Rousseff y el primer ministro de China, Li Keqiang, firmaron 35 acuerdos de inversi¨®n. Uno de ellos servir¨¢ para inyectar 7.000 millones de d¨®lares en la vapuleada Petrobras.
En esos convenios se prev¨¦ la construcci¨®n de un ferrocarril que cruzar¨¢ Brasil a la altura del Amazonas y saldr¨¢ por Per¨² hacia el Pac¨ªfico. Para Chile y la Argentina es otra bofetada. El 21 de abril pasado, la embajada de Chile en Brasilia organiz¨® en Santiago un seminario al que concurrieron funcionarios brasile?os y argentinos. Por en¨¦sima vez se analiz¨® el trazado de corredores bioce¨¢nicos a trav¨¦s de Brasil, la Argentina y Chile. Pero, para enojo de Kirchner y Bachelet, Dilma se dej¨® tentar por la inapelable billetera de los chinos. Cuando llegan los ajustes, lo primero que escasea es la cortes¨ªa.
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