Diez reglas b¨¢sicas para toda buena revoluci¨®n pac¨ªfica
El activista Srdja Popovic propone t¨¢cticas no violentas para lograr el ¨¦xito en una protesta
Srdja Popovic (Belgrado, 1973) es entrenador de revolucionarios. No de los violentos, cuyas rebeliones suelen terminar ¡°empapadas de sangre de inocentes¡±, afirma, sino de aquellas personas que ¡°uni¨¦ndose y pensado de forma creativa pueden derribar dictadores y enmendar injusticias¡± sin que nadie resulte herido. Tras su experiencia como fundador de Otpor (Basta), un movimiento estudiantil determinante en la ca¨ªda del dictador serbio Slobodan Milosevic, Popovic cre¨® en 2004 la organizaci¨®n CANVAS (Centro para la Aplicaci¨®n de Acciones y Estrategias de No Violencia). Desde entonces, ha adiestrado a todo aquel que desea hacer una revoluci¨®n sin levantar un arma, desde activistas de la primavera ¨¢rabe a insurrectos del Maid¨¢n.
Estas son algunas de las pr¨¢cticas que recoge en su ¨²ltimo libro, Blueprint for revolution (Plan de acci¨®n para la revoluci¨®n), un dec¨¢logo para alcanzar la victoria a trav¨¦s de protestas pac¨ªficas, que Popovic acaba de presentar en el Oslo Freedom Forum (Foro de la Libertad de Oslo).
1. No arriesgues tu vida. El argumento de Popovic es evidente pero no siempre recordado: ¡°Si mueres, no puedes hacer la revoluci¨®n¡±. En un pa¨ªs donde las manifestaciones son duramente reprimidas, ¡°te pueden matar si vas a una concentraci¨®n, pero no si optas por otras medidas, como boicotear determinados productos¡±, explica. Por ejemplo, el boicoteo a multinacionales que trabajaban en Sud¨¢frica antes de la abolici¨®n del apartheid, ayud¨® a la derogaci¨®n de las medidas segregacionistas, ya que los accionistas de las empresas se vieron obligados a exigir al Gobierno sudafricano que pusiera fin a las leyes racistas bajo la amenaza de dejar de operar en el pa¨ªs.
2. Conserva tu libertad. Con la misma l¨®gica de la regla anterior, dif¨ªcilmente se pueden emprender actos revolucionarios desde la prisi¨®n. Por ello, entre una t¨¢ctica legal y una ilegal, el activista serbio sugiere sin dudarlo la primera. Por ejemplo, para la conmemoraci¨®n del 26? aniversario de la masacre de la plaza de Tiananm¨¦n, el pr¨®ximo 4 de junio, los activistas chinos proponen pasar por el lugar en el que ocurri¨® la matanza con una luz encendida pero no acudir a concentraciones, donde con toda seguridad ser¨ªan arrestados.
3. El dinero es lo que m¨¢s duele. Entre una t¨¢ctica y otra, Popovic recomienda siempre ¡°buscar la que suponga una mayor p¨¦rdida econ¨®mica¡± al poder contra el que se protesta. Y para ilustrarlo, acude a un ejemplo cl¨¢sico: el boicot de autobuses de Montgomery (Alabama, Estados Unidos), que comenz¨® el 1 de diciembre de 1955, cuando la afroamericana Rosa Parks se neg¨® a ceder su asiento a una persona blanca, y termin¨® un a?o despu¨¦s, al ser declarada inconstitucional la segregaci¨®n en los autobuses. ¡°La acci¨®n se podr¨ªa haber realizado en los ba?os p¨²blicos, pero el hecho de no utilizar ese medio de transporte¡± hasta que no se derogara la ley ¡°conllevaba una importante p¨¦rdida econ¨®mica¡±.
4. Distrae a tu oponente. Las t¨¢cticas de dispersi¨®n pueden tener m¨¢s ¨¦xito que las de concentraci¨®n. ¡°Una concentraci¨®n en un lugar p¨²blico implica tener a quienes te apoyan reunidos en un mismo lugar, aumentando el riesgo de las personas que participan en la acci¨®n y facilitando a la polic¨ªa su labor¡± al indicarles d¨®nde deben trabajar, reflexiona Popovic. Para el activista, no tiene sentido concentrarse demasiados d¨ªas en una misma plaza. ¡°En protestas como las de Hong Kong [en 2014, a favor de la democracia] los activistas terminan agot¨¢ndose, porque se quedan sin electricidad y sin ba?os, y desde luego las autoridades no los van a poner¡±, a?ade. En cambio, las t¨¢cticas de distracci¨®n, en forma de acciones distribuidas en el tiempo en distintos lugares y de forma muy repetida ¡°obliga a la polic¨ªa a dispersarse¡± y ser menos eficaz, por lo que los riesgos disminuyen.
5. Usa el risactivismo. Inspirado en los Monty Python, Popovic plantea usar una t¨¢ctica basada en el humor y el rid¨ªculo ¡°para minar la autoridad¡± de los poderosos que define como ¡°risactivismo¡±. ¡°Hay que poner al objeto de esta t¨¢ctica entre la espada y la pared: si act¨²a parecer¨¢ est¨²pido y si no lo hace, parecer¨¢ d¨¦bil¡±. Popovic recuerda una protesta realizada en un metro de Ankara en 2013. Dos polic¨ªas, vieron bes¨¢ndose a una pareja en una de las estaciones m¨¢s concurridas de la capital turca, tras lo cual las autoridades pidieron a los usuarios del suburbano que actuaran de acuerdo con las normas morales. El incidente salt¨® r¨¢pidamente a la prensa y cientos de personas participaron en una protesta que consist¨ªa en besarse en el metro. ¡°?Qu¨¦ pod¨ªan hacer ahora los polic¨ªas?¡±, se pregunta Popovic.
6. Construye una historia de peque?as victorias. Los grandes sue?os requieren peque?os comienzos. Es lo que sucedi¨® en Israel en 2011 con una protesta que oblig¨® a bajar el precio del queso cottage. El organizador, Itzik Alrov, cre¨® una p¨¢gina en Facebook para animar a sus compatriotas a boicotear el producto, cuyo precio se hab¨ªa duplicado desde 2006, cuando se suprimieron las subvenciones al queso, una medida con la que las grandes empresas obtuvieron importantes beneficios. La acci¨®n, que en un primer momento solo ten¨ªa 32 seguidores en la red social, lleg¨® a superar los 100.000 y no solo oblig¨® a reducir el precio del queso sino que abri¨® la puerta a debatir un problema mayor: el alto coste de la vida en Israel y los bajos salarios de un sector de la poblaci¨®n.
7. La unidad hace la fuerza, tanto entre los miembros de una misma causa como en el objetivo de la propia causa. El primero de los supuestos tiene, seg¨²n Popovic, cientos de ejemplos: cuando ante una dictadura las fuerzas de la oposici¨®n se dispersan en distintos movimientos que tambi¨¦n luchan a su vez entre s¨ª, gana el dictador. En el segundo caso, Popovic alude al ejemplo de FEMEN: cuando naci¨® en 2008 en Ucrania para luchar por los derechos de la mujer y las activistas mostraban sus pechos desnudos, ten¨ªa ¡°un gran impacto¡±. Despu¨¦s, las mujeres empezaron a dispersar sus mensajes: ¡°En Kiev protestaron por la ausencia de suficientes ba?os p¨²blicos, y en Londres, contra los reg¨ªmenes islamistas sangrientos [en Espa?a, por ejemplo, contra la ley mordaza]¡±, critica el activista que, aunque considera nobles todas las causas, cree que con su expansi¨®n internacional el grupo ha perdido el foco de sus acciones.¡± ¡°Cuando aparecen en los medios de comunicaci¨®n, nadie sabe ya contra qu¨¦ protestan¡± y pierden efectividad, a?ade.
8. Haz que la represi¨®n sea contraproducente. Para ello es necesario, seg¨²n Popovic, ¡°entender exactamente¡± la manera de actuar del oponente. ¡°No es una fuerza demon¨ªaca sino una decisi¨®n calculada de las autoridades¡±, se?ala. Como ejemplo, usa su experiencia en el movimiento serbio Otpor. ¡°La principal herramienta de la polic¨ªa era el miedo que ten¨ªamos a ser arrestados no el hecho de ser arrestados¡±, explica. Por eso, todos los miembros del movimiento que pasaron por prisi¨®n explicaron al resto con todo detalle lo que ocurr¨ªa en una detenci¨®n. Y aunque ser arrestado segu¨ªa siendo un temor, ya no les asustaba tanto, porque adem¨¢s el movimiento daba una atenci¨®n personalizada a cada activista en la c¨¢rcel. ¡°Pronto, muchas personas empezaron a correr enormes riesgos a pesar de que pod¨ªan ser detenidas¡±, concluye.
9. Ocupa la calle solo cuando te hayas organizado. ¡°Una manifestaci¨®n masiva es el ¨²ltimo paso, no el primero¡±, defiende Popovic, que cree que ¡°solo puedes pedir a la masa que salga a la calle cuando sabes que tienes a gran parte de esa masa de tu lado¡±. Por eso, seg¨²n considera, es la falta de organizaci¨®n lo que no ha hecho triunfar a los movimientos que llaman a ocupar los espacios p¨²blicos sin ninguna preparaci¨®n previa, entre los que incluye el movimiento 15-M. ¡°Terminan cayendo en una filosof¨ªa confusa¡±, puntualiza.
10. Termina lo que has empezado. ¡°Declarar la victoria es un asunto delicado¡±, reflexiona Popovic, por lo que hay que asegurarse de que el objetivo final se ha alcanzado. Seg¨²n el activista, si anuncias que tu movimiento ha sido un ¨¦xito demasiado pronto y env¨ªas a los activistas a casa puede repetirse la misma situaci¨®n que vive hoy Egipto: todos los que participaron en la revoluci¨®n y creyeron que hab¨ªan ganado tras la ca¨ªda del dictador egipcio Hosni Mubarak, vieron despu¨¦s a los Hermanos Musulmanes en el poder, seguidos de un r¨¦gimen militar que dio un golpe de Estado y tom¨® el control del pa¨ªs.
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