Al menos 80 muertos en los bombardeos saud¨ªes sobre Yemen
Riad y sus aliados hacen frente no s¨®lo a la milicia Huthi sino a parte del Ej¨¦rcito
Varios bombardeos sobre Yemen por parte de la coalici¨®n que lidera Arabia Saud¨ª han causado este mi¨¦rcoles al menos 80 muertos. Unas 40 personas, en su mayor¨ªa civiles, han fallecido cerca de la frontera, donde las tribus locales han estado ayudando a los rebeldes Huthi contra las fuerzas terrestres saud¨ªes. Otro ataque, que dej¨® 40 muertos y un centenar de heridos, tuvo por objetivo el cuartel de las Fuerzas Especiales de Seguridad en San¨¢. Poco antes, la coalici¨®n destruy¨® la base naval de Hodeida, el mayor puerto yemen¨ª en el mar Rojo. Todo ello pone de relieve que Riad y sus aliados no combaten s¨®lo a los Huthi, sino que estos cuentan con el apoyo de una parte significativa del ahora dividido Ej¨¦rcito yemen¨ª.
Desde el inicio de su intervenci¨®n en Yemen a finales de marzo, Arabia Saud¨ª ha justificado esa campa?a para frenar el avance de las ¡°fuerzas aliadas de Ir¨¢n¡±, como sus portavoces se refieren a la milicia Huthi, y restituir al presidente Abdrabbo Mansur Hadi en el poder. Ese grupo, cuya ret¨®rica antiimperialista le acerca m¨¢s a la ideolog¨ªa de la Rep¨²blica Isl¨¢mica que su fe zayd¨ª, se hab¨ªa hecho de facto con el control del Gobierno de San¨¢ a principios de a?o y lleg¨® a mantener secuestrado a Hadi durante varias semanas.
A los yemen¨ªes enseguida les result¨® sospechosa la facilidad con que tomaban el control de los cuarteles. Buena parte del Ej¨¦rcito segu¨ªa leal al expresidente Ali Abdal¨¢ Saleh, quien no termin¨® de encajar que las protestas populares de 2011 le apartaran del poder y mucho menos ser objeto de sanciones internacionales. S¨®lo eso permiti¨® que los Huthi llegaran a las puertas de Ad¨¦n, donde se refugi¨® Hadi, despu¨¦s de escapar del confinamiento de los rebeldes y antes de huir a Riad.
Cuando los saud¨ªes lanzaron su campa?a, confiaban en que la mayor¨ªa de los jefes militares se pusieran de su parte. No en vano, durante la pasada d¨¦cada el Ej¨¦rcito hab¨ªa combatido a sangre y fuego la insurrecci¨®n Huthi, a menudo con ayuda saud¨ª. Sin embargo, aunque los incentivos econ¨®micos y las presiones tribales consiguieron que algunos lo hicieran, la mayor¨ªa se han mantenido en sus puestos, respaldando la en¨¦sima jugada del hombre que siendo presidente dijo que ¡°gobernar Yemen era como bailar con serpientes¡±.
Dos meses despu¨¦s, Riad no ha conseguido la rendici¨®n de los Huthi y sus aliados, que siguen manteniendo el control de la mayor¨ªa de las zonas que dominaban antes de los bombardeos. Tampoco ha logrado coordinar una fuerza unificada que les haga frente sobre el terreno. Los ¡°leales a Hadi¡± a quienes se refieren los comunicados son con frecuencia grupos dispares que s¨®lo coinciden con los saud¨ªes en su oposici¨®n al avance de los rebeldes del Norte.
Esa alianza de conveniencia les facilita armas y dinero, pero no garantiza un proyecto com¨²n si logran derrotar al enemigo com¨²n. Tal es el caso de las milicias de la Resistencia Popular que combaten en la provincia de Dalea. Como el resto de los grupos asociados con el Movimiento del Sur (Hrak), aspiran a la independencia.
Ni las tendencias secesionistas, ni los conflictos tribales, son nuevos en Yemen. Incluso con Saleh, que logr¨® la unificaci¨®n en 1990, el pa¨ªs se vio amenazado por el independentismo del Sur, la rama local de Al Qaeda y la rebeli¨®n de los Huthi en el Norte. Pero la intervenci¨®n saud¨ª ha militarizado esas diferencias y reforzado la divisi¨®n del Ej¨¦rcito, cuyas unidades antiterroristas hab¨ªa preparado EE UU para combatir a Al Qaeda. Ahora, este grupo y el Estado Isl¨¢mico est¨¢n aprovechando el vac¨ªo de poder para echar ra¨ªces, lo que no deja de ser un peligro para Arabia Saud¨ª y el resto de los pa¨ªses de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga.
Aunque el consejo no viene de la mejor fuente para las autoridades de Riad, el ministro iran¨ª de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, ha advertido durante una visita a Kuwait que ¡°lo que est¨¢n haciendo en Yemen va a terminar perjudic¨¢ndoles¡±.
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