En Latinoam¨¦rica los ni?os que juegan ganan mejores sueldos de adultos
En Am¨¦rica Latina y el Caribe nacen m¨¢s de 1.200 ni?os por hora y la interacci¨®n es crucial para su desarrollo desde los primeros a?os
M¨¢s de 1.200 ni?os nacen en Am¨¦rica Latina y el Caribe cada hora y los primeros cinco a?os de vida definir¨¢n su futuro, y, a la larga, el de la regi¨®n.
No es solo que est¨¦n bien alimentados, tengan consultas m¨¦dicas regulares y reciban buena educaci¨®n prescolar. Se ha determinado que el papel que juegan los padres en la interacci¨®n con sus hijos desde edades muy tempranas facilitar¨¢ la formaci¨®n de una personalidad m¨¢s s¨®lida que les ayudar¨¢ a desenvolverse mejor cuando sean adultos.
Un ni?o no empieza a aprender cuando llega a la escuela. La base del desarrollo se crea durante los primeros 5 a?os de vida. Para cuando lleguen a la edad escolar, alrededor del 85% de su cerebro ya se ha desarrollado.
Y el ambiente donde se desenvuelve influye en la mitad de su capacidad cognitiva. Por ello, para que cualquier esfuerzo tenga ¨¦xito y se aproveche al m¨¢ximo estos primeros a?os, la participaci¨®n de los padres es clave.
Un ejemplo es la peque?a Patricia, una joven de Kingston, Jamaica.
"Cuando la conocimos, Patricia era una ni?a tan enferma y peque?a. No sab¨ªamos si estar¨ªa viva la semana siguiente", recuerda Elaine Burke, una experta en salud de la Universidad de West Indies, que lider¨® el primero de dos estudios sobre el tema. "Por eso hoy resulta casi imposible reconocer lo que ha alcanzado por s¨ª misma: ir la universidad, tener una familiar y conseguir un trabajo bien remunerado".
En una regi¨®n marcada por la desigualdad, las probabilidades definitivamente no estaban a favor de Patricia. La perspectiva de un ni?o var¨ªa mucho seg¨²n d¨®nde y en qu¨¦ familia naci¨®. Entonces, ?cu¨¢l fue la clave para que la peque?a lograra superarse?
La respuesta se encuentra en algunos de los objetos cotidianos m¨¢s simples: una sonaja hecha con una botella llena de piedritas, un pedazo de cart¨®n en forma de cubo o un libro de im¨¢genes simples. A primera vista quiz¨¢s no parecen mucho, pero en las manos de un padre o ni?era tales objetos estimulan el desarrollo de los ni?os, ense?¨¢ndoles habilidades ling¨¹¨ªsticas y motoras que le servir¨¢n para toda la vida.
"Los juguetes que le dimos a Patricia formaban parte de su desarrollo", explica la experta.
M¨¢s temprano, mejor
En 1986, Burke y otros profesionales de salud visitaron a infantes en los barrios m¨¢s pobres de Kingston para animar a los padres a jugar con sus hijos. Armados con juguetes caseros y palabras simples de elogio, trataban de impulsar el desarrollo intelectual y emocional de los ni?os. A lo largo de los a?os segu¨ªan su progreso y m¨¢s de 2 d¨¦cadas m¨¢s tarde, los beneficios de ¨¦sta iniciativa contin¨²an percibi¨¦ndose.
Esos ni?os con quienes sus padres jugaban no solo ten¨ªan un coeficiente intelectual m¨¢s alto, sacaban mejores notas en la escuela y eran menos propensos a comportamientos violentos, sino que los investigadores descubrieron que tambi¨¦n ganaban hasta un 25% m¨¢s que sus pares que no hab¨ªan participado en el proyecto.
"Mientras crec¨ªan, otras ventajas empezaron a emerger en su educaci¨®n y salud mental," describe la profesora Susan Walker, quien lider¨® el estudio de seguimiento del proyecto de estimulaci¨®n en la primera infancia. "Mostraron menos depresi¨®n, mejor autoestima, estaban menos retirados y ten¨ªan menos inhibiciones sociales. En otras palabras, ten¨ªan un conjunto completo de habilidades que ser¨ªan claves para su mejor desenvolvimiento como adultos".
Es un hallazgo notable que sirve para destacar a¨²n m¨¢s la importancia de esfuerzos para desarrollar una educaci¨®n preescolar de calidad.
Una inversi¨®n al futuro
En los ¨²ltimos 25 a?os, Latinoam¨¦rica ha registrado un avance significativo en la asistencia en la etapa de educaci¨®n preescolar. Para 2010, dos tercios de ni?os estaban inscritos en alg¨²n tipo de programa escolar, un 10% m¨¢s que en 1990. Sin embargo, mientras la regi¨®n figura bien por encima del promedio global, el acceso a esos servicios var¨ªa mucho, seg¨²n el lugar y la demograf¨ªa.
Jamaica es uno de los pa¨ªses que ha liderado estos esfuerzos y en la isla caribe?a el acceso a la educaci¨®n es casi universal: hoy en d¨ªa, el 99% de ni?os est¨¢ inscrito en la educaci¨®n prescolar. Resultados como estos, que han sido recogidos en publicaciones como The Lancet, sirven para aumentar a¨²n m¨¢s el perfil de los programas destinados a la primera infancia.
"La buena noticia es que varios pa¨ªses ya investigan para ver si funcionar¨¢ en su contexto espec¨ªfico," explica Sally McGregor, una de las doctoras que llevaron a cabo el estudio.
Asimismo, una iniciativa desarrollada durante 18 meses en Colombia, y apoyada por el Banco Mundial, trabaj¨® en 96 barrios pobres, donde se visitaron cada semana las madres para ense?arles c¨®mo jugar y hablar con sus hijos. En 2011, los investigadores volvieron y percibieron mejoras en el desarrollo cognitivo de los ni?os y en sus habilidades de escuchar, comprender y leer.
Mary Stokes es productora online del Banco Mundial
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