Arabia Saud¨ª iguala en lo que va de a?o el n¨²mero de ejecuciones de 2014
Las organizaciones de derechos humanos alertan de la falta de garant¨ªas procesales
La ejecuci¨®n este jueves en Riad de un paquistan¨ª acusado de tr¨¢fico de drogas ha hecho que Arabia Saud¨ª iguale los 90 ajusticiamientos que, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, efectu¨® en todo el a?o pasado. Eso lo convierte en el tercer pa¨ªs que m¨¢s recurre a la pena capital, tras China e Ir¨¢n, pero adem¨¢s la lleva a cabo de forma especialmente cruel: la mayor¨ªa de las veces mediante decapitaci¨®n por espada y en la plaza p¨²blica. M¨¢s grave a¨²n, las organizaciones de derechos humanos denuncian la falta de garant¨ªas procesales.
Algunos expertos se?alan que el n¨²mero de ajusticiados se ha disparado de forma dr¨¢stica desde la llegada al trono del rey Salm¨¢n el pasado enero. Resulta una coincidencia morbosa que, a mediados de este mes, el Ministerio de Administraciones P¨²blicas difundiera una oferta de empleo para ocho verdugos; no se ped¨ªa experiencia.
¡°Los primeros meses de su reinado han estado marcados por una ola de ejecuciones sin precedentes, un claro signo de que el uso de la pena de muerte est¨¢ aumentando en el reino¡±, aseguraba Philip Luther, el director del Programa de Oriente Pr¨®ximo de Amnist¨ªa, al cumplirse los cien d¨ªas de reinado de Salm¨¢n.
La oferta de trabajo
Esta es la oferta de trabajo para verdugos publicada por las autoridades saud¨ªes:
?rea: Funciones religiosas
Categor¨ªa: Asistencia a funciones judiciales
Cargo: Responsable de [aplicar] la muerte por castigo merecido.
Descripci¨®n del puesto: Desarrollar las funciones relacionadas con la aplicaci¨®n de las condenas a muerte por castigo merecido, de acuerdo con la sentencia pronunciada legalmente, y otros trabajados relacionados con el mismo ¨¢mbito.
Condiciones: Estos trabajos est¨¢n excluidos de cualificaci¨®n y experiencia.
Sin embargo, Adam Coogle, de Human Rights Watch, traza ese incremento a mediados del a?o pasado: de enero a finales de julio se contabilizaron 15 ejecuciones, mientras que al concluir 2014 sumaban 88, seg¨²n sus datos. Son cifras aproximadas, ya que los activistas s¨®lo pueden llevar el recuento de los casos que se hacen p¨²blicos.
De todas formas, el problema principal es la falta de garant¨ªas para los acusados. Amnist¨ªa recordaba en su ¨²ltimo informe que ¡°los procedimientos judiciales quedan lejos de las normas internacionales de justicia¡±; a menudo los casos susceptibles de la pena capital se juzgan en secreto, y s¨®lo muy raramente se permite a los acusados contar con asistencia letrada, lo que lleva a que muchos sean condenados sobre la base de confesiones.
De acuerdo con la estricta versi¨®n saud¨ª de la ley isl¨¢mica, o shar¨ªa, se castigan con la muerte el asesinato, la violaci¨®n, el tr¨¢fico de drogas, la apostas¨ªa y el robo a mano armada. La legislaci¨®n internacional s¨®lo permite la m¨¢xima pena para ¡°los delitos m¨¢s graves¡±. Sin embargo, la mitad de las ejecuciones anunciadas en Arabia Saud¨ª no entran en esa categor¨ªa y en su mayor¨ªa est¨¢n relacionadas con las drogas.
Especial preocupaci¨®n despiertan las condenas a personas con problemas de salud mental, como Siti Zainab, una empleada dom¨¦stica indonesia ejecutada el pasado 14 de abril; o de menores, como Ali al Nimr, en mayo de 2014. Casi la mitad de quienes acaban en el cadalso son extranjeros, que constituyen un tercio de la poblaci¨®n del pa¨ªs.
Aunque las autoridades saud¨ªes defienden el uso de la pena capital y aseguran que s¨®lo se aplica de acuerdo con la shar¨ªa y tras un juicio con las m¨¢s estrictas garant¨ªas, el propio Tribunal Supremo ha admitido su discrecionalidad. En un comunicado difundido el 17 de febrero, confirm¨® que las sentencias, incluidas las que llevan aparejada la muerte, dependen de la discreci¨®n del juez y pueden pronunciarse incluso si no se prueba m¨¢s all¨¢ de la duda razonable la culpabilidad del sospechoso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.