El Sur global: oportunidades y desaf¨ªos
Latinoam¨¦rica tiene que acelerar su transformaci¨®n productiva diversificando sus econom¨ªas
Am¨¦rica Latina ha realizado grandes avances con el comienzo del siglo XXI. Entre 2004 y 2014 la regi¨®n creci¨® a una tasa promedio superior al 4% anual, apoyada en una plataforma macroecon¨®mica estable. Esto permiti¨® una importante reducci¨®n de la pobreza que pas¨® del 44% de la poblaci¨®n en 2002 al 28% en 2014. Paralelamente, se logr¨® la consolidaci¨®n de una clase media que demanda mejores servicios p¨²blicos y mayor participaci¨®n pol¨ªtica.
Sin embargo, este desempe?o no ha sido suficiente para cerrarla brecha de ingresos con los pa¨ªses industrializados, y tampoco es comparable con la evoluci¨®n estelar que ha tenido Asia emergente. En 1980 el ingreso promedio de Am¨¦rica Latina representaba el 45% de las econom¨ªas avanzadas, mientras que en 2014 decreci¨® al 35%. En contraste, Asia emergente, cuyo ingreso promedio era de apenas 6% del de las econom¨ªas avanzadas en 1980, en 2014 alcanz¨® el 21%.
Probablemente la diferencia m¨¢s marca da entre ambas regiones ha sido la evoluci¨®n de la productividad y la capacidad de las econom¨ªas asi¨¢ticas, especialmente China y Corea, de llevar a cabo un proceso de transformaci¨®n productiva, que les ha permitido desarrollar cadenas regionales de producci¨®n e insertarse en las cadenas globales de manufactura.
Para transitar de un modelo de ventajas comparativas tradicionales a uno de ventajas comparativas en sectores de mayor productividad y alcanzar tasas de crecimiento promedio m¨¢s altas, Am¨¦rica Latina precisa acelerar su proceso de transformaci¨®n productiva, aumentando la inversi¨®n y la productividad, as¨ª como diversificando sus econom¨ªas. Esta agenda de reformas incluye cerrar la brecha en infraestructuras, mejorar la educaci¨®n, aumentar el ahorro dom¨¦stico, fortalecer el marco institucional y hacer mayores esfuerzos en investigaci¨®n e innovaci¨®n. Al mismo tiempo, es imperativo que la regi¨®n atraiga m¨¢s inversi¨®n extranjera directa de calidad, orientada a sectores y actividades que sean consistentes con la agenda de reformas mencionada.
Este enfoque debe ser parte de una visi¨®n integral del desarrollo que concilie los objetivos de estabilidad macroecon¨®mica, eficiencia microecon¨®mica, inclusi¨®n social y equilibrio ambiental sostenible de largo plazo. No hay duda de que la revitalizaci¨®n de los procesos de integraci¨®n regional en forma decidida y pragm¨¢tica es fundamental para estimular la inversi¨®n y el comercio regional como plataforma para la inserci¨®n competitiva de Am¨¦rica Latina en las cadenas globales de producci¨®n y comercio.
Sin minimizar la relevancia que continuar¨¢n teniendo para Am¨¦rica Latina los v¨ªnculos con Estados Unidos, Europa, Jap¨®n, y, en general, con los pa¨ªses industrializados, es claro que el auge del sur global ofrece enormes oportunidades adicionales para impulsar el proceso de desarrollo de la regi¨®n. Un ejemplo ha sido la evoluci¨®n de las relaciones comerciales y financieras entre la regi¨®n y China. En 2004 el comercio total entre Latinoam¨¦ricay China fue de cerca de 40.000 millones de d¨®lares y aument¨® hasta 262.000 millones en 2014. Adicionalmente, en los ¨²ltimos cinco a?os, China ha destinado m¨¢s recursos a la regi¨®n que el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ola Corporaci¨®n Andina de Fomento (CAF) tomados individualmente. No obstante, la relaci¨®n es a¨²n asim¨¦trica, ya que al igual que en el campo de la inversi¨®n directa (que no ha sido de gran volumen), tanto el comercio como la financiaci¨®n han estado concentrados en pocos pa¨ªses y en sectores vinculados a recursos naturales.
En este contexto, es evidente que existe un enorme potencial para incrementar y diversificar la financiaci¨®n, la inversi¨®n, el comercio y la transferencia de tecnolog¨ªa con China, Corea, yen general con el mundo emergente. Aunque menos din¨¢micas en este momento, deben incrementarse los esfuerzos para fortalecerlas relaciones comerciales y de inversi¨®n entre Am¨¦rica Latina y ?frica, as¨ª como con India y otros pa¨ªses asi¨¢ticos. La reciente creaci¨®n del banco de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y del Banco de Desarrollo Asi¨¢tico, entre otras nuevas instituciones del sur global, debe verse como un factor positivo para estimular una mayor relaci¨®n futura.
Conscientes de la importancia para Am¨¦rica Latina del fortalecimiento de las relaciones con otras regiones emergentes, CAF ¨Cbanco de desarrollo de Am¨¦rica Latina¨C mantiene estrechas relaciones con varios actores del sur global, como el Banco de Desarrollo de China, el BNDES de Brasil y un conjunto de instituciones financieras latinoamericanas, asi¨¢ticas y africanas.
Es claro que una mayor integraci¨®n entre Am¨¦rica Latina y el resto del mundo emergente producir¨¢ beneficios para todos. Es una oportunidad que no debe dejarse pasar. Todas las instituciones de financiaci¨®n del desarrollo, tanto a nivel global como regional, deben jugar un papel din¨¢mico y complementario en este proceso.
Enrique Garc¨ªa. Presidente ejecutivo de CAF, banco de desarrollo de Am¨¦rica Latina
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