Bush y Rubio, amigos y rivales en la carrera por la Casa Blanca
Por primera vez dos aspirantes a la presidencia de Estados Unidos comparten feudo, lo que propicia un debate entre votantes republicanos en el sur de Florida
El reverendo Michael W. Davis tiene el coraz¨®n dividido. Su iglesia cat¨®lica de Little Flower, a las afueras de Miami, se ha convertido en protagonista de la pugna entre Jeb Bush y Marco Rubio por la nominaci¨®n del Partido Republicano a las elecciones presidenciales de 2016. Bush, exgobernador de Florida, atiende cada domingo la misa matinal de la iglesia. El senador Rubio se cas¨® all¨ª y acude ocasionalmente. El templo queda a medio camino de las casas de ambos, separadas por cuatro kil¨®metros.
Por primera vez en la historia moderna, dos aspirantes a la presidencia de Estados Unidos comparten feudo. La disputa propicia un debate entre los votantes republicanos del sur de Florida, muchos de origen latino. Bush, de 62 a?os, est¨¢ casado con una mexicana. Rubio, de 44, es hijo de cubanos. Los dos hablan espa?ol. Y sus lazos personales son estrechos: el primero es el mentor pol¨ªtico del segundo.
Bush es el mentor pol¨ªtico de Rubio. Los dos han prometido una campa?a respetuosa hacia el otro
Pero los perfiles var¨ªan. Bush, que lleva meses en campa?a y se espera que anuncie oficialmente su candidatura a mediados de junio, fue gobernador de Florida entre 1999 y 2007. Aspira a ser el reflejo de la experiencia y pertenece al establishment: hijo y hermano de expresidentes. Rubio, senador desde 2011, se postula como la opci¨®n renovadora y conectada con la calle. En abril, anunci¨® su candidatura.
El reverendo Davis, que conoce a los dos, evita tomar partido. ¡°La gente est¨¢ orgullosa de que nuestra comunidad ha producido dos competidores talentosos y vibrantes¡±, dice en su despacho en la iglesia -construida a principios del siglo XX, de est¨¦tica espa?ola y rodeada de palmeras- en Coral Gables, una zona residencial acomodada al suroeste de Miami. ¡°Ser¨¢ una elecci¨®n dif¨ªcil para nuestra gente¡±, a?ade. ¡°Si solo uno de ellos optase [a la presidencia], ser¨ªa muy f¨¢cil. Todo el mundo lo votar¨ªa¡±.
El sur de Florida ha sido tradicionalmente un dominio republicano, pero esa fortaleza se ha debilitado en los ¨²ltimos a?os ante el empuje de la poblaci¨®n joven. El dem¨®crata Barack Obama fue el m¨¢s votado en el Estado (incluido el condado en el que est¨¢ Miami) en las elecciones presidenciales de 2008 y 2012.
El apoyo cubano al senador
En diez minutos en coche se llega del barrio de Bush en Coral Gables al de Rubio en West Miami. El paisaje es m¨¢s humilde. Hay menos casas ajardinadas con ¨¢rboles colgantes. Las calles son m¨¢s bulliciosas, como la Ocho, epicentro del exilio cubano. En las aceras, se suceden los negocios cubanos. En la cafeter¨ªa La Palma, el gerente, Juan Ramos, explica que Rubio acude con frecuencia a comprar chocolate con churros. "Aqu¨ª lo conoce todo el mundo", dice.
La pugna republicana centra una tertulia entre los cubanos en la terraza. ¡°Me gusta Rubio por ser cubano, pero Bush por tener m¨¢s experiencia¡±, comenta Alejandro Ronda, de 47 a?os, 11 en EE UU. Cree un error que el senador se oponga al plan de regularizaci¨®n de inmigrantes impulsado por Obama. Y aplaude la moderaci¨®n de Bush en inmigraci¨®n, lo que cree puede beneficiarle entre los latinos de todo el pa¨ªs.
A su lado, Vito Candia, de 70 a?os, 48 en Miami, se felicita de que tanto Bush como Rubio se opongan al restablecimiento de las relaciones con Cuba promovido por el presidente estadounidense porque, esgrime, supone una victoria del castrismo. Pero no tiene dudas de a qui¨¦n votar¨ªa: ¡°Rubio es la Am¨¦rica del futuro¡±.
En el barrio, todo el mundo dice ser votante republicano. ¡°Quiero una cara nueva, hemos tenido muchos Bushes¡±, afirma Adrienne, de 76 a?os y simpatizante de Rubio, al salir del campo de golf del lujoso hotel Biltmore, a un par de calles de la iglesia y en el que suele jugar Bush. ¡°Los republicanos est¨¢n divididos. Est¨¢n en una posici¨®n de esperar y ver¡±.
El cubano-estadounidense Al Cardenas es un referente en el Partido Republicano. Dirigi¨® el partido en Florida y el CPAC, el grupo m¨¢s influyente del paisaje conservador nacional. Considera ¡°impredecible¡± determinar si los votantes de Miami se decantar¨¢n m¨¢s por Bush o Rubio, pero est¨¢ convencido de que ser¨¢ una batalla re?ida. Las encuestas dan ventaja a Bush. El voto hispano supone el 16% del voto republicano en Florida. De este porcentaje, el 40% proviene de Miami.
Bush y Rubio se conocieron en 1998. Con el tiempo, construyeron una s¨®lida relaci¨®n pol¨ªtica. En 2006, Rubio fue elegido presidente de la C¨¢mara de Representantes de Florida, en la fase final del mandato de Bush. Antes de optar en 2010 al puesto de senador en Washington, Rubio prometi¨® no competir contra su padre pol¨ªtico.
Cinco a?os despu¨¦s, los planes han cambiado, pero Bush y Rubio mantienen las formas. Ambos se han comprometido a llevar a cabo una campa?a respetuosa.¡°Jeb es mi amigo y lo seguir¨¢ siendo¡±, dijo el senador en abril. Cardenas cree que les conviene evitar los ataques mutuos. ¡°Se les girar¨ªa en contra con los votantes porque les gustan los dos y no apreciar¨ªan ninguna negatividad¡±, escribe en un correo electr¨®nico.
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