Los transportistas argentinos paralizan el pa¨ªs con una huelga masiva
En plena campa?a reclaman aumentos salariales por encima del 27% fijado por el Gobierno
Los sindicatos de transportistas argentinos lograron su objetivo: paralizaron el pa¨ªs con una huelga que entre sus afiliados tuvo un seguimiento del 100%, seg¨²n sus datos. Los sindicalistas organizaron cortes en las entradas de las principales ciudades, en especial en Buenos Aires, la capital y centro de todo el debate pol¨ªtico, y provocaron enormes colas de coches en los alrededores y una imagen del centro pr¨¢cticamente vac¨ªo, como un d¨ªa festivo. No hubo trenes, ni metro, ni autobuses, ni aviones, aunque colegios, hospitales y comercios s¨ª estaban abiertos.
La huelga, en plena campa?a electoral, tiene un claro contenido pol¨ªtico contra el Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner pero tambi¨¦n es un aviso, seg¨²n los propios sindicalistas, al pr¨®ximo Ejecutivo que tomar¨¢ posesi¨®n en diciembre. Ante la posibilidad de un ajuste similar al de Brasil, los sindicatos hacen una exhibici¨®n de fuerza y demuestran que pueden parar el pa¨ªs cuando quieran. ¡°El paro se da ahora, pero ser¨¢ una fuerte se?al hacia adelante entre quienes tengan que administrar y vean cu¨¢l es la capacidad y la posibilidad de acuerdos en la futura gesti¨®n¡±, se?al¨® Juan Carlos Schmid, l¨ªder de la Confederaci¨®n de Trabajadores del Transporte. Schmid dej¨® claro el gran problema de fondo que est¨¢ provocando huelgas sectoriales en todo el pa¨ªs: la inflaci¨®n, que roza el 30%. Los sindicalistas luchan por subidas salariales superiores al 27% de tope que ha puesto el Gobierno.
Esta es la quinta huelga que sufre la presidenta en este ¨²ltimo mandato, el m¨¢s conflictivo de todo el kirchnerismo y en plena campa?a electoral, cuando quedan pocos d¨ªas para el cierre de las listas definitivas, en las que se sabr¨¢ si la propia presidenta es candidata a diputada o se queda fuera.?N¨¦stor Kirchner solo sufri¨® uno en sus cuatro a?os como presidente. Su mujer ya lleva cinco, y la clave pol¨ªtica est¨¢ en la ruptura con Hugo Moyano, el sindicalista m¨¢s poderoso, que pas¨® del apoyo total al kirchnerismo y una influencia notable en el Gobierno a una oposici¨®n frontal que queda reflejada en este ¨²ltimo paro en plena campa?a.
La huelga es sectorial, no general, pero el peso del transporte es de tal calibre, sobre todo en las grandes ciudades como Buenos Aires, donde se mide el efecto pol¨ªtico, que se ha conseguido una paralizaci¨®n casi total. La megal¨®polis ya sufre un tr¨¢fico dif¨ªcil que se altera con cualquier accidente y una huelga de transporte de este calibre bloquea todo.
Los transportistas, el gremio m¨¢s poderoso del pa¨ªs con sindicatos muy potentes que hist¨®ricamente han logrado que sus representados tengan los salarios m¨¢s altos entre los trabajadores no cualificados argentinos, lanzan as¨ª una batalla definitiva contra el Gobierno despu¨¦s de la ¨²ltima que realizaron en abril. Entonces reclamaban un aumento del m¨ªnimo del impuesto a las ganancias, para evitar que la inflaci¨®n les quitara buena parte del sueldo. En su momento el Gobierno lo rechaz¨® y asumi¨® el coste de la huelga, que fue pr¨¢cticamente total y paraliz¨® el pa¨ªs. Sin embargo, unas semanas despu¨¦s, como gesto electoral, el ministro de Econom¨ªa, Axel Kicillof, anunci¨® un aumento del m¨ªnimo para pagar impuesto a las ganancias muy parecido al que reclamaban los huelguistas, liderados, como ahora, por Hugo Moyano, el sindicalista m¨¢s conocido de Argentina, l¨ªder de los camioneros. Moyano, peronista, fue un aliado del kirchnerismo en la primera etapa, pero ahora est¨¢ muy enfrentado a la presidenta.
Ahora la reclamaci¨®n tambi¨¦n tiene que ver con los problemas que genera una inflaci¨®n cercana al 30%, algo pr¨¢cticamente in¨¦dito en el mundo con la excepci¨®n de Venezuela. El Gobierno, para tratar de contenerla m¨ªnimamente, ha limitado al 27% los aumentos salariales que se pueden firmar en las llamadas paritarias, los acuerdos entre empresarios y trabajadores que se est¨¢n cerrando en estos d¨ªas en casi todos los sectores. Ese es l¨ªmite oficial aunque algunos sectores, como el bancario, han establecido algunos trucos con pluses para acordar salarios incluso por encima. Los aceiteros llegaron a pactar un 36%. La huelga exige al Gobierno que retire ese l¨ªmite porque los camioneros buscar aumentos incluso del 35%.
La huelga tiene as¨ª un claro trasfondo pol¨ªtico como una lucha de poder entre los distintos sectores del peronismo en un momento en que se acerca un cambio de poder con la salida de Fern¨¢ndez de Kirchner de la presidencia en diciembre, despu¨¦s de las elecciones de octubre.
La huelga es bastante dura, como suelen ser las de los transportistas, que cortan por las buenas o por las malas los accesos a las ciudades al menos a primera hora de la ma?ana, cuando se define el ¨¦xito o el fracaso del paro. Para calentar motores, los transportistas iniciaron con una marcha multitudinaria sobre el obelisco, en el centro de Buenos Aires, y caminaron cortando las calles hasta el ministerio de Trabajo. Otros trabajadores tambi¨¦n bloquearon temporalmente el acceso al aeropuerto internacional de Ezeiza.
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