El mayor experimento pol¨ªtico de la tierra
Las perspectivas de guerra o paz en Asia y el Pac¨ªfico dependen del ¨¦xito interno de China
Podr¨¢ conseguirlo Xi? Esta es hoy la pregunta pol¨ªtica m¨¢s importante del mundo. ¡°S¨ª, puede¡±, me dicen algunos en Pek¨ªn. ¡°No, no puede¡±, dicen otros. Los sabios saben que nadie lo sabe. En Washington existe un gran debate sobre si Estados Unidos deber¨ªa cambiar su estrategia frente a China en vista de la mayor agresividad de Pek¨ªn desde que es presidente Xi Jinping, por ejemplo, con la presunta instalaci¨®n de artiller¨ªa en las islas artificiales que est¨¢ construyendo sobre unos corales submarinos en el mar del Sur de China. Otro aspecto que preocupa a todo el mundo es si el pa¨ªs asi¨¢tico podr¨¢ mantener su crecimiento econ¨®mico cuando agote su reserva de mano de obra barata y evitar las trampas en las que han ca¨ªdo algunas econom¨ªas de renta media. Sin embargo, el futuro de la pol¨ªtica exterior y la econom¨ªa de China, m¨¢s a¨²n que en otros pa¨ªses, depende de que su clase pol¨ªtica tome las decisiones apropiadas.
?A estas alturas ya est¨¢ claro lo que pretende Xi. Est¨¢ intentando conducir una econom¨ªa y una sociedad complejas a trav¨¦s de unos tiempos dif¨ªciles imponiendo cambios desde arriba, bajo el control de un partido leninista, depurado, disciplinado y reforzado. Lo est¨¢ haciendo en unas condiciones sin precedentes, tratando de combinar la mano invisible del mercado con la mano visible del partido-Estado. Una de sus inspiraciones es el Gran Timonel, Mao Zedong, pero otra es el reformista pragm¨¢tico Deng Xiaoping.
Hasta ahora, la reanimaci¨®n ha consistido sobre todo en asegurarse el control del Partido, el Estado, el Ej¨¦rcito y la sociedad civil, despu¨¦s de que el caso Bo Xilai revelara una crisis interna de poder en el Partido. No obstante, con su herencia comunista, es posible que el presidente crea sinceramente que los gobernantes autoritarios inteligentes y habilidosos son los mejores: la apuesta de Lenin, pero tambi¨¦n, con otras variantes, de Plat¨®n y Confucio.
El experimento actual cambiar¨¢ la vida de los miles de funcionarios depurados que han desaparecido en el tierno abrazo de los ¨®rganos competentes en el partido y el Estado. Tambi¨¦n resulta tremendamente inc¨®modo para los chinos que creen en el debate libre y cr¨ªtico, la iniciativa c¨ªvica independiente y las organizaciones no gubernamentales. En este sentido, he visto un notable contraste con mis visitas anteriores a Pek¨ªn. No solo por la dificultad cada vez mayor para entrar en Gmail, Gdocs y muchos otros sitios de Internet. Hablando en serio, percibo verdadero nerviosismo entre intelectuales que hace unos a?os hablaban sin reparos. Los l¨ªmites de lo que se puede decir en p¨²blico parecen cada vez m¨¢s estrictos. Han detenido, acusado y encarcelado a activistas, abogados de derechos civiles y blogueros. Un nuevo proyecto de ley propone unas restricciones casi putinescas para las ONG. Otro ampl¨ªa la definici¨®n de seguridad nacional para englobar la ideolog¨ªa y la cultura, con f¨®rmulas como ¡°llevar adelante la excepcional cultura de la nacionalidad china y defenderla contra la infiltraci¨®n de la cultura nociva¡±.
S¨ª, es verdad, dicen los analistas convencidos de que ¡°s¨ª, Xi puede¡±. Y, si est¨¢n fuera del sistema, suelen a?adir que es de lo m¨¢s lamentable. Pero f¨ªjate, contin¨²an, mira el programa de reformas que se est¨¢ impulsando con el mismo empe?o. No es f¨¢cil de resumir con el lenguaje pol¨ªtico y econ¨®mico habitual, porque la mezcla china es ¨²nica. Para ellos, las complejas medidas para resolver un peligroso exceso de deuda p¨²blica, la introducci¨®n de los derechos de propiedad de tierras agr¨ªcolas y la modificaci¨®n del sistema de inscripci¨®n de familias (hukou) pueden tener tanta importancia como las cosas que ocupan los titulares occidentales.
Xi dirige el pa¨ªs imponiendo cambios desde arriba, bajo el control de un partido depurado y reforzado
Si todo este proceso triunfa, el capitalismo democr¨¢tico liberal de Occidente tendr¨ªa un formidable competidor ideol¨®gico, de atractivo mundial, sobre todo en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Lo bueno es que la competencia siempre obliga a ponerse las pilas. Es muy probable que la soberbia de Occidente en los primeros a?os de este siglo, tanto en pol¨ªtica exterior, con la intervenci¨®n para cambiar el r¨¦gimen en Irak, como a la hora de consentir los excesos desmesurados del capitalismo financiero, se debiera en gran parte a la sensaci¨®n de no tener rivales ideol¨®gicos serios.
Este no es el resultado que yo, liberal y dem¨®crata, elegir¨ªa para mis amigos chinos. Pero lo que s¨ª deseo es una China en la que haya una evoluci¨®n, y no una revoluci¨®n. Por muchos motivos; entre otros, que es lo que prefieren la mayor¨ªa de los chinos, pero sobre todo porque de ello dependen la guerra y la paz. A un r¨¦gimen comunista en crisis le resultar¨ªa seguramente imposible resistir la tentaci¨®n de utilizar la baza nacionalista y agresiva en su regi¨®n, aprovechando decenios de adoctrinamiento, una interpretaci¨®n selectiva del pasado reciente y un relato de 150 a?os de humillaci¨®n nacional. Ser¨ªa peligroso cualquier conflicto, no solo un enfrentamiento directo entre China y Estados Unidos. Por muy claras que dejara EE UU las l¨ªneas rojas, habr¨ªa muchas posibilidades de cometer errores de c¨¢lculo.
Mi conclusi¨®n es que, si bien esta no es la v¨ªa de la evoluci¨®n que muchos identificamos y agradecimos en China en la ¨¦poca de los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn, todav¨ªa debemos confiar en que Xi logre ¡°cruzar el r¨ªo piedra a piedra¡±. Mi mayor preocupaci¨®n nace no de una fe personal en la democracia liberal como plasmaci¨®n de la libertad individual, aunque no ser¨ªa sincero si dijera que eso no importa, sino de los an¨¢lisis pol¨ªticos que engendraron la democracia liberal.
A corto y medio plazo, sospecho que el autoritarismo inteligente de Xi mantendr¨¢ a su partido en el poder y har¨¢ que todo siga funcionando. El medio plazo pueden ser los dos periodos de cinco a?os que el presidente Xi puede estar como m¨¢ximo en el cargo. Sigue teniendo muchos instrumentos de poder a su alcance, incluidos cierta popularidad personal y el orgullo nacional. Por eso me atrevo a decir (en voz baja) que, en este sentido estricto, s¨ª es verdad que ¡°Xi puede¡±. Ahora bien, m¨¢s en general y a largo plazo¡, la d¨¦cada de 2020 ser¨¢ tumultuosa.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford. Su ¨²ltimo libro es Los hechos son subversivos: Escritos pol¨ªticos de una d¨¦cada sin nombre. @fromTGA
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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