Liberen a los presos de conciencia de Venezuela
Insto al Gobierno a que permita el acceso a la Cruz Roja, a sus m¨¦dicos personales y a su familia a visitar a los presos pol¨ªticos
La Uni¨®n Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os se re¨²nen actualmente en una importante cumbre en Bruselas. Aunque imagino que habr¨¢n muchos debates fruct¨ªferos centrados en fomentar una relaci¨®n m¨¢s fuerte entre Europa y Am¨¦rica Latina, una nube oscura se cierne sobre la cumbre. Mientras cientos de pol¨ªticos se re¨²nen alrededor de comidas suntuosas y disfrutan de buen vino, 77 presos languidecen en las c¨¢rceles en Venezuela. Su encarcelamiento no est¨¢ en la agenda de la cumbre.
La situaci¨®n actual de los Derechos Humanos en Venezuela es particularmente sombr¨ªa. Incluso es m¨¢s preocupante que la situaci¨®n econ¨®mica y de seguridad del pa¨ªs, es la respuesta del gobierno a las frustraciones de su pueblo. Desde las protestas callejeras de febrero de 2014, cuando cientos de miles de venezolanos protestaron contra la corrupci¨®n galopante y la represi¨®n que azotan el pa¨ªs, el gobierno del presidente Nicol¨¢s Maduro respondi¨® a trav¨¦s de la fuerza. El gobierno us¨® la fuerza para reprimir y murieron 43 personas en las protestas, adem¨¢s detuvo arbitrariamente a m¨¢s de 3.000 personas. Que un gobierno act¨²e de esta manera contra sus propios ciudadanos, cuando est¨¢n ejerciendo sus derechos fundamentales de libertad de expresi¨®n y asamblea, es atroz. Pero el silencio ensordecedor y la inacci¨®n de los vecinos de Venezuela le han dado a Maduro una licencia para actuar con impunidad.
La situaci¨®n ha empeorado con respecto a hace m¨¢s de un a?o, cuando las protestas sacudieron a la naci¨®n. Los presos de conciencia en Venezuela est¨¢n representados en los l¨ªderes de oposici¨®n Leopoldo L¨®pez y Daniel Ceballos. Ambos hombres est¨¢n en la c¨¢rcel por su papel en las protestas no-violentas de febrero de 2014. L¨®pez y Ceballos abogan por la protesta no violenta y pac¨ªfica ante la injusticia y la impunidad. Han instado a que el pueblo de Venezuela resuelva sus problemas constitucionalmente. Al igual que otros activistas famosos de la No Violencia Mahatma Gandhi y Martin Luther King, Jr., ellos est¨¢n pagando un precio muy alto en su b¨²squeda incesante de justicia.
Hoy ambos est¨¢n en la c¨¢rcel y siguen participando en protestas no violentas, desde hace mas de dos semanas est¨¢n en huelga de hambre exigiendo la liberaci¨®n de todos los presos pol¨ªticos; el cese de la represi¨®n, persecuci¨®n y censura; y que se fije una fecha para las elecciones parlamentarias de este a?o con observaci¨®n de la OEA y la Union Europea. Insto al Gobierno de Venezuela a que permita el acceso a la Cruz Roja, a sus m¨¦dicos personales y a su familia a visitarlos.
El silencio ensordecedor y la inacci¨®n de los vecinos de Venezuela le han dado a Maduro una licencia para actuar con impunidad
A pesar de estas circunstancias dr¨¢sticas, el gobierno de Maduro ha continuado en la senda de la represi¨®n. A ra¨ªz de las protestas del pa¨ªs, Maduro autoriz¨® el uso de armas letales para que las fuerzas de seguridad repriman a los manifestantes ¡ªaun pac¨ªficos¡ª si son percibidos como una amenaza para el orden p¨²blico. Tal decreto eleva la probabilidad de una masacre de civiles.
Ante el colapso potencial de un pa¨ªs al que llaman " hermano", los l¨ªderes de Latinoam¨¦rica han respondido con silencio. En lugar de defender los derechos humanos universales, se han escudado detr¨¢s de la excusa de la no-injerencia. Tras la decisi¨®n de Estados Unidos de imponer sanciones a los violadores de derechos humanos en Venezuela, los pa¨ªses de Latinoam¨¦rica adoptaron una resoluci¨®n apoyando a Venezuela bajo "el principio de la no-injerencia".
Entiendo el trauma del colonialismo, pero sin la participaci¨®n de la comunidad internacional, el derramamiento de sangre en Sud¨¢frica hubiera sido mucho mayor
Sin duda entiendo el trauma del colonialismo, pero sin la participaci¨®n de la comunidad internacional, el derramamiento de sangre en Sud¨¢frica hubiera sido mucho mayor. Fue el boicot internacional y el r¨¦gimen de sanciones junto con la resistencia interna lo que ayud¨® a cerrar el cap¨ªtulo m¨¢s oscuro de la historia de mi pa¨ªs. La comunidad internacional no empez¨® a movilizarse sino hasta despu¨¦s de la masacre de Sharpeville, donde 69 personas fueron asesinadas por protestar no violentamente por la Ley de Pases de nuestro pa¨ªs. La comunidad internacional no debe esperar a que ocurra otra masacre para tomar acci¨®n.
La respuesta para abordar la situaci¨®n grave de los derechos humanos de hoy en Venezuela no es proteger a los l¨ªderes que toman ventaja de las sensibilidades postcoloniales y de la historia para mantenerse en el poder; Latinoam¨¦rica y la Uni¨®n Europea deben superar la ret¨®rica y tomar medidas concretas.
Tambi¨¦n creo en la Iglesia y creo en la misericordia y la compasi¨®n. No es demasiado tarde para que Maduro cambie de rumbo. En 2016, la Iglesia Cat¨®lica celebrar¨¢ el A?o Santo de Misericordia, que, seg¨²n el Vaticano, "sirve como una invitaci¨®n a seguir el ejemplo misericordioso del Padre que nos pide que no juzguemos o condenemos sino perdonemos y demos amor y el perd¨®n sin medida". Con el apoyo del Papa Francisco, rezo para que Nicol¨¢s Maduro honre temprano esa invitaci¨®n y libere a los presos pol¨ªticos de Venezuela.
Desmond Tutu es arzobispo (anglicano) em¨¦rito de Ciudad del Cabo y activista de los derechos humanos.
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