Los dem¨®cratas bloquean la pol¨ªtica comercial de Obama
La decisi¨®n de la C¨¢mara impide avanzar en los pactos que Obama intenta cerrar con pa¨ªses del Pac¨ªfico y de la UE
El Congreso de Estados Unidos, impulsado por el Partido Dem¨®crata, infligi¨® este viernes un duro golpe al presidente Barack Obama. La C¨¢mara de Representantes rechaz¨® un plan de ayuda a trabajadores afectados por tratados comerciales, una votaci¨®n que bloquea, por ahora, la concesi¨®n de autoridad al dem¨®crata Obama para negociar directamente acuerdos comerciales. A un a?o y medio del fin de su presidencia, la decisi¨®n de la C¨¢mara impide avanzar en los pactos que Obama intenta cerrar con pa¨ªses del Pac¨ªfico y de la UE.
La pol¨ªtica comercial es una de las m¨¢ximas prioridades de la agenda de Obama en lo que le queda de mandato. Su objetivo es lograr cerrar un acuerdo esta legislatura con otros 11 pa¨ªses del Pac¨ªfico, cuyas econom¨ªas suman el 40% del PIB mundial. El proyecto es un pilar fundamental en la estrategia para afianzar relaciones en la cuenca del Pac¨ªfico y contener el ascenso chino en la regi¨®n. Obama negocia, al mismo tiempo, un acuerdo de asociaci¨®n con la Uni¨®n Europea. Ambos quedan en entredicho con la votaci¨®n de este viernes.
Para lograr esos objetivos, el presidente necesita que el Congreso le otorgue la Autoridad para la Promoci¨®n Comercial (TPA, por sus siglas en ingl¨¦s). El Senado aprob¨® hace tres semanas esa ley, que facilitar¨ªa las negociaciones comerciales al fijar que durante tres a?os, renovables a otros tres, el Congreso no podr¨ªa modificar un tratado comercial internacional, solo aprobarlo o rechazarlo.
El objetivo de Obama es lograr cerrar un acuerdo esta legislatura con otros 11 pa¨ªses del Pac¨ªfico, cuyas econom¨ªas suman el 40% del PIB mundial
La C¨¢mara de Representantes dio este viernes su apoyo a la medida. Sin embargo, esta estaba vinculada a una ley de protecci¨®n de derechos de los trabajadores. El rechazo de esta ¨²ltima impide que la TPA se convierta en ley. Desde el lunes, el liderazgo republicano en la C¨¢mara tiene dos d¨ªas legislativos para tratar de someter la?ley de protecci¨®n a una nueva votaci¨®n en el pleno.
Cortejar a los legisladores es un elemento esencial del ritual pol¨ªtico estadounidense. Lo hacen grupos sociales, lobistas, miembros del Gobierno, y cuando la incertidumbre es m¨¢xima, incluso el presidente del pa¨ªs. Un par de horas antes de la votaci¨®n de este viernes, Obama hizo una visita sorpresa al Congreso para reunirse con representantes dem¨®cratas, en un ¨²ltimo intento de convencerles de votar a favor de la Autoridad Comercial.
Que un presidente se desplace hasta la colina del Capitolio para tratar de ara?ar votos es un gesto inusual: refleja la importancia que concede a una votaci¨®n y el nerviosismo ante las posibilidades de perderla. El significado es a¨²n mayor cuando el presidente, como el exsenador Obama, mantiene una relaci¨®n tirante con los legisladores.
¡°Creo que nunca te aseguras nada aqu¨ª. Siempre se est¨¢ moviendo¡±, dijo Obama tras reunirse con los congresistas dem¨®cratas. Su presi¨®n fracas¨®: en un bochornoso rev¨¦s, los dem¨®cratas votaron masivamente en contra del plan de ayuda al considerarlo un modo de apoyar la TPA. Temen que los acuerdos comerciales desencadenen despidos por deslocalizaciones, rebajas salariales y un auge de los beneficios empresariales.
"Urjo a la C¨¢mara a pasar sin retraso la TPA para que m¨¢s trabajadores de clase media tengan la posibilidad de participar y triunfar en nuestra econom¨ªa global", dijo el presidente en un comunicado tras la votaci¨®n. Obama alert¨® que la no renovaci¨®n de ese plan de ayuda afectar¨¢ a 100.000 trabajadores y dijo querer firmar, para convertirlas en ley, las dos normas a la vez.
El precedente del Nafta
La reticencia dem¨®crata a los acuerdos comerciales es habitual. Ya la sufri¨® hace dos d¨¦cadas el presidente Bill Clinton en la votaci¨®n del acuerdo de libre comercio con M¨¦xico y Canad¨¢. El Congreso aprob¨® en 1993 el Nafta (por sus siglas inglesas) por un estrecho margen.
Los detractores temen que los acuerdos comerciales desencadenen despidos por deslocalizaciones, rebajas salariales y un auge de los beneficios empresariales
Clinton, igual que Obama, se jugaba su influencia, pero estaba al principio de su primer mandato. El peso del legado quedaba lejano. Los pol¨ªticos dem¨®cratas, sindicatos y grupos medioambientales contrarios al acuerdo comercial que se negocia actualmente entre 12 pa¨ªses de la cuenca del Pac¨ªfico emplean los efectos del Nafta como un argumento de rechazo.
En la campa?a de 2008 que le llev¨® a la Casa Blanca, Obama coincid¨ªa con algunas de esas cr¨ªticas. Ahora, con el apoyo de la mayor¨ªa de legisladores republicanos, el presidente defiende el acuerdo del Pac¨ªfico como el mejor modo de incrementar la influencia de EE UU en Asia al promover reglas comerciales m¨¢s justas y favorables.
El debate comercial ha propiciado lazos infrecuentes. Obama ha encontrado su mejor aliado en el liderazgo republicano, que ha torpedeado buena parte de su agenda desde que asumi¨® la presidencia en 2009.
Pero ese apoyo fue insuficiente este viernes para contrarrestar el rechazo dem¨®crata. ¡°Si trabajamos juntos, ser¨¢ una gran victoria para los empleos y liderazgo estadounidense¡±, dijo el jueves el presidente de la C¨¢mara, el republicano John Boehner. El apoyo permite a los republicanos mostrarse como un partido responsable y afianzar su ret¨®rica a favor del liberalismo econ¨®mico. La batalla ha sido y se presume intensa: con numerosos anuncios publicitarios de partidarios y detractores, y con cada congresista tratando de satisfacer a su distrito electoral.
El debate, en la campa?a electoral
El debate sobre la concesi¨®n de autoridad al presidente para negociar directamente acuerdos comerciales ha entrado en la campa?a de las elecciones presidenciales de 2016. En el flanco republicano, hay coincidencia en apoyar el acuerdo comercial de la cuenca del Pac¨ªfico. En el dem¨®crata, los dos candidatos m¨¢s izquierdistas, Martin O'Malley y Bernie Sanders, han criticado el pacto. Pero la favorita, Hillary Clinton, que en 2012 lo apoy¨®, no se ha posicionado.
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