Claves para la visita hist¨®rica de Rousseff a EEUU
El viaje de la presidenta a Washington puden ser bueno no solo para Brasil, sino para toda la regi¨®n latinoamericana, Cuba incluida
Dado que la presidenta Dilma Rousseff ha dado un giro de 180 grados a la pol¨ªtica econ¨®mica de su primer per¨ªodo, se podr¨ªa pensar que el pragmatismo va a primar en las decisiones que se tomar¨¢n en este segundo. De ser as¨ª, se abre la posibilidad de que la largamente postergada visita de Rousseff a Washington para mejorar las relaciones de Brasil con los Estados Unidos vaya a dar buenos frutos. Y esto no s¨®lo ser¨¢ bueno para Brasil, sino para toda la regi¨®n latinoamericana, Cuba incluida.
La invitaci¨®n del presidente Barack Obama a Rousseff para que ¨¦sta visitara oficialmente EEUU en 2013 se frustr¨® cuando se hicieron p¨²blicas las revelaciones de Edward Snowden, un t¨¦cnico de comunicaciones de la Agencia de Seguridad Nacional (SNA) de Estados Unidos, que demostr¨® que el tel¨¦fono particular de Rousseff hab¨ªa sido espiado. Ofendida, Rousseff suspendi¨® el viaje. Thomas Shannon, el por entonces embajador de Estados Unidos en Brasil, que hab¨ªa organizado la visita con grandes expectativas de mejorar las relaciones entre los dos pa¨ªses, se retir¨® sin la protocolaria despedida de Itamarati (Palacio que alberga el Ministerio de Asuntos Exteriores brasile?o en Brasilia) de que correspond¨ªa a un diplom¨¢tico amigo con una larga relaci¨®n con Brasil. El incidente constituy¨® un severo golpe a lo que hasta ese momento hab¨ªa sido la colaboraci¨®n tradicional entre los dos pa¨ªses, y el distanciamiento fue celebrado por los asesores ¡°anti-imperialistas¡±, de vuelta a la esfera de influencia de la presidenta brasile?a. Pero en Estados Unidos, Shannon fue promovido al importante cargo de consejero del Departamento de Estado, desde donde influye tambi¨¦n en la Casa Blanca. Desde all¨ª continu¨® abogando por el acercamiento con Brasil.
Ahora la visita se reencamina para el pr¨®ximo 30 de junio. Y las circunstancias que la rodean han cambiado, talvez y parad¨®jicamente, para mejor. Rousseff llega a Washington al mismo tiempo que Brasil atraviesa por una crisis econ¨®mica agravada por una tormenta de corrupci¨®n pol¨ªtica alimentada con dinero p¨²blico. El mundo financiero norteamericano, que tiene inversiones por valor de 60 mil millones de d¨®lares en Brasil, no quiere ni hablar de impeachment. Lo que desea es una recuperaci¨®n econ¨®mica r¨¢pida. Obama, seguramente, ofrecer¨¢ su respaldo a las medidas de ajuste fiscal de las deterioradas finanzas brasile?as que Rousseff est¨¢ llevando a cabo con un equipo econ¨®mico nuevo, encabezado por el Ministro de Hacienda, Joaquim Levy. Por un lado, EEUU corre el riesgo de que se le vea apoyando a una presidenta que atraviesa por un per¨ªodo de alt¨ªsima impopularidad. Pero por otro, Rousseff dispone de tres a?os m¨¢s y pude recuperar su liderazgo si la econom¨ªa se recupera.
Hay consenso de Washington sobre el programa de ajuste fiscal de que depende la recuperaci¨®n de la confianza sobre la econom¨ªa brasile?a. Esto qued¨® claro durante la visita a Brasil en mayo de Christine Lagarde, directora-general del Fondo Monetario Internacional (FMI). Tras elogiar la reducci¨®n de la pobreza y la desigualdad gracias a los programas sociales brasile?os, Lagarde respald¨® incondicionalmente el programa econ¨®mico de Rousseff: ¡°He examinado con agrado el ambicioso plan de ajuste fiscal del Gobierno. Este ayudar¨¢ a estabilizar la deuda p¨²blica y, posteriormente, a reducirla. Esto va de la mano de una pol¨ªtica monetaria disciplinada, encaminada a prevenir subidas de la inflaci¨®n¡±.
El mundo financiero norteamericano, que tiene inversiones por valor de 60 mil millones de d¨®lares en Brasil, no quiere ni hablar de impeachment.
El mismo respaldo se puede esperar de Obama, con lo que esto puede significar para una Rousseff, agobiada por las malas noticias y las rebeliones de los inconformes con sus pol¨ªticas de austeridad dentro de su coalici¨®n pol¨ªtica. EEUU apuesta por el ¨¦xito de la nueva pol¨ªtica econ¨®mica de Rousseff, y no s¨®lo en el aspecto financiero. Un asunto que saldr¨¢ en esta visita ser¨¢ el aumento en el intercambio bilateral de bienes y de servicios, que ya alcanz¨® los 107.000 millones de d¨®lares en 2012, con un saldo positivo para Estados Unidos de 29.000 millones de d¨®lares. Es decir, hay espacio para que Brasil aumente sus exportaciones si adopta pol¨ªticas m¨¢s competitivas.
Brasil contin¨²a siendo un mercado importante para los bienes y servicios tecnol¨®gicos que importa de los Estados Unidos, aunque podr¨ªa sustituir muchas de estas importaciones con producci¨®n dom¨¦stica si mejorase su eficacia y competitividad. El aumento de exportaciones de Brasil tambi¨¦n depende de esas reformas internas.
El nuevo equipo econ¨®mico de Dilma est¨¢ posicion¨¢ndose para poner fin al aislamiento de Brasil en cuanto a su comercio exterior. Adem¨¢s de Levy, los ministros Armando Monteiro, de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior y Katia Abreu, de Agricultura, maniobran activamente para abrir puertas en nuevos mercados. Esto fue lo que Rousseff logr¨® con un acuerdo con M¨¦xico durante su visita en mayo al Presidente Eduardo Pe?a Nieto. El acuerdo pretende una vinculaci¨®n mayor de las dos mayores econom¨ªas de Latinoam¨¦rica y significa que Brasil busca nuevos mercados regionales independientes del Mercosur, la uni¨®n aduanera del Cono sur a la que despu¨¦s se incorpor¨® Venezuela. Pero las econom¨ªas de Argentina y Venezuela est¨¢n paralizadas. De hecho, el intercambio de Brasil con Argentina, el coraz¨®n del Mercosur, se ha reducido un 30% en los ¨²ltimos cuatro a?os. Las inversiones prometidos por Venezuela en refiner¨ªas de petr¨®leo en Brasil no se han realizado. Las reglas del Mercosur no facilitan acuerdos con otras regiones, como la Uni¨®n Europea. De este modo, Brasil se encuentra maniatada en su deseo de ampliar su comercio con esta parte del mundo. Brasil tambi¨¦n busca agilizar canales comerciales para mercados en el Pacifico y se est¨¢ aproximando al grupo de 12 pa¨ªses del Transpacific Trading Partnership (TTP), que incluyen a M¨¦xico, Per¨² y Chile, adem¨¢s de Jap¨®n, Vietnam, Corea del Sur, Australia y Canad¨¢, con el apoyo de los Estados Unidos.
Pero en el panorama del comercio exterior, Brasil cuenta con una gran novedad. El enorme mercado de China continental es hoy d¨ªa el m¨¢s importante para las exportaciones de productos b¨¢sicos brasile?os como soja, hierro y carnes. Y China ha escogido Brasil como su socio estrat¨¦gico en Latinoam¨¦rica, con un plan de inversiones de m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares en infraestructuras y tecnolog¨ªa. Durante su viaje en mayo a Brasil, Colombia, Per¨² y Chile, el primer ministro chino, Li Keqiang, dej¨® claro que el gran proyecto de Pequ¨ªn es aumentar la influencia china en la regi¨®n construyendo ferrocarriles, puertos e infraestructuras de telecomunicaciones que integren la log¨ªstica continental, una vieja aspiraci¨®n sudamericana jam¨¢s llevada a cabo. Este movimiento de China en el ajedrez geopol¨ªtico global no es visto con indiferencia por Estados Unidos y abre nuevos horizontes econ¨®micos en una regi¨®n tradicionalmente pr¨®xima a las inversiones norteamericanas. China no va a desplazar a EE UU en la zona pero ser¨¢ un nuevo actor con gran peso financiero. Existir¨¢ la suficiente colaboraci¨®n entre los dos como para promover el desarrollo latinomericano? Sobre esto ¨Cy sobre lo que Brasil espec¨ªficamente- Rousseff y Obama podr¨¢n conversar el 30 de junio.
Obama tambi¨¦n ha abierto nuevas posibilidades de relaci¨®n con Brasil y toda Latinoam¨¦rica con la decisi¨®n de aproximaci¨®n de EE UU con Cuba. Al eliminar a Cuba de su lista de pa¨ªses que practican el terrorismo, EEUU est¨¢ preparando el terreno para nuevas inversiones privadas en la isla. Otros pa¨ªses, como Espa?a y Canad¨¢, ya est¨¢n aprovechando oportunidades de turismo y comercio con Cuba. Pero Brasil se ha adelantado con el financiamiento, a trav¨¦s de 400 millones de d¨®lares, de la construcci¨®n de un gran puerto en Mariel, en la costa norte de Cuba, frente a EE UU. Este puerto moderno puede abrir Cuba al mundo, pero requiere inversiones adicionales para ser operativo que hasta ahora no se est¨¢n llevando a cabo. Adem¨¢s, hay pocos productos cubanos para exportar. La industria azucarera, anteriormente el gran producto cubano, se encuentra en ruinas, con las explotaciones incapacitadas por falta de inversiones. La mitad de las tierras que antes produc¨ªan ca?a de az¨²car est¨¢ en desuso. Adem¨¢s de a la gran industria agr¨ªcola, Brasil ha llevado a cabo una bien desarrollada pol¨ªtica de apoyo a la agricultura familiar, con m¨¢s de 3 millones de peque?os propietarios rurales que reciben cr¨¦ditos subsidiados y asistencia t¨¦cnica para producir alimentos.
El gran reto econ¨®mico-social que Cuba enfrenta es el recuperar su agricultura para producir los alimentos que ahora importa. Y en esto Brasil puede ayudar mucho con sus adelantados conocimientos de agricultura tropical. Brasil produce ahora anualmente 34 millones de toneladas de az¨²car, con alt¨ªsima productividad, frente a una producci¨®n cubana de menos de 2 millones de toneladas. Cuba padece una cr¨®nica escasez de combustibles para motores y plantas el¨¦ctricas, pero podr¨ªa reducir su dependencia del petr¨®leo desarrollando la producci¨®n de etanol, el combustible verde extra¨ªdo de la ca?a de az¨²car.
Esta es una gran oportunidad para que Brasil y Estados Unidos colaboren en levantar la econom¨ªa cubana aportando el financiamiento y la tecnolog¨ªa que Cuba necesita. Ser¨ªa un ejemplo de que el rapprochment va m¨¢s all¨¢ de los apretones de mano y las fotos sonrientes de Obama con Ra¨²l Castro. Cuba necesita acceso al mercado vecino de Estados Unidos para salir del pozo, pero para eso precisa producir m¨¢s y exportar m¨¢s de forma competitiva. Es otro tema del que Rousseff podr¨ªa conversar con Obama si hay verdadera voluntad de colaboraci¨®n.
Juan de Onis, periodista estadounidense radicado en S?o Paulo, ha trabajado para The New York Times y The New Yorker
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