La derecha mexicana inicia la carrera hacia las presidenciales de 2018
Margarita Zavala, esposa del expresidente Calder¨®n, se postula como candidata a la presidencia del PAN
La batalla en la derecha mexicana ha dado comienzo. Espoleada por los p¨¦simos resultados obtenidos en las pasadas elecciones por el Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), Margarita Zavala, la esposa del expresidente Felipe Calder¨®n (2006-2012), sorprendi¨® este domingo a propios y extra?os al anunciar su intenci¨®n de disputar la presidencia de M¨¦xico. El paso marca el inicio de una contienda interna que se prev¨¦ larga y dolorosa para la segunda fuerza mexicana, pero tambi¨¦n muestra que el pa¨ªs ha entrado en un nuevo ciclo pol¨ªtico. En M¨¦xico ha empezado la carrera por la presidencia.
El desaf¨ªo de Zavala, de 47 a?os, es un reflejo de la crisis que devora al PAN. Ni es diputada ni tiene poder org¨¢nico dentro de la formaci¨®n. Sus aspiraciones han sido dinamitadas hasta la fecha por el presidente del partido, Gustavo Madero, un pol¨ªtico de talante moderado, que hace un a?o derrot¨® con el 57% de los votos al sector calderonista en las primarias. Una vez afianzado en el poder, Madero llev¨® a cabo una implacable purga en la que no le import¨® humillar p¨²blicamente a Zavala el dejarla fuera de las listas electorales.
Frente a quienes le atribu¨ªan un excesivo entreguismo al PRI, con el que forj¨® el Pacto por M¨¦xico, Madero prometi¨® mejorar los resultados electorales. El partido, desde la victoria presidencial de Vicente Fox en 2000, con el 42,5% de los votos, ha sufrido un largo declive. Con Calder¨®n descendi¨® al 35,8%, y en las pasadas presidenciales perdi¨® con el 25%. Madero consagr¨® sus energ¨ªas a romper esta tendencia a la baja. Pero las elecciones del 7 de junio echaron por tierra su esfuerzo. El PAN s¨®lo obtuvo un 21% del voto. No s¨®lo no hab¨ªa frenado la ca¨ªda, sino que el resultado era uno de los peores desde 1994.
El desplome abri¨® la caja de los truenos. Y Margarita Zavala aprovech¨® para atacar. Pero para sorpresa de sus correligionarios no busc¨® la presidencia del partido, sino de la naci¨®n. La apuesta m¨¢xima. El anuncio lo efectu¨® mediante un v¨ªdeo sobrio y de factura apresurada. En su discurso (2,01 minutos) clama por la reconciliaci¨®n y lanza un mensaje que va m¨¢s all¨¢ del deteriorado per¨ªmetro del partido. Consciente del fuerte auge que han experimentado las candidaturas independientes, con fen¨®meno tel¨²ricos como la victoria de El Bronco en Nuevo Le¨®n, Zavala propone un acercamiento a los desencantados: "Quiero construir un proyecto nacional que congregue a panistas, pero tambi¨¦n a quienes han votado por otras alternativas y a quienes han dejado de creer en los partidos". Este ensanchamiento de la base electoral no ser¨¢ f¨¢cil.
De modos tranquilos y bien considerada por sus adversarios, la presencia de Margarita Zavala en la arena pol¨ªtica es anterior a su matrimonio con Calder¨®n. En los ¨²ltimos meses ha cultivado con esmero esta personalidad propia. Ha evitado en sus intervenciones cualquier referencia al pasado y se ha tallado una figura almibarada con constantes apariciones en revistas. Pero pocos dudan de que por mucha que sea la distancia actual, su uni¨®n con el presidente que desat¨® la infernal guerra contra el crimen organizado le pasar¨¢ factura. M¨¦xico a¨²n vive el espanto de las 80.000 muertes y 23.000 desapariciones que dej¨® el mandato de Calder¨®n. Y esta carga la perseguir¨¢ en cualquier contienda.
Pero no es solo al pasado a quien tendr¨¢ que enfrentarse Zavala. Su enemigo ya ha dado el primer movimiento para cerrarle el paso. Madero, seg¨²n los expertos, abandonar¨¢ previsiblemente la presidencia del PAN y dejar¨¢ el puesto a su ep¨ªgono Ricardo Anaya, actual jefe del grupo parlamentario. La salida le permitir¨ªa reducir las cr¨ªticas y, como ya hizo el a?o pasado, teledirigir a trav¨¦s de su delf¨ªn las riendas del partido. Anaya, en esta l¨ªnea, ha pedido que se adelante la elecci¨®n a la presidencia del PAN. Si en esta jugada Madero logra mantener el aparato bajo su control, las posibilidades de Zavala se ver¨¢n seriamente reducidas.
Pero sea cual sea el resultado final de la batalla, la postulaci¨®n de Zavala muestra que el universo pol¨ªtico mexicano ha entrado en un nuevo ciclo. Pasadas las elecciones intermedias, todos los grandes partidos tienen la vista puesta en 2018, fecha de los comicios presidenciales. En el flanco izquierdo ya hay un aspirante declarado: el carism¨¢tico e incombustible Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Dos veces candidato presidencial con el PRD, ahora dispone para la contienda de su propia formaci¨®n, Morena. Pero su base es exigua. Su estreno electoral, aunque potente en zonas clave como el DF, no le ha permitido pasar del 8% del voto y ha supuesto la fractura de la izquierda.
En el PRI, el gigante a derribar por Zavala y L¨®pez Obrador, el proceso de elecci¨®n a¨²n est¨¢ en los albores. Los diferentes barones, temerosos de caer fulminados, apenas han empezado a moverse. El interrogante, dados los poli¨¦dricos equilibrios de poder mexicanos, necesitar¨¢ tiempo para su resoluci¨®n, y ser¨¢ con seguridad Pe?a Nieto el que, antes de abandonar la presidencia, tome la decisi¨®n. La batalla no ha hecho m¨¢s que empezar.
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