Francisco desconcierta a la derecha cat¨®lica de Estados Unidos
La enc¨ªclica se suma a intervenciones pasadas sobre los homosexuales y la desigualdad
Francisco desconcierta en Estados Unidos. Algunos conservadores describen sus ideas como propias de un coet¨¢neo del peronismo y la teolog¨ªa de la liberaci¨®n. Otros restan valor a sus intervenciones porque no es un pol¨ªtico, sostiene: al Papa lo que es del Papa y el Rey lo que es del Rey. Y otros instan a entenderle, m¨¢s all¨¢ del ruido medi¨¢tico que, dicen, lo retrata como el izquierdista que no es. La enc¨ªclica sobre la ecolog¨ªa ampl¨ªa la brecha entre Jorge Mario Bergoglio y un sector de la derecha cat¨®lica.
Primero fueron sus cr¨ªticas al capitalismo sin freno y a las desigualdades crecientes. Despu¨¦s, sus palabras de comprensi¨®n hacia los homosexuales: ¡°?Qui¨¦n soy yo para juzgarlos?" Y ahora, la primera enc¨ªclica, en la que el Papa se?ala a las grandes empresas y a los Gobiernos por el cambio clim¨¢tico, un documento que indirectamente descalifica las ambig¨¹edades de buena parte de los l¨ªderes de la derecha estadounidense ¡ªtambi¨¦n los cat¨®licos¡ª sobre el calentamiento del planeta.
Debate superado en Europa
El debate sobre la responsabilidad del ser humano en el cambio clim¨¢tico parece ya superado en Europa, donde hay ¡ªadem¨¢s de una Comisar¨ªa de Energ¨ªa y Cambio Clim¨¢tico¡ª un amplio consenso pol¨ªtico sobre la responsabilidad del hombre en este fen¨®meno. Otro asunto es la forma de solucionar el problema, que hace que muchas organizaciones critiquen los pocos esfuerzos de la Uni¨®n Europea.
"En este a?o decisivo en la lucha contra el cambio clim¨¢tico, este gesto sin precedentes contribuir¨¢ a reforzar la movilizaci¨®n de la comunidad cristiana y m¨¢s ampliamente del conjunto de ciudadanos que son sensibles a los mensajes del Papa", ha valorado el ministro franc¨¦s de Exteriores, Laurent Fabius.
Aunque Francisco ataca la inacci¨®n de los Gobiernos, y en especial de los pa¨ªses desarrollados, su declaraci¨®n est¨¢ en la l¨ªnea del ¨²ltimo pronunciamiento del G-7, donde se asum¨ªa que para frenar el calentamiento hace falta disminuir las emisiones. Esa declaraci¨®n de Elmau fue impulsada por la representante m¨¢s importante de los conservadores europeos: la canciller Angela Merkel. El escrito fue ratificado tambi¨¦n por el presidente de EE UU, el dem¨®crata Barack Obama.
Entre las pocas voces pol¨ªticas que se alzaron este jueves en Europa contra la enc¨ªclica figura la del diputado del partido nacionalista-conservador Ley y Justicia de Polonia Andrzej Jaworski. Afirm¨® que su pa¨ªs debe seguir basando su sistema energ¨¦tico en el carb¨®n a pesar del mensaje del Papa, m¨¢s dirigido, a su juicio, a pa¨ªses m¨¢s contaminantes, informa Efe.
Los encontronzos entre los cat¨®licos conservadores de EE UU y su jefe espiritual se han sucedido desde que el c¨®nclave vaticano eligi¨® al argentino Bergoglio en 2013. El ¨²ltimo episodio tiene un significado especial por dos motivos.
Primero, por el enorme calado espiritual y teol¨®gico del documento. Y segundo ¡ªy en un ¨¢mbito m¨¢s terrenal¡ª porque la enc¨ªcla publicada ayer coincide con los primeros compases de una campa?a electoral con un nutrido grupo de candidatos republicanos que niega o pone en duda el consenso cient¨ªfico sobre las causas humanas del cambio clim¨¢tico.
Hay cinco cat¨®licos entre los aspirantes a la nominaci¨®n republicana para las elecciones presidenciales de 2016. Dos de ellos figuran entre los favoritos: Jeb Bush, convertido al catolicismo de adulto, y Marco Rubio, cat¨®lico practicante, morm¨®n en su infancia, y de nuevo cat¨®lico pero asiduo durante a?os de una megaiglesia protestante. Rubio no se ha proununciado sobre la enc¨ªclica. Bush, hermano e hijo de presidente y rostro del ala pragm¨¢tica del Partido Republicano, s¨ª.
El mi¨¦rcoles, en Iowa, Bush matiz¨® las cr¨ªticas del d¨ªa anterior al texto del Papa y pidi¨® buscar soluciones para el cambio clim¨¢tico sin da?ar la econom¨ªa. ¡°Espero que mi cura no me reprenda por decir esto, pero mis obispos o mis cardenales o mi papa no me dictan la pol¨ªtica econ¨®mica¡±, hab¨ªa dicho el martes en New Hampshire, donde hac¨ªa campa?a.
En un pa¨ªs fundado en la separaci¨®n de la iglesia y el estado, las palabras de Bush no suenan tan extra?as. Recuerdan a las que pronunci¨® John F. Kennedy, el ¨²nico presidente cat¨®lico de EE UU, en un discurso durante la campa?a electoral de 1960: ¡°Creo en una Am¨¦rica (¡) en la que ning¨²n cargo oficial requiere o acepta instrucciones del Papa sobre la pol¨ªtica p¨²blica¡±.
Un argumento que se escucha en ¨¢mbito cat¨®licos conservadores es que, en materia econ¨®mica, la competencia del Vaticano es cuestionable. El pont¨ªfice no es economista. ?Por qu¨¦ los pol¨ªticos cat¨®licos deber¨ªan escuchar sus consejos?
El argumento se aplica al cambio clim¨¢tico: ¡°Creo que nos ir¨ªa mejor si dej¨¢ramos que los cient¨ªficos se ocuparan de la ciencia¡±, dijo el aspirante presidencial Rick Santorum, tambi¨¦n cat¨®lico. Otro argumento, un punto condescendiente: hay que relativizar los argumentos del Bergoglio y entenderlos en el contexto de Argentina y de la Am¨¦rica Latina populista e ideologizada en la que creci¨®.
En Estados Unidos viven 51 millones de cat¨®licos adultos: es el grupo cristiano con m¨¢s fieles. En las elecciones presidenciales de 2008 y 2012, los cat¨®licos estadounidenses votaron mayoritariamente al dem¨®crata Barack Obama. Pero no puede hablarse de un bloque homog¨¦neo. El voto de los cat¨®licos de origen europeo se inclina por los republicanos; el de los cat¨®licos hispanos, por los dem¨®cratas.
La relaci¨®n entre la derecha cat¨®lica y el Vaticano ha oscilado entre la tensi¨®n y la proximidad. Algunas de las cr¨ªticas que ahora recibe el Papa Francisco las recibi¨® Juan XXIII cuando en 1961 escribi¨® la enc¨ªclica Mater et Magistra, donde ya alertaba de las desigualdades sociales. El intelectual cat¨®lico William Buckley, director de la revista National Review e ide¨®logo de la derecha, replic¨®: "Mater s¨ª, magistra no". Madre s¨ª, maestra no.
Juan Pablo II, considerado en c¨ªrculos conservadores como el art¨ªfice, junto al presidente Ronald Reagan, de la derrota de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, cautiv¨® a los republicanos. Benedicto XVI, con su mensaje contra el relativismo, sedujo a intelectuales como George Weigel o Michael Novak, a los que algunos bautizaron como teocons. Francisco, con su mensaje benevolente y tolerante, choc¨® a la derecha y sedujo al presidente Obama, que lo ha citado en discursos sobre la desigualdad.
El pasado marzo, la National Review pregunt¨® a Weigel "qu¨¦ le dir¨ªa a los amigos conservadores que est¨¢n nerviosos, o decepcionados, o displicentes, o l¨ªvidos, o afligidos por el Papa". Weigel respondi¨® sugiriendo a los conservadores que desconf¨ªen de lo que los medios de comunciaci¨®n dicen que dice el Papa. "Empezar¨ªa por lo siguiente", respondi¨®. "'No os cre¨¦is lo que le¨¦is en la prensa respecto a otros temas. ?Por qu¨¦ os lo cr¨¦eis sobre el Papa?"
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