?Scioli-Zannini o Zannini-Scioli?
Es improbable que el kirchnerismo se ponga la piel de cordero
La presidenta Fern¨¢ndez de Kirchner ha hecho lo que la mayor¨ªa de los analistas predec¨ªan. Ha optado por la "pureza K", eligiendo a su cuadro m¨¢s fiel e ideol¨®gicamente m¨¢s intransigente para acompa?ar, y controlar, a su candidato a presidente. Tenaz constructor de poder, Carlos Zannini ha ido poniendo un ladrillo tras otro en la pretensi¨®n de construir un camino hacia la perpetuaci¨®n. Ello con objetivos tan vagos como la "liberaci¨®n" y su complemento necesario, el enfrentamiento con las corporaciones empresariales y medi¨¢ticas, y con todo aquel que sea percibido como un freno al objetivo del gobierno eterno.
El discurso y la acci¨®n no se han detenido ni ante la mayor potencia del mundo, Estados Unidos, ni ante construcciones hist¨®ricas del liberalismo pol¨ªtico, como la ley, las instituciones de gobierno, la Constituci¨®n y a¨²n el mismo concepto de democracia. Zannini ha imaginado, dise?ado y conducido mil batallas ¡ªmuchas de ellas perdidas¡ª mientras desarrollaba una estructura territorial sobre la base de dedicados j¨®venes militantes, por cierto que convenientemente remunerados por el poder.
Si hay alguien que va a ser cancerbero de cualquier intento desviacionista de una eventual presidencia de Daniel Scioli, ese es Carlos Zannini. En ese sentido, y desde sus valores, CFK ha elegido bien. Es una decisi¨®n a la que le seguir¨¢n otras iguales, desbordando las listas con militantes calificados por similar pureza pol¨ªtica.
La pregunta entonces es: ?frente a la cantidad de conflictos evidentes y ocultos que tiene la sociedad argentina, es la intolerancia un activo? Zannini entiende a la pol¨ªtica como un juego de suma cero, donde lo que uno gana, necesariamente lo pierde otro; por lo tanto no hay zonas intermedias ni di¨¢logos. Solo triunfo o derrota.
Zannini entiende a la pol¨ªtica como un juego de suma cero, donde lo que uno gana, necesariamente lo pierde otro: no hay di¨¢logo, solo triunfo o derrota
Diariamente vemos los problemas que la intransigencia del Gobierno no solo no resuelve, sino que empeora. Las cinco huelgas generales, que se aceleran; la inflaci¨®n, expresi¨®n de un conflicto distributivo no resuelto; el desorden macroecon¨®mico, que necesita de mayor desorden a¨²n para intentar pasar el tiempo hasta Diciembre. Y , a un nivel mas profundo, el conflicto entre presente y futuro; o sea, entre consumo exuberante e inversi¨®n en ca¨ªda; entre subsidios a la energ¨ªa y oferta cada vez mas escasa; entre tipo de cambio atrasado y divisas insuficientes.
Todos estos conflictos se expresan en las calles, pero tambi¨¦n en el comportamiento de los agentes econ¨®micos cuyo patrimonio, a mediano plazo, depende de que alguien pueda reordenar las variables, generar confianza y retomar un camino en el que presente y futuro se complementen de manera virtuosa. A ellos ¡ªgrandes, peque?os y medianos¡ª la opci¨®n por Zannini (y los que vendr¨¢n) los aleja del proyecto K. Tambi¨¦n los aleja la percepci¨®n que no se resolver¨¢n la corrupci¨®n, la inseguridad, el narcotr¨¢fico, las carencias de servicios p¨²blicos y todos los problemas para los que se prefiri¨® el conflicto a la eficiencia.
Frente a la decisi¨®n de Fern¨¢ndez de Kirchner, la opci¨®n de Mauricio Macri, quien plante¨® la necesidad de un cambio profundo, parece tener a¨²n m¨¢s sentido. Un Scioli de medias tintas hubiese dejado dudas acerca del camino definitivo que podr¨ªa tomar su eventual gobierno. Ahora no quedan dudas. Ello fortalece la propuesta de construcci¨®n de una alternativa real al oficialismo, en las m¨²ltiples dimensiones que implica un buen gobierno.
Con Zannini en el centro de la escena, es improbable ahora que el kirchnerismo se ponga la piel de cordero. Solo queda esperar una estrategia de confrontaci¨®n que, parad¨®jicamente, ser¨¢ una gran oportunidad para que Macri muestre que entre los elementos mas importantes del cambio tambi¨¦n figura construir una sociedad donde no sea cierto que todo se logra en base a destruir al adversario.
Con Zannini en el centro de la escena, adem¨¢s, Argentina tiene claro cu¨¢l es el orden pol¨ªtico ¡ªes decir, de poder¡ª de la f¨®rmula presidencial. Ello independientemente de c¨®mo est¨¦n impresas las boletas electorales.
Eduardo Amadeo, exembajador argentino en EEUU y ex diputado, es miembro del Club Pol¨ªtico Argentino. Twitter @eduardoamadeo
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