Mexico post-electoral: restauraci¨®n, continuidad e innovaci¨®n
La victoria del PRI en las urnas es enga?osa
Asentada ya la polvareda de la contienda, es hora de analizar con calma y en perspectiva lo ocurrido en las elecciones del pasado 7 de junio. Los resultados dan un triunfo relativo para el PRI, que le permitir¨¢ profundizar la restauraci¨®n autoritaria. Han emergido tambi¨¦n alternativas independientes que se?alan potenciales caminos de democratizaci¨®n futura. El PRI gana a pesar de la agudizaci¨®n de la violencia pol¨ªtica, que llev¨® a poner en duda la realizaci¨®n misma de las elecciones en algunos estados. El gobierno logr¨® controlar a los sectores radicalizados del movimiento social, lo que le permitir¨¢ en los pr¨®ximos meses recuperar la iniciativa pol¨ªtica. ?C¨®mo logr¨® el PRI este triunfo en medio del desastre nacional?
En realidad, esta victoria es enga?ososa. El PRI, con el 29% de los votos, pierde 10 puntos respecto a la elecci¨®n de 2012. Su aliado, el Partido Verde, fue un fiasco: s¨®lo obtuvo el 6.9% de la votaci¨®n a pesar de trampas m¨²ltiples, el apoyo masivo de las televisoras y los misteriosos 600,000 votos obtenidos en Chiapas (25% de su total). Necesitan el 3.2% del partido corporativo del sindicato de maestros, el PANAL, para alcanzar la mayor¨ªa. Aunque esta coalici¨®n tiene menos del 40% del voto efectivo, contar¨¢ con 52% de los asientos.
La claves est¨¢ en que el PRI mantiene el control pol¨ªtico en las regiones m¨¢s pobres del pa¨ªs, en los estados que sufren la violencia m¨¢s extrema (Coahuila, Chihuahua, Sinaloa, Durango y Tamaulipas), en los que escenifican la movilizaci¨®n popular (Michoac¨¢n, Oaxaca y Guerrero), y en los m¨¢s poblados (Estado de M¨¦xico, Veracruz y Jalisco). El PRI perfeccion¨® las pr¨¢cticas clientelares y la compra del voto a trav¨¦s de una enorme red de operadores electorales territoriales, cuyo gigantesco costo result¨® invisible para los medios de comunicaci¨®n y qued¨® fuera de la supervisi¨®n del Instituto Nacional Electoral. Estas y otras violaciones a la ley le otorgaron al PRI una gran ventaja sobre la oposici¨®n.
El PAN fue el gran derrotado. Obtuvo 21% de los votos, 8 puntos menos que las pasadas elecciones. Las divisiones internas y su imagen de partido corrupto le han cobrado un alto precio. Mantuvo la mayor¨ªa s¨®lo en los estados relativamente pr¨®speros del centro y el norte del pa¨ªs: Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Quer¨¦taro, Nuevo Le¨®n, San Luis Potos¨ª, Baja California.
La izquierda se fragment¨®, pero en conjunto mantuvo su votaci¨®n. En su primera elecci¨®n, Morena, el partido personal de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, consigue 8.4% de los votos, con centro en la ciudad de M¨¦xico, donde radica el 25% de su caudal. En contraste, el PRD sufre una debacle en el DF y baja su voto nacional al 10.9%. Pero en realidad se trata de una mera redistribuci¨®n de votos entre el mismo grupo pol¨ªtico. Sumados, Morena y PRD tienen 19.3% del voto nacional, porcentaje mayor al promedio del PRD en elecciones intermedias. No hay renovaci¨®n generacional en esta izquierda vieja, que depende completamente de su aparato electoral.
Con el 6%, Movimiento Ciudadano, un partido que subsisti¨® precariamente 15 a?os mediante el pr¨¦stamo de su registro a L¨®pez Obrador, consigui¨® ahora ser el veh¨ªculo electoral de Enrique Alfaro, candidato casi independiente a la alcald¨ªa de Guadalajara, segunda ciudad del pa¨ªs. Alfaro y su grupo consiguieron barrer en casi todo Jalisco, convirti¨¦ndose en la principal fuerza pol¨ªtica estatal en las elecciones locales y federales, en un verdadero vuelco hist¨®rico que responde al desprestigio del gobierno estatal del PRI.
La otra sorpresa de esta elecci¨®n ha sido el arrollador triunfo del candidato independiente Jaime Rodr¨ªguez, el ¡°Bronco¡±, en la elecci¨®n de gobernador de Nuevo Le¨®n, el primero de su tipo en la historia. El hast¨ªo de la ciudadan¨ªa con el corrupto gobierno del PRI y con los partidos pol¨ªticos locales explica el hecho y se?ala una v¨ªa posible para la emergencia de una ¨¦lite pol¨ªtica renovada. Hubo otros tres casos de triunfos locales de candidatos independientes, pero el Bronco, a diferencia de Alfaro, estar¨¢ acotado por los partidos que dominan el congreso local y por los intereses econ¨®micos que financiaron su campa?a.
La experiencia de esta elecci¨®n, en la que vot¨® el 47% del padr¨®n, cifra superior al promedio, demuestra que muchos ciudadanos siguen considerando a las elecciones como un m¨¦todo para protestar y, cuando las circunstancias lo permiten, impulsar alternativas al establishment. No hay voluntad colectiva de recurrir a la violencia o a la movilizaci¨®n permanente. Los movimientos sociales radicales han sufrido una derrota pol¨ªtica estrat¨¦gica al no poder impedir la elecci¨®n en Guerrero.
El PRI tendr¨¢ frente a s¨ª en los pr¨®ximos tres a?os a una oposici¨®n dividida, movimientos sociales desgastados y una sociedad civil dispersa. La restauraci¨®n autoritaria v¨ªa consolidaci¨®n del presidencialismo se prefigura claramente. Y, si bien la sociedad ha mostrado signos de resistencia y se ha anotado triunfos en algunas ciudades del pa¨ªs, queda mucho por hacer para detener al monstruo.
Alberto J. Olvera es Profesor-Investigador del Instituto de Investigaciones Hist¨®rico-Sociales de la Universidad Veracruzana.
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