Par¨ªs hace pol¨¦micas concesiones a Rabat para cerrar la crisis bilateral
Francia enviar¨¢ a Marruecos las causas que le afecten y condecorar¨¢ a su jefe de espionaje
La grave crisis entre Francia y Marruecos, que supuso la congelaci¨®n durante un a?o de toda colaboraci¨®n judicial y policial, se ha cerrado con un alto precio pagado por Par¨ªs. La ¨²ltima cesi¨®n se ha producido este martes en la Asamblea Nacional, que ha aprobado un pol¨¦mico cambio legal seg¨²n el cual Marruecos ser¨¢ advertido de inmediato de toda causa judicial abierta contra uno de sus ciudadanos. El proceso judicial ser¨¢ remitido ¡°prioritariamente¡± a los tribunales marroqu¨ªes.
Asociaciones de derechos humanos, Amnist¨ªa Internacional, el sindicato de la magistratura y diputados de la izquierda radical han rechazado ese cambio legislativo. Rabat, argumentan, podr¨ªa alertar a perseguidos a los que desee proteger o, en ¨²ltimo caso, enterrar causas judiciales por motivaciones pol¨ªticas. Destacan, adem¨¢s, que en Marruecos se castiga la homosexualidad como delito o que no ha firmado la Convenci¨®n Europea de Derechos del Hombre ni la de la ONU contra la tortura. Y que el principio de justicia universal aplicado en Francia queda en entredicho.
Es precisamente un caso de presuntas torturas el que origin¨® el problema. Dos franco-marroqu¨ªes denunciaron en Par¨ªs presuntas torturas sufridas en Marruecos. La juez del caso acept¨® que se citara como testigo a Abdelatif Hammuchi, el poderoso jefe de los servicios secretos marroqu¨ªes. El 20 de febrero de 2014 se encontraba supuestamente en la residencia del embajador de Rabat en Par¨ªs, y all¨ª acudieron con la citaci¨®n seis polic¨ªas, a quienes les dijeron que Hammuchi no estaba en la casa.
El rey Mohamed VI orden¨® la inmediata congelaci¨®n de toda colaboraci¨®n judicial y de informaci¨®n antiterrorista. Desde entonces, se acumularon en los cajones 83 comisiones rogatorias francesas, 60 peticiones de arresto y hasta 230 causas judiciales. En Francia viven 1,5 millones de marroqu¨ªes y, en Marruecos, 48.800 franceses.
Los detractores del cambio legal consideran que Francia ha hecho dejaci¨®n de sus principios en defensa de los derechos humanos
De nada sirvieron las excusas del ministro de Exteriores, Laurent Fabius. O la mediaci¨®n de la diputada socialista Elisabeth Guigou, nacida en Marrakech y ahora ponente de la modificaci¨®n legal aprobada. Guigou reconoce que en ese cambio legislativo hay ¡°ambig¨¹edades e imprecisiones¡±, pero concluye que no pone en entredicho el derecho franc¨¦s ¡°ni los compromisos internacionales¡±.
Para la diputada ecologista C¨¦cile Duflot, el nuevo acuerdo es ¡°una marcha atr¨¢s en los principios de los derechos humanos por un c¨¢lculo pol¨ªtico¡±. Para Rabat, como se?ala su embajada en Par¨ªs, se trata de que la colaboraci¨®n sea ¡°de igual a igual, con respero mutuo¡±.
La diputada ponente ha destacado que la colaboraci¨®n marroqu¨ª en la lucha antiterrorista es clave para Francia, como lo son las relaciones comerciales. El incidente con Hammuchi fue calificado por Rabat como ¡°un atentado grave a las normas elementales de cooperaci¨®n entre los dos pa¨ªses¡± y una falta de respeto a la justicia marroqu¨ª. Portavoces del centroderecha, que uni¨® sus votos a los de los socialistas, le dieron la raz¨®n en el debate parlamentario de este martes.
El Gobierno franc¨¦s, adem¨¢s, ha anunciado que condecorar¨¢ con la legi¨®n de honor a Hammuchi. Y que ser¨¢ el propio ministro del Interior franc¨¦s, Bernard Cazenueve, quien le impondr¨¢ la distinci¨®n.
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