?Demasiado inteligentes?
La tecnolog¨ªa propone reconstruir la ciudad del futuro en torno a su visi¨®n de eficiencia. Su poder creciente levanta algunas suspicacias
La tecnolog¨ªa ha moldeado hist¨®ricamente la vida de las ciudades. El tel¨¦grafo, las redes el¨¦ctricas, los trenes¡ Lo que m¨¢s ha influido hasta el momento en su transformaci¨®n es el coche, convertido en los a?os treinta en un s¨ªmbolo de libertad personal en torno al cual se organiz¨® la sociedad. Ahora, las nuevas tecnolog¨ªas de la informaci¨®n est¨¢n produciendo otro gran cambio: las llamadas ciudades inteligentes prometen optimizar la climatizaci¨®n de los edificios, incrementar la relaci¨®n con los ciudadanos, mejorar la gesti¨®n del tr¨¢fico y, en general, m¨¢s eficiencia. ?C¨®mo es la vida en estas ciudades? ?Qu¨¦ papel juegan sus habitantes?
La aplicaci¨®n de la tecnolog¨ªa en las urbes se ha convertido en uno de los temas de moda y los pensadores urbanos lanzan mensajes de cautela. ¡°Estamos dando rienda suelta a poderes capaces de medir el mundo a un alt¨ªsimo nivel de detalle. Y cada vez est¨¢ m¨¢s claro que nadie sabe realmente c¨®mo vamos a gestionar esos poderes¡±, advierte Anthony Townsend, profesor de Urbanismo de la Universidad de Nueva York y autor de Smart Cities: Big Data, Civic Hackers, and the Quest for a New Utopia. ¡°El boom de las ciudades inteligentes se debe a que el mundo est¨¢ urbaniz¨¢ndose m¨¢s r¨¢pido que nunca y, al mismo tiempo, Internet est¨¢ ya en todas partes. Las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n nos ayudan a buscar soluciones cada vez m¨¢s creativas. ?C¨®mo gestionar la basura, el tr¨¢fico? ?C¨®mo controlar las calles?¡±, a?ade en una entrevista telef¨®nica Townsend, que considera que no se ha dedicado el tiempo suficiente para analizar el impacto de estas supuestas ventajas.
En el nuevo inframundo tecnol¨®gico urbano, los avances son a veces invisibles. Los habitantes no siempre son conscientes de d¨®nde est¨¢n las c¨¢maras, qu¨¦ est¨¢n grabando o si est¨¢n equipadas con algoritmos capaces de identificar caras. En el centro de control del Ayuntamiento de R¨ªo de Janeiro, un gigantesco muro de pantallas controla en tiempo real transmisiones de v¨ªdeo que llegan desde estaciones de metro e intersecciones importantes. Informaci¨®n sobre el tiempo, accidentes, incidencias, actos delictivos¡ Townsend advierte de que el potencial tecnol¨®gico constituye una arma de doble filo y que hay que asegurarse de que se trata de sistemas transparentes.
El mercado de las ciudades inteligentes es adem¨¢s multimillonario, lo que lleva a algunos a pensar que se trata, principalmente, de un negocio. El dise?ador urbano Adam Greenfield considera, en su libro Against the Smart City, que ¡°la noci¨®n de ciudad inteligente parece haberse originado dentro de las empresas m¨¢s que en un partido pol¨ªtico, grupo o individuo reconocido por sus contribuciones a la teor¨ªa o la pr¨¢ctica de la planificaci¨®n urbana¡±.
¡°Damos rienda suelta a poderes capaces de medir el mundo a un alto nivel de detalle¡±, afirma Townsend
El potencial de la tecnolog¨ªa para las metr¨®polis es enorme. Sensores que encienden y apagan las luces de un edificio al paso de las personas de forma autom¨¢tica; controlan cada cu¨¢nto se llena un contenedor de basura, para que el cami¨®n pase a recogerla solo cuando sea necesario, y que localizan plazas de aparcamiento libres. Dos de los ejemplos m¨¢s extremos son Masdar, en Abu Dabi ¡ªcreada de la nada sobre la base de la tecnolog¨ªa: est¨¢ abastecida por energ¨ªa solar y su objetivo es ser totalmente autosuficiente ¡ª y Songdo, en Corea del Sur, una nueva urbe que usa software y sensores para optimizar sus funciones.
Un caso destacado espa?ol es Vitoria, que obtuvo el reconocimiento de capital verde europea en 2012 gracias, entre otros, a un sistema de riego que tiene en cuenta si ha llovido y detecta r¨¢pidamente las aver¨ªas para evitar p¨¦rdidas de agua; o una aplicaci¨®n que recoge comentarios y sugerencias geolocalizadas de sus habitantes y posibilita, seg¨²n sus promotores, una mayor respuesta del Ayuntamiento. En Madrid, entre otras cosas, se ha desplegado un sistema que permite a los ciudadanos comunicar de forma inmediata problemas en las v¨ªas, como ¨¢rboles ca¨ªdos, pavimento deteriorado y un columpio roto en un parque. ¡°Se trata de facilitar la vida al ciudadano advirti¨¦ndole, por ejemplo, de que hay atascos en una calle para que busque una alternativa¡±, explica Olga Blanco, responsable de consultor¨ªa para ciudades inteligentes de IBM en Espa?a. Otras empresas punteras son Cisco, Microsoft y Siemens.
La posibilidad de conseguir una gesti¨®n eficiente y r¨¢pida es, evidentemente, un avance. Pero el urbanista brit¨¢nico Dan Hill considera que lo que el mundo necesita es una nueva visi¨®n sobre c¨®mo las instituciones de la ciudad tradicional deben adaptarse a un sociedad cada vez m¨¢s contectada. Para ¨¦l sigue siendo tan vigente como hace 50 a?os el aforismo de del arquitecto Cedric Price: ¡°La tecnolog¨ªa es la respuesta, pero ?cu¨¢l era la pregunta?".
¡°Las ciudades no solo tienen que ser inteligentes, sino ecol¨®gicas y democr¨¢ticas¡±, opina el arquitecto-urbanista Jon Aguirre Such, socio de la oficina de innovaci¨®n urbana Paisaje Transversal. ¡°Hay que conjugar los intereses de las empresas, las Administraciones locales y la ciudadan¨ªa para conseguir una perspectiva integral¡±, advierte. Su estudio ha dise?ado el Laboratorio Urbano Abierto de Zaragoza, desde el que se han generado soluciones en materia de eficiencia energ¨¦tica, movilidad sostenible y comercio local. Iniciativas similares se est¨¢n poniendo en marcha en las principales ciudades del mundo.
En el futuro, los tecn¨®filos m¨¢s visionarios sue?an con urbes sin conductores (coches el¨¦ctricos que van solos) y autobuses que circulan por encima del tr¨¢fico, para que sea m¨¢s fluido. ?Ciencia ficci¨®n?
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