Los siberianos claman contra el alquiler de tierras a China

El bandazo pol¨ªtico y econ¨®mico de Vlad¨ªmir Putin hacia China tras el enfriamiento de la relaci¨®n con Occidente provoca reticencias entre los rusos, que tratan de hacer compatibles sus arraigadas prevenciones hacia sus vecinos orientales y la acuciante necesidad de inversores y mano de obra para explotar las semidesiertas regiones del este del pa¨ªs. Esas contradicciones se reflejan en la viva discusi¨®n provocada por un proyecto de la regi¨®n siberiana Transbaikal, un territorio de casi 432.000 kil¨®metros cuadrados (el 85% de la extensi¨®n de Espa?a).

Las autoridades firmaron en Transbaikal, a principios de junio, un protocolo de intenciones para arrendar a una empresa china 1.150 kil¨®metros cuadrados de terreno agr¨ªcola durante 49 a?os. Transbaikal necesita recursos para afrontar los problemas econ¨®micos que lastran el nivel de vida de sus habitantes, cuyo n¨²mero ha ido menguando de forma constante desde principios de los noventa. Hoy viven en la regi¨®n algo m¨¢s de un mill¨®n de personas.

¡°Hemos invitado e invitamos a todos [los inversores], pero solo vinieron los chinos¡±, dijo el gobernador de Transbaikal, Konstantin Ilkovski, a Izvestia. El funcionario, que se declara responsable de la iniciativa, ha ido matizando posiciones a medida que surg¨ªan voces cr¨ªticas por doquier, entre ellas las de los populistas del partido de Vlad¨ªmir Zhirinovski y los comunistas. Las declaraciones m¨¢s recientes de los representantes oficiales indican que el contrato con los chinos, si se formaliza a principios de 2016 tal como se planeaba, acabar¨¢ siendo una f¨®rmula ruso-china, con capital mixto.

El gobernador argumenta que el cultivo de las tierras ayudar¨¢ a luchar contra los incendios forestales que castigan la regi¨®n durante los ¨²ltimos a?os. Estos incendios, que han destruido centenares de viviendas y causado enormes p¨¦rdidas materiales, tienen su origen en las grandes superficies bald¨ªas que se han asilvestrado desde que dejaron de cultivarse al desintegrarse la URSS en 1991. ¡°Estoy dispuesto a tutelar personalmente cualquier nuevo proyecto de inversi¨®n en el territorio del Transbaikal¡±, afirma el gobernador en su p¨¢gina web. Ilkovski confes¨® que la regi¨®n no tiene recursos propios ni federales para ocuparse de los territorios yermos. En ¨¦poca sovi¨¦tica, en el Transbaikal se cultivaban 1,2 millones de hect¨¢reas y ahora, solo 250.000 hect¨¢reas, lo que es menos que en 1905, antes de la revoluci¨®n bolchevique, se?alaba el gobernador.

Todo esto sucede cuando Rusia se propone impulsar la agricultura y la ganader¨ªa como parte de su seguridad nacional y para sustituir a las importaciones occidentales. El acuerdo entre Transbaikal y la empresa china Juaen Sinban Siui contempla una inversi¨®n de 24.000 millones de rublos (393 millones de euros) para sembrar cereales y forrajes, ganader¨ªa porcina e instalaciones agr¨ªcolas. Los chinos pagar¨ªan 250 rublos por hect¨¢rea por el territorio, que pertenece a varios distritos de la regi¨®n.

El jefe de la Administraci¨®n presidencial en el Kremlin, Sergu¨¦i Ivanov, ha recordado que las inversiones extranjeras est¨¢n prohibidas en las zonas fronterizas, una franja de 200 kil¨®metros, seg¨²n informa Tass.

"Se trata de un caso con muchos interrogantes, ya que la tierra a la que aspiran los chinos es de muy poca rentabilidad, se encuentra en una zona clim¨¢tica arriesgada y con mala infraestructura. Algunos llegan a pensar que se trata de un intento de apoderarse de territorio ruso a trav¨¦s del arriendo¡±, afirma la experta en problemas regionales, Natalia Zubar¨¦vich, seg¨²n la cual en zonas del Lejano Oriente como Vladivostok o el Amur, los chinos rentan parcelas reducidas y su presencia en la agricultura no despierta las pasiones que ha levantado el caso del Transbaikal.