El riesgo de ser corresponsal en Egipto
El r¨¦gimen egipcio aumenta el acoso a los periodistas que trabajan en el pa¨ªs
Trabajar de corresponsal en Egipto no es tarea f¨¢cil hoy en d¨ªa. Hace un par de semanas tuve que partir de forma urgente de Egipto, el pa¨ªs que he considerado mi hogar durante casi cuatro a?os. Las autoridades espa?olas me advirtieron de que me encontraba ante un riesgo inminente de ser arrestado y procesado. De momento, he seguido sus consejos de no volver a El Cairo. Este incidente resulta muy sorprendente, pues al presidente Abdelfatt¨¢ al Sisi hab¨ªa declarado p¨²blicamente en repetidas ocasiones que fue un error abrir un proceso judicial contra reporteros extranjeros y que, en su lugar, deber¨ªan haber sido deportados
Por m¨¢s que le doy vueltas, a¨²n no entiendo por qu¨¦ fui se?alado dentro de la comunidad de corresponsales. Ciertamente he tenido contactos con la oposici¨®n al r¨¦gimen, como tambi¨¦n han hecho la mayor¨ªa de mis colegas. Mi peri¨®dico, EL PAIS, ha sido muy cr¨ªtico con el Gobierno actual en sus editoriales, y yo he escrito diversos art¨ªculos sobre temas espinosos. De hecho, los responsables del diario han recibido fuertes presiones del personal de la embajada egipcia en Madrid desde hace un par de a?os. Sin embargo, nuestra cobertura no ha sido una excepci¨®n entre la prensa internacional.
Quiz¨¢s mis problemas se deban a la publicaci¨®n del libro Ascenso y la ca¨ªda de los Hermanos Musulmanes, en el que analizo la trayectoria de este movimiento islamista tras la Revoluci¨®n Egipcia. Y es que Emad Shahin, un distinguido profesor de la Universidad de Georgetown especializado en movimientos islamistas, fue condenado recientemente a la pena de muerte in absentia. Sin embargo, mi libro fue publicado en marzo y no ofrece precisamente una imagen positiva de la Hermandad.
En el pa¨ªs ¨¢rabe permanecen encarcelados al menos 18 periodistas por el "delito" de ejercer su profesi¨®n
En general, todos los periodistas extranjeros en Egipto se han acostumbrado a trabajar bajo presi¨®n. Las medidas de acoso por parte de las autoridades egipcias son variadas y van desde la imposici¨®n de nuevos obst¨¢culos administrativos al arresto durante varias horas sin falta aparente. Actualmente, la obtenci¨®n de un visado temporal de periodista es casi imposible, y es incluso necesario un permiso mensual para tomar fotograf¨ªas en la calle. La violaci¨®n de cualquiera de estas normas puede acarrear serias consecuencias.
Adem¨¢s, desde los medios de comunicaci¨®n oficialistas se propaga la narrativa de que todos los corresponsales son esp¨ªas o trabajan para fuerzas que quieren desestabilizar el pa¨ªs, poniendo en riesgo su integridad f¨ªsica. No en vano, el a?o pasado, tres periodistas espa?oles fueron brutalmente agredidos por una turba en una manifestaci¨®n a favor de al Sisi en la ic¨®nica Plaza Tahrir.
El r¨¦gimen egipcio ha intensificado el acoso a la prensa durante los ¨²ltimos meses
Hasta ahora, el peor de los casos de hostigamiento lo padeci¨® un equipo de la cadena de televisi¨®n Al Yazira. Tres periodistas fueron arrestados y procesados en diciembre 2013 por entrevistar a varios miembros de los Hermanos Musulmanes, el movimiento islamista que gobern¨® el pa¨ªs durante un a?o, pero es considerado una ¡°organizaci¨®n terrorista¡± por el actual Ejecutivo. Uno de los periodistas, el australiano Peter Greste, fue deportado despu¨¦s de pasar m¨¢s de un a?o en la c¨¢rcel. Sus dos compa?eros, Mohamed Fahmy, con doble nacionalidad egipcio-canadiense, y Baher Mohamed, se encuentran a¨²n inmersos en una batalla legal para conseguir su libertad. Todos ellos fueron condenados a severas penas de c¨¢rcel el 23 de junio de 2014, pero un tribunal de casaci¨®n anul¨® la sentencia y orden¨® repetir el juicio.
Dicho esto, cabe resaltar que los periodistas egipcios est¨¢n expuestos a peligros mucho mayores, sobre todo los que trabajan para medios en lengua ¨¢rabe. Aquellos que se atreven a desviarse de la narrativa oficial se arriesgan a ser despedidos, detenidos, procesados e incluso torturados. De acuerdo con un reciente informe del Comit¨¦ para la Protecci¨®n de los Periodistas, hay 18 reporteros en la c¨¢rcel a causa de su labor period¨ªstica, lo que sit¨²a a Egipto entre los pa¨ªses m¨¢s peligrosos para ejercer esta profesi¨®n. Entre ellos, Mohamed Abu Zeid, un joven fot¨®grafo que lleva m¨¢s de 23 meses en prisi¨®n preventiva por haber tomado fotos de una manifestaci¨®n opositora. Sus allegados aseguran que est¨¢ muy enfermo.
En este contexto de falta de libertad de prensa, el trabajo de los corresponsales es especialmente importante. Ellos son capaces de cubrir temas que nunca podr¨ªan pasar el filtro de la censura o la autocensura existente en los principales medios de comunicaci¨®n egipcios. Por ejemplo, fue gracias la prensa extranjera y a la valent¨ªa de algunos activistas que se pudo desvelar la existencia de c¨¢rceles secretas en Egipto donde ocurren graves violaciones de los derechos humanos de forma sistem¨¢tica. Sin los medios for¨¢neos, las voces de muchas v¨ªctimas quedar¨ªan sepultadas bajo una espiral de miedo. De ah¨ª que sea crucial que los Gobiernos occidentales se comprometan a preservar espacios de libertad para los corresponsales en Egipto.
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