C¨®mo derrotar al Estado Isl¨¢mico
La estrategia militar a secas no ser¨¢ suficiente para vencer al Estado Isl¨¢mico. Solo funcionar¨¢ una combinaci¨®n de paciencia y trabajo en com¨²n con grupos rebeldes locales
La coalici¨®n creada para luchar contra el Estado Isl¨¢mico (EI) tiene dificultades para lograr victorias: tan pronto como expulsan a los combatientes de una zona de Siria e Irak, estos se reagrupan y cambian el blanco de sus ataques. El EI est¨¢ mostrando una extraordinaria mezcla de resistencia y capacidad de adaptaci¨®n t¨¢ctica que le ha permitido consolidar su posici¨®n en gran parte de esos dos pa¨ªses, a pesar de los nueve meses de incursiones a¨¦reas de la coalici¨®n.
Los mensajes de los aliados se apresuran a destacar los elementos positivos: desde el comienzo de la Operaci¨®n Determinaci¨®n Inherente, han muerto alrededor de 10.000 militantes del EI, sus actividades de contrabando se han reducido a la mitad y el territorio que controlan en la actualidad es un 40% inferior al de su momento de apogeo, en agosto de 2014. Pero los principales centros del EI siguen intactos, aunque las operaciones militares han disminuido la dimensi¨®n del problema.
Por m¨¢s que se hable del declive del poder de Estados Unidos, es importante recordar que sigue siendo una superpotencia militar hegem¨®nica: si EE. UU. quisiera hacer una demostraci¨®n de fuerza en Irak y Siria, podr¨ªa expulsar r¨¢pidamente al EI de sus guaridas.
Ahora bien, para cualquier ej¨¦rcito invasor, lo dif¨ªcil llegar¨ªa despu¨¦s, con la probable oleada de atentados y guerra asim¨¦trica que seguramente durar¨ªa a?os y tendr¨ªa enormes costes.
Si EE. UU. quisiera hacer una demostraci¨®n de fuerza en Irak y Siria, podr¨ªa expulsar r¨¢pidamente al EI de sus guaridas
Adem¨¢s, suponer que el EI constituye el mismo tipo de amenaza que un Estado regional es no entender en absoluto por qu¨¦ se ha vuelto tan poderoso. El EI est¨¢ sobreviviendo y expandi¨¦ndose porque se alimenta de un potente c¨®ctel de sentimientos antioccidentales muy arraigados, odio a los musulmanes chi¨ªes y debilidad de los Estados que lo rodean. Ninguno de estos factores puede alterarse con una intervenci¨®n militar exterior.
Las operaciones militares tienen un papel importante en esta lucha, que es el de apoyar a los actores que est¨¢n dedicando grandes esfuerzos a combatir al EI sobre el terreno. Pero la forma de resolver el problema en Siria tiene que ser muy distinta de la de Irak. Mientras que, en este ¨²ltimo pa¨ªs, la presencia de un gobierno leg¨ªtimo permite a Estados Unidos abastecer de material a las fuerzas que luchan contra el EI, en Siria no existe ese mecanismo.
Por consiguiente, EE?UU tiene que buscar socios locales, pero estos escasean. Entre ellos, est¨¢n las Unidades de Protecci¨®n Popular (YPG) de los kurdos de Siria, cuyo avance en el norte del pa¨ªs ha hecho retroceder al EI en cientos de pueblos desde hace seis meses. Pero contar exclusivamente con los kurdos es una estrategia complicada. Fuera de sus bases territoriales, las YPG despiertan pocas simpat¨ªas, y carecen de la voluntad necesaria para adentrarse en las zonas de mayor¨ªa ¨¢rabe que albergan los bastiones del EI.
El resto es una combinaci¨®n variopinta de grupos rebeldes. Durante los tres ¨²ltimos a?os, ninguno de ellos ha sido capaz de ponerse de acuerdo con ninguna agrupaci¨®n pol¨ªtica reconocida internacionalmente que pueda representar sus intereses. Una estrategia militar que depende del ¨¦xito de grupos as¨ª est¨¢ condenada al fracaso, y lo m¨¢s probable es que, a medida que Siria se fragmente cada vez m¨¢s, los pa¨ªses de su alrededor busquen aliarse con facciones de su misma tendencia dentro del pa¨ªs.
Abundan los rumores sobre la creaci¨®n de tierras de nadie: una zona jordana de seguridad en el sur, una zona turca en el norte, otra iran¨ª y de Hezbol¨¢ alrededor de Damasco y un enclave druso de influencia israel¨ª en el suroeste. De hacerse realidad, el EI quedar¨ªa rodeado por potencias externas, lo cual permitir¨ªa contenerlo en Siria y, poco a poco, estrangularlo, pero supondr¨ªa el fin de la Siria que conocemos.
El EI est¨¢ expandi¨¦ndose con un poderoso c¨®ctel de sentimientos antioccidentales muy arraigados y odio a los musulmanes chi¨ªes
Irak requiere de la ayuda occidental para apuntalar las instituciones de seguridad del Estado, d¨¦biles y muy politizadas. El ej¨¦rcito iraqu¨ª ha sido incapaz de dar la respuesta adecuada a la amenaza del EI, y han sido m¨¢s bien las milicias chi¨ªes, bajo el control iran¨ª, las que se han encargado de hacerlo. Lo que queda del aparato de seguridad iraqu¨ª est¨¢ cada vez m¨¢s dominado por Ir¨¢n, y es inevitable que eso haga pensar a los sun¨ªes de las ¨¢reas en manos del EI que tienen mejores perspectivas con ellos que con Bagdad.
En el norte, los kurdos han logrado triunfos, pero, como en Siria, les interesa, sobre todo, defender su patria, m¨¢s que luchar por el Irak ¨¢rabe La clave es encontrar alg¨²n grupo iraqu¨ª que est¨¦ dispuesto a luchar, no por su identidad ¨¦tnica, sino por todo el pa¨ªs.
?Cu¨¢les son, pues, los par¨¢metros realistas para que una estrategia militar contra el EI obtenga resultados? El primero es la paciencia; el problema no puede resolverse de la noche a la ma?ana, y debemos aceptar que pueden pasar a?os antes de que la ideolog¨ªa que proyectan muestre sus carencias y pierda su atractivo. El segundo es ser conscientes de que los actores locales son fundamentales para derrotar al EI de manera definitiva. El tercero es comprender que por ahora, seguramente, Occidente puede hacer poco m¨¢s que ofrecer su poder a¨¦reo y proporcionar formaci¨®n. Podemos indignarnos ante los atentados cometidos en nombre del Estado isl¨¢mico en T¨²nez, Egipto, Kuwait y Francia, pero eso no debe impedirnos reconocer que, a largo plazo, este es un problema que no tiene una soluci¨®n militar.
Michael Stephens es investigador de Estudios sobre Oriente Pr¨®ximo en RUSI (Royal United Services Institute) y director de RUSI Qatar. Pueden seguirle en Twitter @MStephensGulf.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.