Por qu¨¦ Latinoam¨¦rica est¨¢ en la vanguardia de la lucha LGBT
A pesar del machismo y la homofobia, la regi¨®n ha producido impresionantes cambios
Son como las dos caras de una moneda. Por un lado est¨¢ el machismo y la homofobia, reflejados en los sondeos de opini¨®n, las denigrantes declaraciones de l¨ªderes religiosos y pol¨ªticos, y los altos ¨ªndices de violencia contra los miembros de la comunidad LGBT?¡ª?Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transg¨¦nero. Por el otro lado est¨¢n los impresionantes cambios. Leyes contra la discriminaci¨®n a los gais se han propagado por la regi¨®n, as¨ª como leyes que permiten a los homosexuales prestar servicios militares. Parejas del mismo sexo ya pueden casarse y adoptar ni?os en varios pa¨ªses, y hasta se ha aprobado legislaci¨®n para asistir a la poblaci¨®n transg¨¦nero. Uruguay, Argentina, Brasil y M¨¦xico han avanzado m¨¢s r¨¢pido en la lucha por los derechos LGBT que Estados Unidos y muchos pa¨ªses europeos.
?Qu¨¦ explica esta paradoja? ?C¨®mo una regi¨®n con fama de machista y homof¨®bica est¨¢ en la vanguardia de la lucha LGBT? La respuesta es simple: gracias al ingenio y la tenacidad de grupos de la sociedad civil. El activismo creativo de la comunidad LGBT ha puesto en evidencia la falta de imaginaci¨®n y la relativa autocomplacencia de casi todos los que invertimos tiempo y esfuerzo a promover y defender derechos civiles.
Y no crean que su labor es menos complicada. En casi todos los pa¨ªses latinoamericanos la mayor¨ªa de la poblaci¨®n considera inmoral la homosexualidad y los problemas de exclusi¨®n y discriminaci¨®n son a¨²n graves. La comunidad LGBT confronta adem¨¢s la poderosa oposici¨®n de la Iglesia Cat¨®lica y los protestantes evang¨¦licos. Estos obst¨¢culos, sin embargo, no han intimidado a los activistas. M¨¢s bien los han forzado a idear estrategias sumamente innovadoras. A continuaci¨®n, cinco de ellas:
La lucha contra el statu quo necesita al statu quo. Los grupos LGBT suelen ser de izquierda. Pero, a diferencia de la izquierda radical, son m¨¢s pragm¨¢ticos que revolucionarios. Buscan la concertaci¨®n en vez de la confrontaci¨®n. Por eso invierten tiempo cuidadosamente identificando a militantes de los partidos que los pueden ayudar. O instituciones con las cuales existe una posibilidad de colaborar. En Uruguay los grupos LGBT han logrado aprobar leyes ali¨¢ndose con el Frente Amplio, el partido de gobierno. El colectivo Ovejas Negras forj¨® una alianza con el Ministerio de Salud para capacitar a 1500 personas en temas de salud LGBT. La lecci¨®n: las instituciones y los partidos no deben ser vistos como enemigos, sino como lugares donde buscar y encontrar amigos.
Uruguay, Argentina, Brasil y M¨¦xico han avanzado m¨¢s r¨¢pido en la lucha por los derechos LGBT que Estados Unidos?
S¨ª, a la globalizaci¨®n. El movimiento LGBT aprovecha las ventajas que ofrecen la globalizaci¨®n y los mercados. Por ejemplo, utilizan las nuevas plataformas digitales para organizarse, aprender de sus pares en otros pa¨ªses y difundir m¨¢s eficazmente sus mensajes. Tambi¨¦n promueven la idea de un mercado pudiente LGBT que los empresarios pueden explotar para obtener mayores ingresos. ¡°El mensaje que env¨ªan es claro¡±, dice Javier Corrales: ¡°apoyar la agenda gay tambi¨¦n es un buen negocio¡±.
Combatir al adversario con sus propias armas. Los sectores conservadores son los que m¨¢s se oponen al avance de los derechos gay. Pero algunos grupos LGBT han encontrado una manera creativa de combatirlos: responder a los ataques conservadores con argumentos conservadores. Por eso hablan del matrimonio del mismo sexo como una manera de fortalecer las relaciones de pareja, promover la monogamia y crear estabilidad en los derechos de propiedad.
La meta es la igualdad. Las comunidades LGBT suelen ser peque?as. Y saben que, sin ayuda de otros grupos, es dif¨ªcil que su voz se escuche. Eso los lleva a enmarcar su lucha dentro de una causa m¨¢s amplia, menos controversial y m¨¢s dif¨ªcil de criticar: la igualdad. Este enfoque les ha permitido unir esfuerzos con otros movimientos. En Ecuador, por ejemplo, el movimiento LGBT se ha juntado con los grupos que defienden los derechos de la mujer y de los ind¨ªgenas. En Argentina se han aliado con grupos defensores de los derechos humanos. Estas agrupaciones, unidas, han obtenido victorias que quiz¨¢ no hubiesen alcanzado por su cuenta.
S¨ªmbolo de modernidad. En ciertos sectores apoyar los derechos LGBT ha pasado de ser un motivo de verg¨¹enza a una posici¨®n culturalmente aceptable. M¨¢s a¨²n, apoyar los derechos gay no es ya solo aceptable sino una insignia de modernidad y cosmopolitismo; un manera de reafirmarse como una persona abierta, tolerante y progresista. Espolear este cambio cultural ha sido una de las grandes victorias de los grupos LGBT. Y el efecto ha sido como el de una bola de nieve: mientras m¨¢s gente cambia su modo de pensar m¨¢s r¨¢pido se expande este cambio colectivo de mentalidad y m¨¢s dif¨ªcil se hace revertirlo o luchar contra ¨¦l.
La comunidad LGBT, pues, nos ofrece valiosas lecciones que podemos aprovechar para otras causas. Lo asombroso es que los cambios que han impulsado eran casi inimaginables hace pocos a?os. La velocidad con que han ocurrido ha sorprendido a los mismos activistas, lo cual recuerda la r¨¦plica de Larry Summers a los agoreros y pesimistas: la historia a cada rato nos demuestra que la transici¨®n entre lo inconcebible y lo inevitable puede ocurrir muy r¨¢pidamente.
Alejandro Tarre es periodista venezolano. Twitter: @alejandrotarre
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