Las l¨¢grimas sure?as que acabaron con la bandera confederada
Una descendiente de Jefferson Davis logr¨® que se arr¨ªe la bandera en Carolina del Sur
Es republicana. Es rubia. Es el prototipo de blanca sure?a. Y es encima descendiente de Jefferson Davis, el presidente de la Confederaci¨®n que agrup¨® a los estados del Sur durante la guerra civil estadounidense (1861-65). Pero la congresista Jenny Anderson Horne es, desde la madrugada del mi¨¦rcoles al jueves, sobre todo -o por todo lo anterior- la art¨ªfice principal de que Carolina del Sur haya cerrado, por fin, un cap¨ªtulo clave de ese conflicto que acab¨® oficialmente hace 150 a?os.
Este jueves, la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, firm¨® la ley que permitir¨¢ sacar la bandera confederada del predio del Capitolio donde lleva ondeando sin interrupci¨®n incluso tras la matanza de nueve negros en una iglesia de Charleston por un supremacista blanco que quer¨ªa provocar una guerra racial.
Pero el texto probablemente no habr¨ªa llegado a sus manos de no ser por las apasionadas palabras de Horne, que supusieron un punto de inflexi¨®n en el debate de una propuesta de ley ya aprobada por el Senado estatal pero que en la c¨¢mara baja amenazaba con bloquear la votaci¨®n final.
Tras m¨¢s de 12 horas de debate, la propuesta de ley para trasladar la bandera confederada del Capitolio a un museo parec¨ªa que no iba a ninguna parte. Pero entonces subi¨® al podio la congresista republicana nacida y crecida en Carolina del Sur. Apoyada en su indiscutible pedigr¨ª sure?o, con su apasionado discurso, interrumpido con frecuencia por l¨¢grimas de rabia y pasi¨®n, Horne sin embargo logr¨® convencer a los suficientes congresistas como para que aprobaran la propuesta de ley para sacar de una vez la controvertida bandera del predio del Capitolio del estado sure?o.
¡°No puedo creer que no tengamos el coraz¨®n en esta c¨¢mara para hacer algo significativo como retirar un s¨ªmbolo del odio de estos terrenos el viernes¡±, dijo Horne entre l¨¢grimas. ¡°Para la viuda del senador Pinckney y sus dos hijas peque?as, eso ser¨ªa como echar sal en la herida¡±, les advirti¨®.
El senador Pinckney fue una de las nueve v¨ªctimas de la matanza que Dylann Roof cometi¨® en la noche del 17 de junio en la hist¨®rica iglesia negra Emanuel de Charleston. Su cad¨¢ver fue velado una semana m¨¢s tarde en el Capitolio frente al que todav¨ªa ondeaba la bandera confederada. Y su mesa en el Senado ha permanecido cubierta por un pa?o negro durante todos los debates para arriar de una vez esa bandera que, al menos desde la matanza de Charleston -aunque para muchos desde mucho antes- se ha convertido en el s¨ªmbolo m¨¢s visible de un pasado de racismo a¨²n no superado. Aunque, como se vio en el debate parlamentario, los defensores de la bandera insisten en verla como un legado del pasado de esta regi¨®n del sur.
¡°Ya he escuchado lo suficiente sobre legados. Yo s¨ª que tengo legado. Soy descendiente de Jefferson Davis ?vale?, pero eso no importa, porque no se trata de Jenny Horne. Se trata de la gente de Carolina del Sur que ha reclamado que este s¨ªmbolo del odio sea sacado del terreno estatal. Y tenemos que seguir el ejemplo del Senado, quitar esta bandera y hacerlo ya¡±, concluy¨® la congresista su emotivo discurso. Poco despu¨¦s, ya de madrugada, la ley se aprobaba por 94 votos contra 20, permitiendo que este mismo viernes la bandera confederada se traslade, por fin, a un museo.
¡°No ha sido f¨¢cil. No ha faltado emoci¨®n. Pero estoy muy orgullosa de mis colegas por hacer lo correcto. La bandera confederada va a ser retirada¡±, celebr¨®, ya por las redes sociales, la congresista republicana.
It wasn't easy. It wasn't without emotion. But I'm so proud of my colleagues for doing the right thing. The Confederate flag is coming down.
— Jenny Horne (@JennyHorne) July 9, 2015
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