El Congreso estadounidense recibe con recelo el acuerdo con Ir¨¢n
Los republicanos critican el pacto, pero su capacidad de derogarlo es limitada
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirti¨® este martes de que usar¨¢ su poder de veto si el Congreso, de mayor¨ªa republicana, no da su visto bueno al acuerdo alcanzado con Ir¨¢n para frenar su programa nuclear. Pero el mandatario dem¨®crata tambi¨¦n es consciente de que un rechazo parlamentario al pacto tan arduamente negociado supondr¨ªa un fuerte rev¨¦s tanto a ese acuerdo como a su imagen y la de EE UU.
Por eso, Obama anunci¨® una ofensiva inmediata para tratar de convencer al Capitolio de la necesidad de que d¨¦ su visto bueno al acuerdo de Viena, para lo cual los legisladores tienen 60 d¨ªas de plazo. El Congreso puede aprobar, rechazar o ignorar el pacto, aunque si no lo aprueba tendr¨¢ muy dif¨ªcil revertir el veto de Obama. En todo caso, el escepticismo con que fue recibido el acuerdo en el Capitolio demuestra que no va a ser tarea f¨¢cil convencer a los legisladores de la bondad del pacto entre EE UU, Ir¨¢n y cinco potencias mundiales.
¡°En vez de frenar la expansi¨®n de armas nucleares en Oriente Medio, este acuerdo probablemente propiciar¨¢ una carrera de armas nucleares en el mundo¡±, denunci¨® el presidente de la C¨¢mara de Representantes, el republicano John Boehner. Ya en marzo, Boehner trat¨® de hacer fracasar las negociaciones al invitar al primer ministro israel¨ª, Benjamin Netanyahu, a impartir en el Congreso un discurso de rechazo a un posible acuerdo con Ir¨¢n.
El Congreso puede aprobar, rechazar o ignorar el pacto, aunque si no lo aprueba tendr¨¢ muy dif¨ªcil revertir el veto de Obama
Un poco m¨¢s prudente fue el l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en el Senado, Mitch McConnell. Dijo que el pacto de Viena parece retener elementos ¡°equivocados¡±, pero prometi¨® revisarlo: ¡°La prueba es si hace m¨¢s seguros a nuestro pa¨ªs y aliados¡±. En cambio, los senadores Marco Rubio y Lindsey Graham, aspirantes a la nominaci¨®n republicana en las elecciones presidenciales de 2016, criticaron duramente el acuerdo al considerar que fortalece al r¨¦gimen de Teher¨¢n -con el que Washington no mantiene relaciones desde hace tres d¨¦cadas- y supone una amenaza para Israel. Un argumento que ha sido esgrimido de forma repetida por los republicanos, pero tambi¨¦n por algunos dem¨®cratas, en el pasado.
Los primeros en revisar el acuerdo ser¨¢n los miembros de la Comisi¨®n de Relaciones Exteriores de las dos c¨¢maras. El presidente de este panel en la c¨¢mara baja, el republicano Ed Royce, advirti¨® de que el pacto ser¨¢ ¡°dif¨ªcil de vender¡±. Su hom¨®logo del Senado, el tambi¨¦n republicano Bob Corker, dijo partir de un ¡°profundo escepticismo¡± a la hora de revisar ¡°rigurosamente¡± el acuerdo.
Desde el flanco dem¨®crata, no hubo grandes reacciones de rechazo, m¨¢s bien un apoyo cauto. La l¨ªder de la minor¨ªa dem¨®crata en la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, subray¨® que las ¡°restricciones e inspecciones agresivas¡± suponen el ¡°mejor plan a largo plazo¡± para frenar las ambiciones nucleares iran¨ªes, y avanz¨® que el Congreso ¡°revisar¨¢ de cerca¡± los detalles del pacto. Su hom¨®logo en el Senado, Harry Reid, tambi¨¦n abog¨® por un an¨¢lisis ¡°considerado¡±.
Tras el pacto preliminar sellado en abril en Lausana con Ir¨¢n, el Gobierno de Obama cedi¨® a la presi¨®n del Congreso y accedi¨® a que pudiera escrutar un acuerdo final con Teher¨¢n. Los legisladores pueden aprobar una ¡°resoluci¨®n de desaprobaci¨®n¡± del pacto, lo que impedir¨ªa al presidente levantar las sanciones contra Ir¨¢n impuestas por el Congreso y por tanto har¨ªa descarrilar el acuerdo. Pero la aritm¨¦tica parlamentaria hace, si no imposible, s¨ª altamente improbable que prospere dicha resoluci¨®n.
En vez de frenar la expansi¨®n de armas nucleares en Oriente Medio, este acuerdo probablemente propiciar¨¢ una carrera de armas nucleares en el mundo¡± John Boehner, presidente de la C¨¢mara de Representantes
Obama puede vetar, como reiter¨® este martes, una resoluci¨®n de rechazo, que de por s¨ª tendr¨ªa serias dificultades para avanzar en el Senado, donde el dominio republicano es menor. En caso de efectuarse un veto presidencial, el Congreso necesitar¨ªa una mayor¨ªa de dos tercios de ambas c¨¢maras para anularlo. Es decir, al presidente dem¨®crata le bastar¨ªa el apoyo de un tercio de los legisladores para asegurarse de que no descarrile el pacto. Y la mayor¨ªa de sus compa?eros de partido han apoyado en los ¨²ltimos meses las negociaciones con Ir¨¢n.
Por si acaso, la Casa Blanca no ha perdido tiempo en iniciar su ofensiva diplom¨¢tica para convencer a los m¨¢s reticentes. Nada m¨¢s recibir la llamada de Viena que confirmaba que hab¨ªa fumata blanca, Obama tom¨® el tel¨¦fono para informar, personalmente, a los l¨ªderes de las dos c¨¢maras del Congreso, Boehner y McConnell.
El presidente ha ordenado adem¨¢s a todo su equipo que se ponga manos a la obra para tratar de vender y convencer de los beneficios de un acuerdo cuyo rechazo, ha advertido, ser¨ªa ¡°irresponsable¡±. Su premisa: no hay alternativa a un acuerdo para evitar que Ir¨¢n se embarque en una carrera nuclear porque la comunidad internacional que ayud¨® con sanciones a presionar por este pacto no va a comprender que este sea rechazado ahora.
¡°Si el Congreso mata este acuerdo, no hay un escenario posible en el que el resto del mundo vaya a aceptar imponer sanciones adicionales¡±, advirtieron altas fuentes de la Casa Blanca en conversaci¨®n con periodistas bajo condici¨®n de anonimato.
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