Chapo 2.0, ?qu¨¦ sigue?
El presidente Pe?a Nieto ha quedado atrapado en las miasmas de la corrupci¨®n que nunca quiso ver
La fuga de El Chapo Guzm¨¢n demuestra que en M¨¦xico todo se puede comprar. Una frase demoledora de la prensa extranjera, que bien podr¨ªa fungir como epitafio del Gobierno de Enrique Pe?a Nieto. Y es que el presidente se hab¨ªa comprometido con la comunidad nacional e internacional a que eso, la fuga del capo, no volver¨ªa a ocurrir. Lo dijo en su momento, como si la mera posibilidad fuera una idea inconcebible, absurda. La negativa de entregar a El Chapo a Estados Unidos, que solicitaba su extradici¨®n, fue asumida y aplaudida como un desplante de soberan¨ªa. Hoy los mexicanos constatan, en medio del rubor y la verg¨¹enza, que sus autoridades ni siquiera eso han podido cumplir.
La negativa de entregar a El Chapo a Estados Unidos, que solicitaba su extradici¨®n, fue asumida y aplaudida como un desplante de soberan¨ªa
No somos una rep¨²blica bananera ni el mexicano es un Estado fallido. ?Pero c¨®mo diablos lo vamos a demostrar? La comitiva de varios cientos de personas que acompa?a al presidente Pe?a Nieto a Francia ahora mismo es m¨¢s propio del desembarco de la corte de un reino centroafricano deseoso de aprovechar la oportunidad para conocer Par¨ªs, que la de cualquier pa¨ªs m¨¢s o menos serio. Sobre todo considerando que nuestro intercambio comercial con los galos representa s¨®lo el 0,68%, y es apenas el quinto pa¨ªs europeo en esa escala (detr¨¢s de Alemania, Espa?a, Italia y Holanda). Con Estados Unidos, con quien sostenemos el 65% de nuestro comercio exterior, hace cuatro meses que la embajada en Washington est¨¢ ac¨¦fala. Pues s¨ª, paradojas de pa¨ªs bananero.
Se da por descontado que la fuga de El Chapo del penal de m¨¢xima seguridad del pa¨ªs entra?a la complicidad de custodios y autoridades. Eso significa que Pe?a Nieto ha terminado por quedar atrapado en las miasmas de la corrupci¨®n que nunca quiso ver, que nunca quiso combatir. Una corrupci¨®n que ha minado las bases mismas del propio Estado y las condiciones m¨ªnimas de gobernabilidad.
La comitiva de varios cientos de personas que acompa?a al presidente a Francia ahora mismo es m¨¢s propio del desembarco de la corte de un reino centroafricano
Su Administraci¨®n asumi¨® que bastaba con echar a andar las reformas econ¨®micas para que la inseguridad p¨²blica y la corrupci¨®n se desvanecieran como una neblina derrotada por la luz del sol. Obviamente minimiz¨® los alcances de esas lacras y sobrestim¨® los efectos de reformas que resultaron tibias y mutiladas. Hoy su Gobierno ya no es identificado con las reformas, sino con las tragedias de Ayotzinapa y Tlatlaya, con los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n de su c¨ªrculo inmediato y con la fuga ¡°inconcebible¡± de El Chapo. Justo los problemas para los cuales nunca se desarroll¨® una estrategia. Vamos, ni siquiera una narrativa: hace unos meses Pe?a Nieto asegur¨® que la corrupci¨®n ten¨ªa raigambres culturales, que era un producto hist¨®rico. M¨¢s recientemente se desdijo y describi¨® el fen¨®meno como algo propio de la condici¨®n humana. En realidad no son m¨¢s que declaraciones coyunturales para intentar salir al paso de lo que en su fuero interno considera un exabrupto de la realidad.
Justamente ese es el problema, que el Gobierno priista afronta cada tragedia y cada esc¨¢ndalo como si se tratase de una anomal¨ªa, una embestida moment¨¢nea que s¨®lo requiere ser capoteada. La realidad es que lo excepcional se ha convertido en lo cotidiano y el gobierno va dando tumbos de una crisis de credibilidad a otra, siempre a la defensiva y cada vez m¨¢s desbordado por los demonios sueltos.
El Gobierno priista afronta cada tragedia y cada esc¨¢ndalo como si se tratase de una anomal¨ªa, una embestida moment¨¢nea que s¨®lo requiere ser capoteada
El sexenio no llega a¨²n a la mitad y ya parece agotado. Mientras Pe?a Nieto no est¨¦ dispuesto a atacar la corrupci¨®n frontalmente, los siguientes tres a?os estar¨¢ condenado a vivir maniatado, acosado por las dentelladas de ese M¨¦xico salvaje que quiere tomar el control.
Claro, atacar la corrupci¨®n requiere eliminar la impunidad y las prebendas de la maquinaria pol¨ªtica que sustenta al PRI y erradicar el tr¨¢fico de influencias del grupo pol¨ªtico del cual ¨¦l mismo procede, peor a¨²n, de su c¨ªrculo ¨ªntimo. Ese es su dilema.
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