Obama encomienda a Biden convencer al Congreso del pacto iran¨ª
Ante la oposici¨®n republicana, Obama apela a los dem¨®cratas para que salven el acuerdo
Cuando Barack Obama tiene un anuncio importante para Estados Unidos, la coreograf¨ªa se repite. El presidente llega caminando, solo, sobre la alfombra roja que cubre la sala desde donde suele hacer este tipo de alocuciones, el East Room de la Casa Blanca, hasta el atrio donde pronuncia sus solemnes palabras. La c¨¢mara solo lo enfoca a ¨¦l. As¨ª fue cuando Obama anunci¨® la muerte de Osama bin Laden o la normalizaci¨®n de relaciones con Cuba.
El martes, Obama ten¨ªa otro mensaje importante. En Viena, tras intensas negociaciones, se hab¨ªa alcanzado un acuerdo con otro enemigo hist¨®rico, Ir¨¢n, para controlar su programa nuclear. Pero el cuadro fue esta vez distinto. Durante todo el discurso, a solo un paso de Obama, sin salirse del encuadre un momento, permaneci¨® su vicepresidente, Joe Biden.
Su presencia ¡°deber¨ªa enviar una se?al bien clara a todos en el pa¨ªs sobre (¡) el compromiso firme de este Gobierno de implementar de manera efectiva¡± el acuerdo con Ir¨¢n, aclar¨® despu¨¦s el portavoz Josh Earnest. Una se?al dirigida especialmente al Congreso.
Es all¨ª donde se lucha ahora la siguiente batalla, quiz¨¢s m¨¢s dura a¨²n que los meses de negociaciones internacionales reci¨¦n concluidos, durante los 60 d¨ªas que los legisladores tienen para revisar el acuerdo y pronunciarse sobre el mismo. Y si hay alguien en esta Administraci¨®n dem¨®crata que tiene buena mano con los legisladores, ese es Biden, un veterano del Senado al que el presidente suele encargar la tarea de hablar con un Congreso con el que Obama, pese a haber sido tambi¨¦n senador, no acaba de congeniar.
Fue Biden quien el martes empez¨® a llamar a senadores dem¨®cratas. Y es a Biden a quien Obama envi¨® el mi¨¦rcoles al Congreso para defender cara a cara el pacto iran¨ª ante compa?eros de partido, mientras ¨¦l se encargaba de hablar con la prensa con el mismo objetivo. Este jueves Biden regresa al Capitolio "para discutir Ir¨¢n" a puertas cerradas. M¨¢s que intentar convencer a una oposici¨®n republicana que ya ha dejado claro que va a tratar de frenar como sea el acuerdo, el objetivo prioritario de la Casa Blanca parecen ser los legisladores de su Partido Dem¨®crata.
¡°Estoy aqu¨ª para responder a preguntas y explicar en qu¨¦ consiste el acuerdo (con Ir¨¢n). Y me siento confiado en que les gustar¨¢ cuando lo comprendan bien¡±, dijo Biden en su primer encuentro con dem¨®cratas del Capitolio.
¡°Biden tiene mucha credibilidad aqu¨ª¡±, reconoc¨ªa el senador dem¨®crata Ben Cardin, uno de los principales objetivos de la ofensiva parlamentaria del vicepresidente. ¡°Es muy conocido y dice las cosas como son, (Biden) nos contar¨¢ las cosas buenas y las m¨¢s complicadas¡± del acuerdo, confi¨®.
Es por una ley aprobada en mayo, promovida por los republicanos pero que no habr¨ªa salido adelante sin un apoyo dem¨®crata clave, que el Congreso puede analizar el acuerdo iran¨ª. Tras los 60 d¨ªas, los legisladores pueden aprobar, rechazar o ignorar el pacto.
Obama tiene dos prioridades: ante todo, evitar que el Congreso emita una resoluci¨®n de desaprobaci¨®n que supondr¨ªa un bofet¨®n a sus esfuerzos y le restar¨ªa credibilidad internacional. Y, en el peor de los escenarios, asegurarse de que si se ve obligado a vetar esa resoluci¨®n, como ha dicho que har¨¢, que no haya suficientes votos para superar su veto.
La clave est¨¢ en el Senado donde, aunque son mayor¨ªa, los 54 republicanos no tienen en ning¨²n caso los suficientes votos para dar esos pasos si no se aseguran alg¨²n respaldo dem¨®crata. La resoluci¨®n desaprobatoria requiere 60 votos, as¨ª que tendr¨ªan que contar con al menos seis dem¨®cratas que lo respaldaran. M¨¢s dif¨ªcil a¨²n les resultar¨ªa reunir los 67 votos -dos tercios de la c¨¢mara- que se requiere para revertir un veto presidencial.
Los dem¨®cratas no han emitido una se?al demasiado alarmante hasta ahora de que vayan a darle la espalda a su presidente en un asunto en el que se juega buena parte de su legado. Pero tampoco le han dado garant¨ªas de fidelidad absoluta. Senadores clave, como el dem¨®crata Schumer, ya han dejado claro que revisar¨¢n con lupa el acuerdo, sin prometer abiertamente su respaldo.
¡°Cuando se trata de Ir¨¢n, no hay confianza¡±, coincidi¨® Cardin. Al igual que Schumer, Cardin es jud¨ªo, un detalle importante en vista de la frontal oposici¨®n del Gobierno israel¨ª al acuerdo sancionado por Obama. Cardin es adem¨¢s el dem¨®crata de mayor rango en el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores donde se desarrollar¨¢ en los pr¨®ximos dos meses buena parte de la batalla por el acuerdo iran¨ª.
Por el momento, la ¨²nica promesa que estos legisladores le han hecho a la Casa Blanca es que se leer¨¢n hasta la ¨²ltima p¨¢gina del acuerdo antes de tomar una decisi¨®n. ?Se imagina votar en contra si no le acaba de convencer?, le pregunt¨® el diario digital Politico a otro influyente senador dem¨®crata, Jon Tester. ¡°Por supuesto¡±, respondi¨® el legislador, demostrando que Biden -y toda la Casa Blanca- tendr¨¢n que emplearse a fondo para ganarse la confianza de los suyos en el Capitolio. Le quedan dos meses para lograrlo.
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