La triple maldici¨®n de Grecia

Una cultura potente y una gente extraordinaria que ha sufrido lo indecible, s¨ª. Pero Grecia es tambi¨¦n esta triple maldici¨®n: un Estado casi fallido, una econom¨ªa atrasada y una ineficaz Administraci¨®n.

Un Estado que carece ¡ªcomo antes del primer rescate, y en parte, a¨²n ahora¡ª de un aparato estad¨ªstico fiable; de un catastro y de un Registro de la propiedad p¨²blica y privada (hay 258 registros locales operados manualmente); y cuya Inspecci¨®n de Hacienda se somete a los cu?ados del ministro de turno y siestea ex profeso en ¨¦poca preelectoral, es premoderno. La fractura fiscal es la clave, porque sin ingresos presupuestarios no hay Estado.

La deuda de los contribuyentes con Hacienda ascend¨ªa a 38.700 millones de euros en 2010; casi los duplicaba tres a?os despu¨¦s; los sobornos a los inspectores se tarifaban al 8%; la evasi¨®n fiscal acumulada en Suiza podr¨ªa ascender a 600.000 millones, el triple del PIB; la trampa de pagar el gasoil de calefacci¨®n como de transporte (subvencionado) cuesta 500 millones al a?o¡­ ¡°Todo el mundo evade¡±, concluye Yannis Palaiologos (The 13th labour of Hercules, Portobello, Londres, 2014). Y aun as¨ª, Grecia recauda en proporci¨®n m¨¢s que Espa?a (el 43,8% el PIB, frente al 37,8% a final de 2014). Ergo, las clases medias bajas y populares que tributan (las ¨²nicas: ning¨²n naviero, ni armador, ni rico de verdad apoquina), est¨¢n a¨²n m¨¢s exang¨¹es que aqu¨ª.

Una econom¨ªa en que los trabajadores curran m¨¢s que todos los europeos, 2042 horas/a?o (por 1689 en Espa?a), 671 horas m¨¢s que los alemanes, pero cuya competitividad (precio/producto) es la mitad (por razones organizativas y tecnol¨®gicas m¨¢s que humanas) es una econom¨ªa atrasada. En ella, la Iglesia ortodoxa es el gran terrateniente, seguramente el primero, los popes son funcionarios p¨²blicos (cobran del erario) y antes de Yorgos Papandreu nadie intent¨® hacerles pagar impuestos. Y la milicia se lleva casi tres puntos del PIB, un punto m¨¢s que la media de la OTAN.

La Administraci¨®n sigue siendo en buena medida lenta y clientelar, para nada meritocr¨¢tica. Dirigida por ¨¦lites h¨¢biles en explotar sus rentas de situaci¨®n: la burocracia (gasto en funcionariado) se duplic¨® en el primer decenio del siglo, no en vano un empleado p¨²blico medio cobra tres veces m¨¢s que un asalariado privado. La escuela p¨²blica emplea cuatro veces m¨¢s maestros por alumno que la l¨ªder europea, la finlandesa, pero es farolillo rojo.

La sociedad sigue fragmentada en corporaciones con privilegios que se defienden por coartadas cruzadas. Las pensiones de jubilaci¨®n en lenta transformaci¨®n se organizaban en un centenar de subsistemas, cada cual con sus ventajas sobre el b¨¢sico: periodistas, funcionarios del Banco de Grecia, de la telef¨®nica OTE, de la compa?¨ªa el¨¦ctrica¡­ as¨ª es arduo orquestar (y financiar) un sistema universal. Y m¨¢s si las profesiones de locutor de radio, camarero, peluquero y m¨²sico son consideradas ¡°penosas¡±, acreedoras del derecho a pensi¨®n desde los 52/55 a?os.

En Grecia se han cometido innumerables animaladas, ajenas y propias. Un pa¨ªs capaz de resistirlas y no morir en el intento es sin duda un gran pa¨ªs.