Las dos caras de Italia ante la inmigraci¨®n
Decenas de vecinos se enfrentan a la polic¨ªa para evitar que los refugiados sean acogidos

Las dos historias suceden pr¨¢cticamente a la vez y, aun no teniendo a priori relaci¨®n entre s¨ª, ayudan a dibujar un retrato inquietante de Italia. Una ni?a de 11 a?os, hija de un m¨¦dico sirio, fallece a bordo de una barcaza atestada de personas procedentes de ?frica porque los traficantes tiraron al mar la mochila en la que llevaba la insulina necesaria para tratar su diabetes. La segunda historia sucede tambi¨¦n en Roma, pero es id¨¦ntica a la ocurrida en Treviso (V¨¦neto) unas horas antes o a las que se vienen registrando en todo el pa¨ªs desde hace meses: decenas de vecinos ¡ªjaleados por grupos de extrema derecha¡ª se enfrentan a golpes con la polic¨ªa para evitar que los n¨¢ufragos del Mediterr¨¢neo sean acogidos, ni siquiera de forma temporal, al lado de sus casas.
Las dos historias est¨¢n unidas por el miedo, las mafias y el desgobierno. La primera de ellas ha sido noticia por la terrible crueldad de las mafias y su dram¨¢tico desenlace, pero lo cierto es que los desembarcos de inmigrantes procedentes de Libia se siguen sucediendo a diario sin que la Uni¨®n Europea haya ensayado siquiera una soluci¨®n. De las medidas urgentes prometidas tras las tragedias de Lampedusa (octubre de 2013) o Catania (abril de 2015) nada se sabe, y tanto los traficantes libios como los mafiosos italianos que se lucran con el boyante negocio de la acogida (m¨¢s de 30 euros por inmigrante y d¨ªa) siguen benefici¨¢ndose de la desesperaci¨®n de los m¨¢s d¨¦biles.
Rentabilizaci¨®n del miedo
Al Gobierno italiano no se le ocurre otra soluci¨®n que la de ir cambiando a los refugiados de sitio a la espera de que, como finalmente ocurre en la mayor¨ªa de los casos, decidan por su cuenta emprender viaje con destino al norte de Europa. Sin embargo, la ausencia de un plan y de un discurso claro est¨¢ provocando dos consecuencias muy peligrosas.
La primera es el miedo. Desde principios de a?o, el miedo de los italianos a los inmigrantes ha subido casi 10 puntos, del 33% al 42%, seg¨²n un sondeo de Demos & Pi publicado por el diario La Repubblica. Un miedo irracional, por cuanto ni la realidad sit¨²a a los refugiados de ?frica detr¨¢s de la inseguridad, ni los ciudadanos de las regiones que m¨¢s inmigrantes acogen (Sicilia se lleva la palma con m¨¢s del 18%) sienten el rechazo de quienes, como en Treviso, apenas conviven con ellos.
La segunda consecuencia es la rentabilizaci¨®n pol¨ªtica del miedo. De hecho, unos niveles tan altos de inquietud no se registraban desde 2007. Tanto entonces como ahora, la extrema derecha pol¨ªtica ¡ªla xen¨®foba Liga Norte y el sector m¨¢s radical de Forza Italia¡ª y algunos grupos fascistas como CasaPound alimentan el miedo para extraer rentabilidad electoral o de apoyo social.
Hay una Italia que se enorgullece de salvar, pr¨¢cticamente todos los d¨ªas, a cientos de inmigrantes y fugitivos procedentes de ?frica de una muerte segura en el Mediterr¨¢neo. Y otra que es capaz de enfrentarse a golpes con la polic¨ªa para que esos inmigrantes y fugitivos no sean acogidos, ni siquiera de forma temporal, al lado de sus casas.
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