La batalla por el liderazgo laborista se inclina hacia la izquierda

Mientras el Gobierno de David Cameron procede a desmantelar el Estado de Bienestar, el derrotado Partido Laborista contempla el espect¨¢culo incapaz de ofrecer una oposici¨®n unitaria, sumido en un proceso de elecci¨®n de l¨ªder y b¨²squeda de identidad que ser¨¢ clave para el devenir de la izquierda cl¨¢sica europea. Hoy mi¨¦rcoles Tony Blair, el ¨²ltimo laborista en ganar unas elecciones generales, ha tocado a rebato despu¨¦s de que la primera encuesta externa sobre la lucha por el liderazgo laborista arrojara un inesperado resultado: Jeremy Corbyn, el candidato m¨¢s izquierdista, encabeza la contienda y ganar¨ªa por seis puntos a su rival en la segunda vuelta.

El partido corre el riesgo de convertirse en ¡°una mera plataforma de protesta¡±, ha dicho el ex primer ministro del Nuevo Laborismo, y eso le llevar¨ªa a sufrir ¡°cuatro derrotas electorales consecutivas¡±. El l¨ªder que gan¨® tres elecciones consecutivas se ha negado a apoyar a ninguno de los candidatos, como tampoco hizo en 2010, y ha reconocido que duda que su apoyo fuera de ninguna ayuda.

La semana comenz¨® con una rebeli¨®n que escenific¨® la divisi¨®n del partido en un asunto crucial: medio centenar de diputados se negaron a seguir las instrucciones de su l¨ªder interina de no votar en contra del recorte de 12.000 millones de libras a las prestaciones sociales anunciado por Osborne, canciller del Exchequer. El diputado John McDonnell asegur¨® que estar¨ªa dispuesto a ¡°nadar en v¨®mito¡± para oponerse a dicha medida. El blairista Barry Sheerman opin¨® que la rebeli¨®n mostraba que su partido ¡°se encamina a un regreso a los a?os 80¡±.

El candidato Jeremy Corbyn lider¨® la rebeli¨®n. Y esta ma?ana la primera encuesta externa sobre la batalla por el liderazgo, realizada por YouGov para The Times, le daba una inesperada c¨®moda ventaja.

Para comprender la magnitud de la sorpresa hay que recordar que Jeremy Corbyn, de 66 a?os, un hist¨®rico socialista, militante antiausteridad y antibelicista, fue el ¨²ltimo de los cuatro candidatos en presentar la candidatura. Consigui¨® los avales necesarios para presentarse horas antes de que venciera el plazo y entr¨® en juego, en sus propias palabras, para proporcionar ¡°un espectro m¨¢s variado de candidatos y un debate a fondo sobre el futuro del partido¡±. En un proceso en el que el resto de contendientes responde a un perfil semejante, m¨¢s centrista, la del viejo Corbyn se ve¨ªa como una candidatura para enriquecer el debate ideol¨®gico. Nadie le daba como ganador.

Entonces llegaron los primeros sondeos internos del partido que inesperadamente daban la victoria a Corbyn. Los tories celebraron la noticia y el conservador Daily Telegraph, en un alarde de m¨¢s que discutible fair play, public¨® un art¨ªculo en el que daba instrucciones a sus lectores para registrarse como votante laborista y facilitar una victoria de Corbyn. ¡°Reg¨ªstrese hoy y aseg¨²rese de que el barbudo socialista repelente de votantes se convierte en el nuevo l¨ªder laborista y condena al partido para siempre¡±, rezaba el art¨ªculo en su entradilla.

Corbyn ha respondido a Blair, horas despu¨¦s de su comparecencia, calificando sus comentarios de ¡°tontos¡± durante un discurso sobre econom¨ªa, en el que ha dicho que ¡°la austeridad es una opci¨®n pol¨ªtica y no una necesidad econ¨®mica¡±. Otras figuras del Nuevo Laborismo han advertido tambi¨¦n del peligro de un giro a la izquierda, como el exportavoz de Educaci¨®n Tristam Hunt, que ha llamado a evitar que el partido se vea reducido a ¡°un grupo de presi¨®n¡±.

Ed Miliband crey¨® que la crisis financiera y las posteriores pol¨ªticas de austeridad del primer Gobierno de Cameron hab¨ªan desplazado a la ciudadan¨ªa hacia la izquierda. Se separ¨® de la tercera v¨ªa de Blair, pero a medida que se acercaban las elecciones moder¨® su postura hacia territorios m¨¢s centristas. Por eso su contundente derrota ofrece argumentos para las dos facciones del Partido Laborista. Unos defienden que la derrota fue fruto del distanciamiento del centro y otros, que la p¨¦rdida de los esca?os escoceses ante el m¨¢s izquierdista SNP y la abstenci¨®n entre los j¨®venes piden abrazar postulados socialistas.

Cuando su dimisi¨®n abri¨® la batalla sucesoria, muchos pidieron un proceso r¨¢pido para no repetir el error de 2010. Entonces, una contienda larga dej¨® v¨ªa libre a las pol¨ªticas liberales del Gobierno de coalici¨®n. Ahora, con el partido envuelto de nuevo en un proceso sucesorio que concluir¨¢ el 12 de septiembre y el Gobierno concentrando el peso de sus medidas en estos primeros meses de legislatura, aquellas advertencias cobran m¨¢s fuerza. Y el Gobierno se ha encargado de preparar un duro recibimiento al nuevo l¨ªder, colocando en las semanas siguientes al 12 de septiembre dos votaciones ¡ªsobre restricciones a los sindicatos y sobre la prohibici¨®n de endeudarse en tiempos de bonanza¡ª en las que el ganador, reci¨¦n aterrizado, deber¨¢ demostrar control sobre el partido.